Aiden
Me levanté por la mañana con el brazo de mi hermano rodeándome. Me abrazó toda la noche mientras dormía, tal y como siempre hizo cuando era más pequeño. Pensé que dormiría mucho, porque me sentía cansado, pero no se me hizo fácil conciliar el sueño y terminé despertando temprano.
Me percaté de que Nick estuviese abrigado en la cama y me levanté sin hacer mucho ruido. Cuando salí al pasillo, me topé con mi madre, quien me miró y me regaló una sonrisa pequeña de buenos días, pero se podía sentir que había algo más detrás de ella y no era precisamente algo bueno. Sabía que me tenía rencor, más allá de que me amaba y todo. Y como le dije anoche, yo entendía su sentir, pues su propio hijo y yo estábamos enfrentados. Era clara la postura de mamá: estaba del lado de Ashton. Y con razón.
Le devolví la sonrisa, pero me sentí incómodo. Las cosas no han estado bien desde hace semanas y la hostilidad en el ambiente podía percibirse. Ya no me gustaba estar en esta casa, y sabía bien que eso me lo busqué yo solo. Pero seguía repitiéndome a mí mismo que no fue un capricho. No hice lo que hice por un juego, lo hice porque realmente sentía amor por Emma.
Mi madre se dio la vuelta para verme otra vez.
—Oye, Aiden —me llamó y yo la miré.
—¿Qué pasa?
—¿Has dormido con tu hermano? —preguntó, señalando la puerta de la habitación de Nick. Pero sabía bien que esa no era su pregunta, se le podía ver en el rostro.
—Sí. Él me lo ha pedido anoche. ¿Por qué?
—No, por nada —sonrió levemente.
Hubo un pequeño silencio entre nosotros que me hizo sentir más incómodo. Y eso que fue solo de un segundo.
—¿Pasa algo más?
—No… Yo solo quería…
—¿Saber cómo fue mi charla con Ashton anoche? —terminé por ella.
Mamá afirmó con la cabeza.
—Bueno, es que tu hermano está dormido ahora y me da curiosidad saber qué tal ha ido esa charla. Hace mucho que ustedes no hablaban… Y como no escuché que levantaron la voz anoche…
—No levantamos la voz porque no peleamos. Hablamos como personas adultas.
—¿Se han arreglado? ¿Ya te ha perdonado?
—Yo creo que falta mucho para que él me perdone realmente, pero supongo que estamos un poco mejor. No sé… pero él entendió que mi amor por Emma no es un capricho —le contesté. Creo que mi respuesta tuvo una doble intención. Fue como un reclamo de mi parte a ella, por no entender mis sentimientos por Emma.
Sé que no me las tenía que agarrar con mamá, esa no era la intención. Pero las palabras salieron de mi boca. Es que sí me dolía que ella no entendiera mis sentimientos. Sí podía comprender que ella iba a elegir mil veces a su hijo biológico, en vez de a mí, que solo llegué a su vida hace unos años. Sin embargo, muy en el fondo de mi corazón, yo le suplicaba que entendiera y se pusiera en mi lugar. No justifico mis acciones, pero jamás me cansaría de decir que no tuve intención de hacerle daño a nadie.
—Te molesta que yo no te entienda que estás enamorado de esa chica —asimiló.
Yo no le dije nada, pero mamá podía tomar mi silencio como una respuesta.
—Bueno, es que eres joven, te enamorarás más de una vez.
Su comentario me dio un poco de gracia.
—Que yo sea joven no tiene nada que ver. Para mí ella es más que especial. No la conoces.
—Es hermosa y todo, pero no entiendo qué es lo que tiene de especial, Aiden. Para mí no hay algo que la haga destacar de buena forma, porque solo ha sabido destacar de mala manera. Jugó con tu hermano.
—Ella jamás tuvo intención de jugar con nadie, mamá. Es que tú no la conoces.
—Y tampoco quiero conocerla más de lo que ya lo he hecho. Porque creo que no hace falta decirte que Emma no es nada bienvenida a esta casa. No quiero que la traigas aquí nunca.
Eso me dolía, apretujaba mi corazón.
Ella no aceptaba mi relación con Emma. La desvalida. La desprecia como si yo no estuviera en el medio. No pedía que le importara Emma, pero sí quería que a mi madre le importara que yo estuviese bien, quería que se alegrara porque, al fin, después de tanto tiempo, de varios años, de mucha cobardía y muchos errores, nosotros pudimos encaminar nuestra relación, pudimos hacer las paces. Emma sufrió tanto por mi culpa y yo sufrí demasiado también.
Me daba impotencia porque no sabía cómo hacer para poder proteger a Emma, para que no fuese juzgada de mala manera.
—Lo que menos quiero es pelearme contigo ahora —respondí, cruzado de brazos.
Ella estaba en la misma posición.
—¿Y crees que yo quiero pelearme contigo, Aiden? Por supuesto que no quiero. Pero necesito que entiendas que estás haciendo mal las cosas y que es mejor que dejes a esa chica para que tu relación con tu hermano vuelva a ser como antes.
—Nunca va a ser como antes, porque él siempre me va a guardar rencor. ¿No lo entiendes? Ya he metido la pata, no se solucionará con que yo deje a Emma. Que, por cierto, es la mujer a la que amo y quiero pasar toda mi vida con ella.
Mamá se rio, sin darle importancia a mis sentimientos.
Eso me hizo sentir muy herido. Por un momento, tuve una especie de déjà vu, el sentimiento que me atravesó fue frío y profundo, me dejó débil y angustiado. Es como si ella no fuese la madre que me adoptó y se hubiera convertido en la madre que me dio a luz. La frialdad en esa risa, de incomprensión, me hizo retroceder un paso hacia atrás. Era mejor que me metiera en mi cuarto para no seguir discutiendo con ella. Lo único que me faltaba ahora era pelearme con mi madre.
—Olvídalo —le di la espalda.
—Estoy hablando contigo, Aiden.
—Pero yo no contigo —respondí y caminé hasta mi cuarto.
—¡Aiden!
La ignoré. Cerré la puerta de la habitación con llave y me tiré en la cama.
Qué loco cómo mi amor por Emma desató tantos problemas en mi casa. Ahora no solo tenía diferencias con mi hermano, sino que también tenía diferencias con mi madre. Le rogaba al cielo que todo pudiese solucionarse pronto, pues no quería vivir otra vez en un ambiente lleno de peleas. Quería que estuviésemos bien entre todos, pero no era fácil ya, no cuando no nos entendíamos unos con otros.
No quería terminar con Emma. Quería llevar nuestro amor toda la vida. Solo buscaba apoyo, buscaba que me entendieran. Pero no sabía cómo comunicarme con ellos. Hoy me sentía como un extraño en esta casa, como el malo de la película. Pero no era malo. Solo cometí errores y estaba pagando las consecuencias. Sin embargo, todavía guardaba las esperanzas de que las cosas mejoraran, de que lograsen entenderme.
Tenía hambre, así que, al rato, bajé a desayunar. En el comedor, mi padre, mi madre, Ashton y los niños se encontraban sentados en la mesa, desayunando. Mi madre dejó de hablar en cuanto me vio entrar, pero podía sentir su mirada sobre mí. Papá también me observó. Ashton, ni se inmutó.
—Si tienen algo que decirme, entonces Cassie y Nick deberán irse arriba —aclaré.
—¿Por qué me tengo que ir a arriba? —preguntó Nick.
—Porque es tema de adultos, Nick —contesté.
—¿Y yo por qué? —Cassie me miró sin entender—. Yo soy más grande que Nick.
—Sí, pero no quiero que escuches. No quiero que te llenes de malas energías.
—¿Malas energías? —cuestionó Nick.
Cassie solo suspiró, pero obedeció.
—¿Nos vamos entonces? —Casandra se paró de su silla, esperando una respuesta.
—Sí —mi madre respondió.
Ashton y yo intercambiamos miradas.
Tomé asiento frente a ellos una vez que Cassie tomó de la mano a Nicholas y lo llevó escaleras arriba.
—Pueden hablar ahora, si quieren —dije, cansado. Me preguntaba cómo es que esta charla saldría.
Mamá me observaba con enojo.
—Fuiste muy descortés esta mañana —habló mi madre.
Ashton me observó, como si no entendiera lo que había pasado hoy. La verdad, no es que fue mucha cosa, pero fue incómodo y todo terminó en tensión.
—¿Qué pasó esta mañana? —Ashton se metió.
—Mamá y yo hablábamos de Emma. No fui descortés, solo terminé una conversación que no iba a llegar a ningún lado. No quería seguir discutiendo por algo en lo que jamás nos pondríamos de acuerdo.
—Es que eres bastante necio, Aiden.
Elevé las cejas.
—¿Necio? ¿Soy necio por defender lo que siento por una chica a la que ya desprecias?
—No la desprecio. Pero no me agrada y no es buena para ti.
Eso me enfermaba. Esa respuesta me sacó de mis casillas.
Todo bien. Sé que mi madre era la madre de Ashton también y comprendía sus puntos de vista, pero ella ya se entrometió demasiado en mi relación con Emma.
—Detente ahí. Te respeto, mamá. Te respeto mucho. ¿De acuerdo? Pero no puedo permitir que sigas hablando de Emma, cuando no la conoces. Estás disgustada y eso lo puedo comprender. Pero no tienes derecho a opinar sobre ella y nuestra relación. Emma es de las mejores personas que vas a conocer en tu vida.
—Mamá… no hace falta que me defiendas. ¿Está bien? —Se metió Ashton.
—Tu madre dice que le diste la espalda y la ignoraste esta mañana, Aiden —Papá tomó la palabra—. ¿Es eso cierto?
—Sí. Era mejor que dejáramos de hablar. No nos vamos a poner de acuerdo. Mamá quiere que termine con Emma y yo no quiero terminar con ella. La amo.
—Eso decías con Maika, y ¡mira! Ya no estás con ella. Y es una lástima, porque es una gran chica y era muy buena para ti.
—Maika es increíble. En eso estamos de acuerdo. Y sí, la llegué a amar. Pero Emma siempre será Emma para mí. Tengo un pasado que me une a ella. Jamás me sentí así con nadie, ni siquiera con Maika. Me enamoré de Mai, sí, pero nunca se sintió como sentí con Emma.
—Te aferras a ella por el pasado, Aiden —mi madre seguía aferrada a su punto.
Yo no quería hacerle cambiar de opinión, solo buscaba que me respetara. Eso es lo que correspondía.
—Aiden y yo hemos hablamos anoche. Las cosas están mejor entre nosotros. Es tema nuestro. No tenemos por qué estar teniendo esta conversación. Lo solucionaremos entre nosotros —tranquilizó Ashton.
Mamá negó con la cabeza, cruzándose de brazos.
—Chicos, ¿en serio esperan que los dejemos resolver esto por cuenta propia? Ustedes dos no se han hablado por semanas. Ashton, soy tu madre. ¿Te parece que es fácil para mí verte tan decaído todo el tiempo? Te veo y me siento mal por ti, porque te han roto el corazón y no puedo permitirlo.
—Es normal que me rompan el corazón a esta edad, mamá —Ashton hizo una mueca—. Y ya has visto que antes me han roto el corazón.
—Pero no es normal que sea tu propio hermano el que ha contribuido en eso, cariño.
La culpa me invadió. Esa presión en el pecho también.
—Al fin y al cabo, es algo que tenemos que resolver entre Aiden y yo. No ustedes. ¿Entienden?
—Yo no puedo estar en casa porque no me siento tranquila desde que ambos se han empezado a pelear. Y miren la estupidez por la que están peleándose. ¡Una chica! ¿Cómo van a dejar que una chica los esté distanciando de esta forma?
—No estamos distanciados, solo estamos teniendo diferencias.
—¿Y luego qué, Ashton? ¿Qué viene después? ¿Golpes? Porque, por si no se han dado cuenta, no hablarse por semanas, no es algo así nomás y sin importancia. Está mal, chicos. Todos podemos tener diferencias, pero, ¿peleas de este tipo? No. En mi casa no.
La verdad, ya no tenía más palabras. Mis energías estaban completamente agotadas.
—Te amo con mi vida entera, Aiden —recordó mamá—. Pero no le hagas esto a la familia. Tú pretendes que yo te entienda, pero te pido que me entiendas a mí también. No quiero esto para mis hijos. ¿Qué pasará? Dime. Porque, como te dije hoy, Emma no es bienvenida en esta casa. ¿Qué clase de relación van a tener si no podemos ser una familia?
—Es que tú no quieres que seamos una familia —reproché.
—¿En serio pretendes que me siente en la mesa a cenar con la chica que engañó a tu hermano contigo y que ahora es tu novia?
Viéndolo de ese lado, ella llevaba la delantera.
—Tienes razón —me levanté de la mesa, incómodo. Tenía un nudo en la garganta, pero me aguantaría las ganas de llorar.
Tenía una decisión en mente en base a esta discusión.
—Entonces, ¿qué vas a hacer? —Quiso saber.
Miré a Ashton, pero él tenía la mirada fija en un punto muerto de la mesa.
La verdad, es que ella tenía toda la razón del mundo. Yo no podía pretender que Emma viniese a casa como si nunca le hubiésemos hecho daño a Ashton. Y no podía pretender que mi familia la quisiera. El asunto estaba muy fresco todavía, y lo estaría por varios meses. Pero no podía dejar de lado a la chica que estuvo antes que todos para mí.
—Me voy a ir de la casa —respondí, dejándolos sorprendidos.
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La profundidad de su mirada #D4
RomanceDespués de tanto llorar había conseguido la tranquilidad y la paz mental que necesitaba, pero todo terminó en la basura la noche en la que lo volví a ver. copyright 2020. PROHIBIDA LA COPIA Y/O ADAPTACIÓN DE LA HISTORIA. DE LO CONTRARIO DENUNCIARÉ.