Aiden
Emma estaba dormida a mi lado, con su cabeza apoyada en mi pecho desnudo. Observé cómo sus ojos se encontraban cerrados sin esfuerzo, cómo su respiración subía y bajaba tranquilamente y cómo su mano se apoyaba levemente sobre mi estómago. Emma estaba totalmente desnuda bajo las sábanas, y me encantaba la idea de tenerla de esa forma, de pensarnos pasando las noches de esta manera, durmiendo juntos y sintiéndonos tranquilos. Venir a verla no fue lo correcto, no moralmente, lo sabía, el nombre de mi novia aparecía en mi mente miles de veces, pero disfruté tanto estos momentos que me replanteaba la idea de por qué seguía con Mai si ya nada era lo mismo desde que Emma apareció otra vez. Me sentía horrible pensando de esta manera, no es que Emma tuviera algo que Maika no, no iba por ese lado, pero a Emma la conocía desde antes y estuvo presente en los peores momentos de mi vida, y teníamos una historia corta pero demasiado fuerte. Fue la primera chica a quien quise con todas mis fuerzas y a la que me dolía cada día haber dejado atrás para irme a solucionar mis problemas. Quería estar con Emma, después del sexo lo tenía bastante claro, pero mi claridad se difuminaba cuando pensaba en los diversos factores que serían un gran problema para Emma y yo: mi hermano, por ejemplo.
Un pinchazo en mi pecho me hizo suspirar profundamente y soltar el aire con frustración. ¿Por qué las cosas no podían ser simplemente fáciles? Observé un momento más a Emma y desvié mis ojos de ella, pensando nuevamente en Maika y en mi hermano, y en lo sucios que nos dejaba lo que hicimos con Emma. Traicioné a mi novia y a mi hermano. No podía sentirme tan horrible por eso. Mis sentimientos por Emma me gritaban que hice lo correcto, que Emma es lo que siempre quise desde que llegué a California, que Emma es lo que siempre quise desde el momento en que volví a verla. Nunca paré de quererla. Jamás. Pero mi cabeza me decía de todas las formas posibles que acostarme con Emma fue un error totalmente grande y que nos traería consecuencias a ambos. Qué patético que era: vine corriendo a los brazos de la chica de mi hermano cuando todo se complicó, cuando me sentí acorralado de viejos problemas otra vez. Siempre hice lo mismo, siempre corrí hacia ella cuando me sentía triste de verdad.
Emma se removió sobre la cama, su brazo se deslizó levemente sobre la piel desnuda de mi estómago y me abrazó más fuerte, en un acto de inconciencia. Y pensar que los últimos meses nos hemos llevado horrible, hemos chocado en múltiples ocasiones y nos hemos lastimado el uno al otro con solo dirigirnos una mirada. No sabía qué era lo que haría mañana por la mañana: ¿íbamos a hablar sobre esto o simplemente haríamos como si nada pasó? Me preguntaba qué es lo que ella quería, qué pensaba, qué sentía y qué me diría. En cuanto a mí, tenía las mismas preguntas, porque yo mismo no tenía idea de qué es lo que mañana por la mañana haría. Solo sabía que no quería lastimar a Emma, y que no quería lastimar a Maika y mucho menos a mi hermano. Era muy complicado.
Cerré los ojos después de apagar la lámpara de noche. Se me ocurrió que, tal vez, esta noche, había sido la despedida para Emma y yo que nunca tuvimos.
Emma
Me desperecé levemente sobre la cama y abrí los ojos en mitad de la oscuridad, algo pensativa. Luego recordé que Aiden estaba en mi casa, sobre mi cama, con mi cabeza recostada en su pecho. Instintivamente, me alejé de él, pero Aiden no se dio cuenta. Poca luz lunar entraba sobre la ventana de mi cuarto, pero era suficiente como para verlo y decir que él estaba dormido, probablemente sumido en algún sueño. Respiré profundamente y me propuse calmarme, ahora no era buen momento para perder la calma. Pero, ahora que lo pensaba bien, no estaba perdiendo la calma, solo no podía creer que nos habíamos acostado, creí que nada más iba a volver a suceder entre ambos.
Aiden descansaba tranquilo, no iba a arriesgarme a decir que dormía cómodo porque estaba conmigo, pero me alegraba verlo bien. No sé en qué momento me quedé dormida sobre su pecho, pero sí recuerdo lo cansada que me encontraba después del sexo. Ahora, el cuerpo me dolía bastante, el sexo fue romántico y bastante salvaje, debo decir. Yo no era en nada una experta, pero Aiden sabía moverse, sabía cómo provocar, morder, chupar. Él ya tenía bastante experiencia en el tema. Fui hasta la cocina por un vaso de agua, tenía mucha sed y estaba algo sudorosa. Tenía mucho miedo de que, por la mañana, esta noche fuera insignificante para él. Regresé a la habitación con mi celular en manos; tenía mensajes de Ashton, pero no los leí. La culpa no me dejaba. Dios... ¿qué fue lo que hicimos? ¿Por qué simplemente no podía tener la suficiente fuerza de voluntad y alejarlo de verdad, no solo físicamente, sino también mentalmente? Aiden realmente representaba un imán para mí.
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La profundidad de su mirada #D4
RomanceDespués de tanto llorar había conseguido la tranquilidad y la paz mental que necesitaba, pero todo terminó en la basura la noche en la que lo volví a ver. copyright 2020. PROHIBIDA LA COPIA Y/O ADAPTACIÓN DE LA HISTORIA. DE LO CONTRARIO DENUNCIARÉ.