★La Favorita Del Narco★

C.33

Preferí que la sepultura de mis padres fuera en privado, un ameno grupo de personas rodeaban los agujeros donde descansarían sus cuerpos.

Ese día, llore a mar de lágrimas. Yo tenía la esperanza de que papá me llevará a un altar, de que ellos conocieran a sus nietos, de que mamá me aconsejará de cualquier tema. Pero eso quedó en sueños sin cumplir, y sé que jamás los podré cumplir. Solo agradezco no estar sola.

[...]

Tocan la puerta, y se asoma Aurelio.

- ¿Cómo sigues?

- mucho mejor, gracias.

- Me alegro. Cuando te sientas mejor, tendrás que retomar el trabajo.

-Claro.

- Por cierto, casi lo olvido. Agatha viene de visita, tiene una propuesta para tí.

- ¿Pasa algo?

- ¿Qué? No, no. No pasa nada. Todo está bien. No te preocupes.

Y sin más, sale. Ya pasó una semana de haber tenido el alta, y la verdad me hace falta el trabajo, además, cuántos pendientes no tendré acumulados.

[...]

- Aurora, ¿Cómo sigues?

- Hola, ¿Por qué no me fuiste a visitar? Nicolás, por Dios. Y estoy bien, gracias por preguntar.

- No sabes cómo estuvo esto de congestionado, luego de tu incapacidad, es como si todo el mundo se hubiera puesto de acuerdo para pedir ayuda jurídica. Tantos divorcios, órdenes de alejamiento, jurisdicción. De todo paso por aquí. Y no he tenido tiempo por eso. Lo siento.

- Tranquilo, bueno, todo sigue como lo deje. Trabajo hasta el cuello, pendientes sin solucionar. - suspiro - Está va a ser una semana demasiado larga.

- Si algo te ayudo. Bueno, te dejo instalar te nuevamente. Nos vemos.

Y sin más que hablar, me deja sola en mi despacho.

[...]

El trabajo estuvo más que difícil, estoy que caigo del sueño. Pero no puedo descansar, hasta mínimo, haber recibido a Agatha. Me baño y me cambio por algo básico, un jean y una blusa básica. Mientras bajo, Agatha saluda efusivamente a Aurelio, y al verme se separa para saludarme a mí.

- Oh, querida Aurora, ¿Cómo estás?

- Que te digo yo... Asimilando la perdida de mis padres. - una lágrima sale de mi ojo izquierdo.

- Ay mi niña, lo siento mucho. - me levanta la cabeza suavemente, y desvanece el recorrido de la lágrima - Pero desgraciadamente no podemos hacer nada, lo que importa, es que sigas recordando lo bueno que hicieron por ti y por tu hermano, luego todos se van a reencontrar cuando sea el momento. Por ahora, tenemos que seguir adelante, con el corazón hecho trizas.

Aurelio para romper el momento emotivo, réplica sobre el negocio a hacer conmigo.

- Vamos a mi despacho, ahí vamos a estar más en privado.

Una vez ahí, todos tomamos un puesto para una mejor conversación.

- Bueno querida, a mis 50 años ya, necesito a alguien joven y de confianza, aparte de que conozca e negocio, y quién mejor que tú. Bueno, ¿Si estás dispuesta, claro. No te voy a presionar

- Valla, la verdad me siento demasiado alargada, y la verdad me harías un honor, dejarme tu imperio.

- Me alegra que aceptes mi niña. De igual manera, si me podés ayuda con cualquier cosa, sabes que tu puedes contar conmigo para lo que sea.

[...]

Aurelio.

Estaba en mi despacho, cuando el teléfono suena, pero lo ignoro, luego de que terminan los tonos, nuevamente suena y ahí atiendo.

- Aurelio Parker, ¿Quien habla?

- Señor, soy del equipo de investigación y seguridad.

- Claro, ¿Qué han descubierto?

- Debe venir a verlo con sus propios ojos, además de que esa información es confidencial.

- Voy para allá.

Salgo del despacho como un cohete, estaba en carretera, en la carretera principal había un obstáculo, así que tome la vía alterna, suena mi celular y contesto.

- No me aceptaste, no NOS aceptaste, así que vas a pagar las consecuencias de tus actos. Adiós papito lindo.

Esa voz tan conocida, por la cual llore años, porque creí que jamás la volvería a escuchar luego de tan repentina visita y llamada.
Me cuelga la llamada y me quedo estático, a los 3 segundos de recupero la cordura, pero era demasiado tarde, todo paso demasiado rápido, en mi dirección venía un carro, el cual no estaba en su carrito correspondiente, y ambos chocamos, cierro los ojos y no se más de mi alrededor, solo se que por mi rostro algo líquido lo recorría, y quedé inconsciente