Capítulo nueve

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Emma

El primer mes de universidad fue totalmente duro. No estaba acostumbrada al ritmo, menos cuando estuve tiempo sin estudiar nada. Llegaba al departamento y me veía obligada por mi instinto perfeccionista a sentarme a estudiar hasta entender los temas. Con Ashton y Aria quedábamos frecuentemente para ir a la biblioteca y estudiar juntos, así nos ayudábamos mutuamente. Algo que era muy bueno de la carrera, es que cuando no lograba comprender nada y mis nervios me llevaban al borde de un ataque de estrés, podía llamar a mamá y pedirle que me explicara.

La próxima semana tenía un examen importante de Contabilidad, y estaba muerta del miedo. Era mi primer examen universitario.

—No voy a aprobar —dijo Aria, apoyando sus codos en la mesa y tapándose la cara.

—Tranquila, aún hay tiempo. No te aflijas —animó Ashton—. Eres muy inteligente, solo estás un poco estresada. Deberíamos ir los tres a casa a descansar. Nos hará mal no dormir bien. Mañana seguiremos.

—No soy inteligente —Aria negó.

—Solo estás estresada —coincidí con Ashton. Yo me encontraba de la misma manera que ella, pero intentaba no ser negativa y enfocarme en lo importante. Quería cambiar eso de mí, me di cuenta que he sido muy negativa durante mucho tiempo.

—Comeré algo y dormiré temprano —Aria se levantó de su silla, guardó sus libros y se colgó el bolso en el hombro—. Mi auto está afuera, los veré mañana temprano para estudiar. No se queden dormidos —nos miró, despidiéndose con un gesto de mano.

Ashton esperó a que guardara mis cosas para acompañarme hasta la salida de la biblioteca. Tan solo de pensar que mañana sábado me tendría que levantar temprano para seguir estudiando, quería pegarme con algo en la cabeza.

—¿Tienes que esperar a que James venga por ti? —preguntó Ashton, parándose a mi lado.

—Sí, tengo que enviarle un mensaje.

—No —negó con la cabeza, y me hizo una seña para que lo siguiera—. Yo te llevo.

Sonreí.

—Gracias.

La relación con Ashton seguía siendo amistosa. Hemos salido juntos, pero siempre con Aria de por medio, por lo que no ha ocurrido nada entre nosotros. Pero quedamos en que mañana, luego de la biblioteca, saldríamos a solas al cine.

Se sentía bien estar cerca de Ashton, demostraba ser muy amable todo el tempo, lo que provocaba que me encariñara más con él. Pero esa pica de ser hermano de Aiden es lo que me molestaba, y por más que quisiera ignorar el detalle, se me complicaba. Tal vez era muy dramática, tal vez era inmadura, pero no podía simplemente alejar ese sentimiento.

—¿Qué sientes tú acerca del examen? ¿Crees que aprobarás?

—Espero, porque si no apruebo me deprimiré —exageré.

—Sí, yo igual. Soy muy exigente conmigo mismo en esas cosas. —Se removió el pelo—. Estoy exhausto, necesito dormir.

Durante el viaje debatimos qué película sería bueno ver. La biblioteca no quedaba lejos de mi departamento, quedaba a tan solo unas cuadras, por lo que no tardamos en llegar. Me despedí de Ashton, sin poder evitar ver el color de sus ojos que, inevitablemente, me hacían recordar a una persona en especial.

La noche se pasó volando. Cuando me di cuenta, ya eran las ocho de la mañana y tenía que levantarme para prepararme para otro intenso día de estudio. Me levanté a regañadientes de la cama, preparé el desayuno y caminé hasta la sala para despertar a James, quien se quedó dormido en pleno sofá. Él también se estaba preparando para un parcial de la próxima semana.

La profundidad de su mirada #D4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora