Aiden
Me encerré en mi habitación apenas subí las escaleras. Mi familia me llamó para que habláramos, pero les dije que no se me apetecía y que quería que me dejaran solo.
Tengo que ser honesto y realista: sabía bien que no iba a resolver nada con mi familia comportándome de esta manera y sin conversar con ellos, pero en este momento la soledad era la mejor y única opción que se cruzaba por mi mente. No era buena idea sentarme en la mesa y tener una conversación con mamá, papá y mi hermano cuando yo sabía perfectamente que podía decir cosas de las que luego me arrepentiría. Sé que ninguno de ellos tenía la culpa de nada y que, si mi relación con Emma terminó mal, fue porque desde que nos volvimos a ver, todo empezó mal entre nosotros dos. Sé que todo esto era una consecuencia ante mis acciones, así que no quería herirlos con mi dolor, porque sí, el dolor que traía dentro de mí era tan grande y tan impulsivo que podía desencadenar una verdadera pelea entre mi familia y yo, y no quería eso ni para ellos, ni para mi consciencia, mucho menos cuando Emma terminó conmigo para que mi familia y yo volviésemos a estar en paz.
Mi madre vino hasta mi cuarto y golpeó la puerta para avisarme que tenía la comida lista en la mesa. No quería ser un inmaduro y comportarme mal con alguien que solo intentaba que toda su familia estuviera unida y libre de conflictos y dolor, pero, como dije, el dolor ahora era más grande y no sabía cómo manejarlo. No tenía las herramientas para ello. Mi mente era un maldito caos y me estaba volviendo loco.
Le dije que no tenía hambre y que por favor me dejara solo.
A los únicos a quienes les abrí la puerta de mi habitación fue a Nick y a Cassie, que fueron a preguntarme si me encontraba bien. El pequeño Nick no tenía idea de nada, pero Cassie ya era adolescente y no era tonta. Sin embargo, no hablamos mucho y les pedí que se fueran a dormir temprano, pues yo también necesitaba descansar. No iba a dormir, esta noche apenas pegaría ojo.
Tenía una mezcla de emociones que me estaban desequilibrando. Mi mente era mi peor enemiga ahora. Los recuerdos me golpeaban como duras armas.
¿Este era mi karma por haber abandonado a Emma y haberme largado? Porque eso tenía sentido. Yo la dejé, hice mi vida, y ahora ella me dejó y haríamos vidas separadas.
Esto no se sentía bien.
Y sé que tenía que dejarla ir, pero ni mi corazón ni mi mente querían aceptarlo. Ambos sabían qué era lo correcto, pero querían seguir siendo egoístas y vivir en esa burbuja de amor que tanta felicidad me dio. Pero uno no puede cosechar felicidad cuando se ha sembrado una relación bajo las lágrimas de otro.
Ashton insistió en que fuera a cenar, pero le pedí que me dejara solo. No fui malo con él, se lo dije con respeto, pero sin ganas de conversar con nadie. Al rato regresó, golpeó mi puerta y preguntó si podía pasar, pero le dije que no. Para este entonces, mi corazón había estado latiendo rápidamente desde poco más de quince minutos y, por más tranquilo que me forzara a estar, no me funcionaba.
Mi mente generaba más caos. Las lágrimas caían por mi rostro y no podía pararlas. Sentía mucho peso en mi interior, sentía que todo había sido mi culpa. Me culpé por haber hecho las cosas mal, me culpé por no haber sido capaz de dejar a Maika cuando debí; me culpé por no haber aceptado desde un principio que seguía amando a Emma y que ese amor superaba cualquier otro; me culpé porque dejé que mi hermano se enamorara de mi exnovia; y me culpé por haber traicionado a Ashton y haber generado disturbios en una familia que jamás tuvo un problema como este.
No podía dejar de pensar en que yo ya no era bienvenido en esta casa, pues mis padres habían hecho una clara y correcta elección al decidir en qué lado de la historia estar. Era obvio que todos ahora me observaban con otros ojos, con rencor y decepción. No podía soportarlo
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La profundidad de su mirada #D4
RomantizmDespués de tanto llorar había conseguido la tranquilidad y la paz mental que necesitaba, pero todo terminó en la basura la noche en la que lo volví a ver. copyright 2020. PROHIBIDA LA COPIA Y/O ADAPTACIÓN DE LA HISTORIA. DE LO CONTRARIO DENUNCIARÉ.