Capítulo cuarenta y nueve

1.3K 134 53
                                    

Emma
Lo primero que hice al llegar al departamento fue ir a ver a James a su habitación. No quise despertarlo, pero era tarde. Me quedé hablando con él de todo lo que había ocurrido durante mi viaje, sobre la reacción de mis padres y la seriedad de los mismos, incluso lo de la familia de Aiden y lo del restaurante. James se preocupó por lo último, pero le dije que ya no tenía importancia porque no estábamos en Nueva York. Fu aterrador en su momento, pero ahora estábamos a salvo.
Me quedé dormida en cuanto toqué mi cama y no desperté hasta que fue hora de levantarme para la universidad. Aiden me envió un mensaje temprano en el que me pedía que habláramos de algo importante. Supuse que era algo malo, pues ni siquiera me dijo buenos días.
Quedamos en encontrarnos en el receso de mis clases de hoy. Tenía una hora libre que podíamos usar para conversar.
Me quedé bastante pensativa durante las clases. Más que nada, me quedé preocupada por saber de lo que teníamos que hablar. Guardaba las cosas en mi casillero cuando sentí que alguien me tocó el hombro. Me di la vuelta y, para mi sorpresa, Ashton estaba allí, mirándome.
Me puse nerviosa.
—Hola —saludé, incómoda. Sostuve mis libros con algo de fuerza.
—Hola. ¿Has hablado con mi hermano? —preguntó.
—No. Todavía no. Pero iba a verlo pronto. ¿Por qué?
—¿No te ha dicho nada en la mañana?
Okey. Esto era alarmante.
—No… Solo dijo que teníamos que hablar. ¿Por qué?
—Bueno, será mejor que te lo diga él entonces.
Ashton se alejó para marcharse, pero lo detuve. Él no podía venir a preguntarme eso y dejarme con la duda.
—No te vayas. ¿Qué está pasando?
—Es mejor que lo hables con Aiden. Solo vine a hablarte porque pensé que él ya lo había hecho contigo y quería saber qué pensabas al respecto.
Ashton se marchó.
Sí, definitivamente algo malo pasaba.
Con Aiden quedamos en encontrarnos en una plaza. Lo esperé, pero se retrasó un par de minutos. Cuando al fin lo vi caminar hacia mí, me levanté a abrazarlo y él me correspondió rápidamente. Iba a separarme de él, pero sus brazos no me dejaron hacerlo.
—¿Qué está pasando, Aiden?
—Nada. Solo abrázame —pidió.
—Tu hermano me habló hace rato. Quería saber qué opinaba respecto a un tema del que creyó que me habías hablado, pero no me dijo cuál.
Aiden se separó de mí, algo serio y me indicó que me sentara en la banca.
—Lo que pasa es que me voy a mudar, Emma.
¿Mudar?
—¿Mudas a dónde?
—De mi casa. Hoy he tenido una pelea con mi familia. Bueno, más bien, con mi mare. Y he decidido que es lo mejor para mí… para tú y yo.
—¿Para tú y yo? —elevé las cejas.
—La pelea fue por ti, por nosotros. Ellos no quieren que esté contigo por Ashton. Y mamá ha sido muy clara en que no quiere verte allí. Ha sido bastante cruel al decir que no eres bienvenida allí. Mi padre la apoya. Ashton se ha negado, no ha llegado a ese extremo, pero la casa es de mis padres. Ellos ponen las reglas allí.
Creo que era entendible. No podía juzgar a sus padres. Para ellos, fui la chica que le rompió el corazón a uno de sus hijos. Obvio que no iban a quererme dentro de su casa. No era bienvenida en la familia.
—¿Cómo vas a hacer para mudarte?
—Supongo que voy a trabajar otra vez. Buscaré algo. Tengo algunos ahorros que me servirán para un mes o dos en algún departamento. Mientras tanto, iré buscando algún empleo de medio tiempo.
—¿Y la universidad?
—La seguiré. Por eso el empleo de medio tiempo.
—Te vas a cansar mucho —opiné, mirándolo con tristeza.
Nuestras malas acciones habían ocasionado todo esto. Nuestro amor estaba atrayendo problemas que eran cada vez más incómodos. No quería que Aiden tuviera que atravesar otra vez el tener que estudiar y trabajar al mismo tiempo. Sé lo cansado que fue para él en el pasado, lo mucho que se estresaba, lo mucho que le costaba concentrarse en las materias por el agotamiento. Aiden tenía la oportunidad de centrarse solo en sus estudios para su futuro, pero esto se estaba viendo afectado por nuestra relación. No era justo.
Supongo que era el precio a pagar por haber hecho mal las cosas desde el primer momento. Las consecuencias seguían llegando.
—¿Y tu hermanos?
—Querrán venir conmigo. Más allá de que amen a la familia, sé que ellos van a querer venir conmigo porque soy como su padre. Sobre todo Nick… ya sabes lo sensible que es él. Pero será mejor que ambos vivan con mis padres y Ashton. Es más sano. Si vivimos los tres juntos otra vez, el dinero no alcanzará con un trabajo de medio tiempo y no quiero que ellos sufran privaciones como antes.
—Van a sufrir si te vas y los dejas ahí —hice una mueca—. Aiden, no quiero que hagas esto, por favor —tomé sus manos.
Me sentía angustiada, triste.
Era linda la idea de que Aiden se mudara solo y tuviera su espacio para compartir conmigo de vez en cuando, y era un lindo gesto por nuestra relación, pero sabía que él iba a sufrir por ello y terminaría agotado. Sí, sabía que él era lo suficientemente capaz de hacerlo, pero prefería que Aiden estuviera cómodo con su familia en su casa.
—No me queda opción.
—En serio, Aiden, no te hagas esto. Sé lo mucho que te costó mantenerte solo con un empleo de medio tiempo porque yo estuve ahí contigo, yo vi lo que pasabas, y no quiero. La universidad para ti es importante, quiero que puedas construir tu futuro como siempre quisiste hacer. Los trabajos de medio tiempo no son bien pagados, Aiden.
—Bueno, si no pagan bien, pospondré la universidad para más adelante y conseguiré un empleo a tiempo completo.
¡Ni hablar!
—¡No! Claro que no vas a dejar la universidad por esto.
—¿Por esto? Esto somos nosotros, Emma. Lo hago por nosotros.
Y yo lo agradecía. Pero esto se estaba yendo de control. Y no quería admitirlo, y probablemente él tampoco, pero a la larga, íbamos a terminar sufriendo los ojos. Ahora era verdaderamente consciente de lo que nuestra relación estaba causando: él estaba peleando con su familia por nuestro noviazgo. La familia que Aiden tanto deseó y que al fin tenía, ahora estaba contra él por sus acciones. Nuestras acciones.
No era justo. Para nadie.
Aiden me observó algo molesto. Mi intención no era despreciar lo nuestro, pero yo lo amaba tanto que no quería que su familia se viera arruinada por mí. Aiden estaba, literalmente, contra la espada y la pared.
—Yo te amo demasiado, Aiden, pero no puedo quedarme viendo cómo te enfrentas a tu familia por nuestra relación.
No quería llegar a esta parte. Pasamos por mucho como para que las cosas siguieran complicándose, pero esta era nuestra realidad, y por más que me doliera en el alma, prefería que Aiden estuviera bien con su familia. Él los amaba, sé lo que significaban para él, sé lo mucho que deseó una familia tan buena como la tenía porque él mismo me lo decía llorando en el pasado. No quería terminar con él, pero no estaba viendo otra salida… Su familia no iba a aceptar lo nuestro.
—Emma, ni se te ocurra pensar en terminar.
—Es que yo no quiero terminar. ¡Pero no puedo verte así! No quiero que te hagas esto…
—Yo te amo demasiado, por eso lo hago.
—Y yo te amo demasiado también, mi amor —tomé su rostro entre mis manos—. Pero no creo que sea el momento de que tú y yo continuemos con esto —se me cayeron varias lágrimas.
Ver los ojos llorosos y tristes de Aiden, me partía el alma. No podía creer que estábamos en este momento… terminando. Y ni siquiera podía creer que fui yo quien estaba dando el paso de separarnos. El viaje a Nueva York, la charla con mis padres, venían a mi cabeza… pero no podían ser un impedimento para hacer lo correcto. Esto me dolía horrores, pues no quería dejarlo, yo lo amaba con todo mi corazón y no quería pensar en la idea de tomar caminos separados otra vez. Sin embargo, sabía que era lo mejor para él y que esto era algo maduro de mi parte. Como dije, yo lo amaba. Y lo amaba tanto que no podía verlo separado de su familia.
—Emma, por favor, yo no quiero terminar contigo otra vez. Estuvimos separados mucho tiempo por mi culpa. Otra vez no puede estar pasándonos esto. Y todo por ellos… —Derramó lágrimas.
Las limpié con mis pulgares.
—No les guares rencor a ellos. Tú y yo los entendemos… No supimos hacer las cosas bien, pero está bien, amor. Somos dos jóvenes inexpertos que se enamoraron y actuaron mal. Pero es cierto lo que dice tu madre…
—No quiero terminar —Chocó su frente con la mía y se aferró a mis manos—. Te amo demasiado.
Cerré los ojos ante sus últimas palabras.
Esto era lo mejor para él. Al menos, esta vez sí tuvimos la oportunidad de hablar bien las cosas. Al menos, esta vez le dimos un cierre hablando como correspondía. Esta vez no sentía que algo había quedado pendiente. Y, ¿si nuestro reencuentro y regreso fue para cerrar ese capítulo que antes no pudimos cerrar como correspondía?
Dios mío… No podía creerlo. Esto estaba pasando… Prometimos dar todo por nuestro amor, y eso estaba haciendo yo. Si bien, ya no estábamos juntos, el rompimiento era porque lo amaba tanto que no quería que sufriera por su familia otra vez.
—Te amo demasiado, Emma. Siempre has estado para mí… desde el primer momento. Cuando apenas me conocías, también. Me duele horrible que me dejes.
—Es lo mejor, mi amor. Veo en tus ojos lo que te duele pelear con ellos. No mereces esto. Nos equivocado, pero aún podemos hacer las cosas bien. Además, ya no le hacemos más daño a Ashton…

—¿Seremos amigos?

—Por supuesto que sí lo seremos —sonreí.

—No sé cómo es que haré para ser tu amigo. No quiero imaginarte con otra persona… Cuando regresamos pensé que sería la vez definitiva. Eso se suponía…

—Lo siento mucho.

Aiden me besó.

Ese era nuestro último beso. El último beso que sellaba nuestro último capítulo. El beso final que firmaba nuestra ruptura.

Guardaría este beso en mi memoria toda la vida. Estaba destrozada por la ruptura, pero orgullosa porque sabía que, aunque me costara, era la decisión correcta. Siempre fue la decisión correcta, solo que antes ninguno quiso enfrentarse a la realidad.

Las nubes y la lluvia eran testigos de nuestro dolor. Bajo ellas bailaban nuestras miradas, repletas de sueños que nunca lograríamos cumplir a la par.

—Tal vez, este no es el momento para nosotros, pero lo será en el futuro.

—Tal vez —respondí, pero la esperanza se me agotó.

—Tal vez —afirmó.

La profundidad de su mirada #D4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora