Aiden
Si había algo que no me esperaba era que Maika apareciera en mi vida otra vez. Después de todo el daño que le hice, no creí que ella quisiera verme de nuevo y mucho menos pensé que se preocuparía por mí. Ahora que estaba en la misma habitación que yo, ahora que ella y yo volvíamos a tener contacto, me di cuenta de lo mal que actué con Maika, porque cuando ella me dejó, fui corriendo a los brazos de Emma y me sentí libre para estar con la mujer de quien estaba enamorado y ni siquiera intenté pedirle perdón a mi ex como debí haber hecho. Sin embargo, a pesar de lo idiota que fui y me comporté, ella se tomó el tiempo de venir a verme.
Pero eso no quitaba lo incómoda que era esta situación. Emma y Maika estaban frente a frente por primera vez después de todo lo que pasó. No hizo falta que mirara a Emma para saber que esto no era agradable para ella, pero cuando la vi a los ojos, lo confirmé.
No supe bien qué decir, pues estaba sorprendido, pero me obligué a mí mismo a emitir alguna palabra.
—Maika... Hola... —hablé.
Vi de reojo que Emma se levantó de la cama. Creo que ella iba a marcharse ahora.
—Vine a verte porque me enteré de lo que te pasó... me dieron el número de la habitación y el piso. Tu madre me dejó pasar.
¿Mi madre? ¿Mi madre fue la que la llamó?
¿Por qué lo hizo? ¿Para qué?
Una idea se cruzó por mi mente, y noté cómo todo mi interior intentó buscar excusas para no pensar que mi madre hizo que esto pasara apropósito. Pero no tenía sentido el por qué ella llamó a Maika si sabía que ambos no teníamos más nada que ver en la vida del otro.
La angustia atacó mi pecho, pero hice un esfuerzo para no enfocarme en eso.
Maika no miraba a Emma, pero Emma sí miraba a Maika.
—También pensé que sería un buen momento para hablar... creo que tenemos algunos asuntos pendientes —mencionó, mirándome desde la puerta—. Lamento mucho lo que te ha pasado, Aiden. ¿Cómo has estado? ¿Te sientes mejor? ¿Te estás recuperando? —me miró con preocupación, con esa expresión de angustia que ella ponía y yo muy bien conocía.
Era difícil pensar que un día ella y yo salimos. No fue hace mucho tiempo, pero desde que Emma está en mi vida, todo se sentía como si hubiera ocurrido en otra vida o hace mil años atrás.
Me di cuenta, al ver a esas dos chicas, que jamás amé a Maika como creí hacerlo. Creo que me mentí durante mucho tiempo e intenté apagar el amor y el dolor que sentía día a día por abandonar a Emma y me convencí a mí mismo de que eso era amor. Pero no lo era.
Ver a Emma a mi lado era la respuesta perfecta. Solo bastaba su presencia en mi vida para entender el rumbo de mis sentimientos. No quería comparar a ninguna con la otra, pero, aunque mi cabeza estuvo tan confundida durante tanto tiempo, mi corazón tuvo la respuesta todo el tiempo.
Le dije a Maika que estaba bien, y estuve a punto de decirle a Emma que se quedara, pues sabía que Emma prefería marcharse para dejarnos solos. Si algo no quería, es que Emma saliera de ese cuarto preocupada por algo. La visita de Maika era simplemente eso y nuestra conversación no sería muy larga. Pero... creo que... no podía comportarme como un idiota con Maika. No podía echarla tampoco. No cuando ella se tomó la molestia de venir a verme. Y mucho menos cuando le hice tanto daño. Supongo que, al menos, yo le debía esta conversación a ella.
Maika se alegró por mi respuesta y caminó rápidamente hacia mí. Cuando menos me di cuenta, Maika estaba sentada en mi cama y me abrazaba con amor.
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La profundidad de su mirada #D4
RomanceDespués de tanto llorar había conseguido la tranquilidad y la paz mental que necesitaba, pero todo terminó en la basura la noche en la que lo volví a ver. copyright 2020. PROHIBIDA LA COPIA Y/O ADAPTACIÓN DE LA HISTORIA. DE LO CONTRARIO DENUNCIARÉ.