C. 57

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Les resumo lo ocurrido está semana, al final Bradley acepto a firmar contrato con nosotros, en estos momentos debe de estar haciendo su magia con las sustancias alucinógenas. Por otra parte, Dominick volvió a Colombia, dice extrañar la alegría característica del país y sus bellas mujeres. Cooper ha estado fuera de casa, solo viene a asearse, bañarse y dormir, ya que, vive (metafóricamente hablando) al lado de su amada Elena. Aurelio está fuera del país, pues, hubo un problema con una de las mercancías. Yo sigo al manejo de las cafeterías, Danny Donovan hizo un desatre cuando las estaba administrando, ahora es mi turno de levantar las y volver al antiguo prestigio que obtuvieron en sus años de luz.

Estoy en mi oficina redactando unas actas, cuando en mi entretención de lejos escucho unos golpes en la puerta, me desconcentro y presto atención nuevamente a algún sonido fuera del despacho, suenan nuevamente los golpes en la puerta y me levanto para abrir. Oh, valla mi gran sorpresa.

- Hola ¿Puedo pasar?

- Conny... Claro, pasa ¿Estás bien? - me hago a un lado para que pudiese entrar y la invitó a tomar asiento.

- Si, gracias. Solo quería hablar contigo.

- Dime, soy todo oídos.

- Quiero pedirte disculpas... Por todo lo que te he dicho y hecho desde el inicio, se que es tarde para venir a disculparme, pero tenía que hacerlo. Nunca debí haberte menospreciado.

- Tranquila, te entiendo. Algo que vemos en la carrera de derecho, es una introducción a la psicología, aprender a leer las facciones y acciones de los demás. Antes, te aborrecía con todo mi ser, pero poco a poco fui razonando. Sin la influencia de Miriam ya eres tú misma, ya no eres el títere que solías ser. - estirando mi brazo sobre el escritorio y coloco mi maso sobre la suya tiernamente - Lo que importa es que usaste la razón y decidiste por tu bienestar.

- Señoritas, perdonen la interrupción, pero hay unos oficiales de policía buscando al señor Aurelio.

- ¿¡Qué!? ¿Te dijeron para qué? - contesto exaltada.

- Una orden de captura por tráfico y por daños y prejuicios hacia una mujer.

Conny y yo nos observamos y tenemos la misma mirada, preocupación. Nos levantamos al tiempo y saludos casi que corriendo. Bajo las escaleras de dos en dos hasta llegar a la primera planta y dirigirme hacia la entrada. Hay cinco policías esperando por Aurelio, valla sorpresa para ellos, porque no está.

- Buen día caballeros, ¿Puedo colaborarles en algo?

- Señorita, debemos hacerles unas preguntas, ¿Podría cooperar y agilizar nuestra visita?

- Claro, sheriff. Dígame. - de un bolsito saca una pequeña libreta con su lapicero.

- ¿Quien es usted y que conección tiene con el señor Aurelio Parker?

- Me llamo Aurora Ángel y soy su mano derecha en el manejo de las cafeterías.

- ¿Solo en las cafeterías? - alza una ceja, se a que se refiere, pero no afirmaré

- Perdone... ¿A qué se refiere, de que me vienes a acusar a mí?

- Quizá complicidad en el narcotráfico.

- ¿Narcotráfico? ¿Se da cuenta de la gravedad de la acusación?

- ¿Qué es usted, abogada?

- Si, soy abogada y trabajo por mi cuenta.

- ¿No dijo que era... - interrumpo al sheriff

- Soy su mano derecha y trabajo por mi propia cuenta. Soy abogada y puedo destinar mi servicio a numerosos clientes. Entre esos está el manejo de las cafeterías, asistencia penal, patrimonial, infantil y demás. Yo no estoy regida por un contrato único como lo están ustedes, que solo pueden servir a una entidad, como dije anteriormente y lo recalcó, yo puedo ser participe en numerosas entidades o clientes.

- ¿La señorita quien es? - mi mirada dibuja la línea que señala el dedo policía, el cual se dirige hacia Conny - Señorita, no volveré a repetir la pregunta.

- Soy Conny Parker, hija del acusado.

- ¿Sabe usted de algún movimiento ilícito por parte de su padre, señorita Parker?

- No, hasta donde yo tenía entendido, papá solo maneja las cafeterías, lo de narcotráfico... No creo que sea verdad.

- Si no cree en esas acusaciones, debería creer en agresión contra la mujer.

- ¿¡Que insinúa!? ¡Mi padre sería incapaz de herir a una mujer!

- Eso no es lo que dijo la persona demandante. Usted, señorita Conny, nos acompañará, queda detenida hasta que su padre se entregue a la policía, de no ser así podría usted ir a la cárcel.

- ¡Eso es injusto! Ella no ha hecho nada y como dijo, el señor Aurelio Parker no tiene nada que ver en narcotráfico y la supuesta agresión. ¿Dónde hay pruebas o testimonios que den vida a aquellas acusaciones tan nefastas?

- Usted se salva por no ser familiar directo del señor, además de por ser abogada. - cambia su dirección hacia Conny - Usted, señorita Conny, va a acompañarnos a la estación de policía. Está detenida por ser sospechosa de complicidad, tendrá derecho a un abogado, si no tiene el dinero para costear uno...

- Heme aquí, yo soy su representante. - interrumpo nuevamente, está tan ardido que me fulmina con la mirada.

Me acerco a la chica y la abrazo.

- Me voy a contactar con Aurelio y veremos cómo te sacamos de ahí. No te preocupes, llegaremos a fondo de todo. - susurro lo más suave posible, para no ser oída por los oficiales.

Luego de soltarla, inmediatamente los policías la esposan y la sacan de la casa como si fuera un perro, nos dedicamos la última mirada hasta que la meten a la patrulla. Una vez desaparecen por el camino de gravilla, busco un teléfono, pero me retracto, no se sabe si tienen las líneas hackeadas.

Manada de tramposos, se llevan a Conny sin justa causal. Los policías se creen con el derecho de llegar a una cada y arrestar a quien les placa, sea o no acusado, es una situación muy repetitiva en el país y aún así, no han hecho nada para evadir esa problemática.

Todos sabemos que mía respuestas fueron mentira, pues, obviamente soy la mano derecha en el negocio de droga, pero debo mantenerme al margen. Por estás acusaciones es posible que todos los bienes de Aurelio sean incautados por el estado, así que llamaré al abogado encargado del patrimonio de Aurelio.

- ¿Aló? Hola, querida Aurora ¿Cómo estás?

- Billy, te necesito ahora.

- ¿Pasa algo grave?

- Más de lo que te imaginas, no puedo darte detalles, ven cuanto antes, por favor. Estamos en la boca del huracán.

- Llegó en media hora.

Camino de un lado al otro, trato de pensar en cómo sacar a Conny del departamento de policía y en cómo comunicarle a Aurelio tremenda situación en la que nos hallamos. Luego de una larga espera, por fin llega Billy, la media hora fue la más estresante de mi vida.

- ¿Qué pasa, mujer? Habla de una vez.

- Debes pasar todos los bienes muebles y raíces de Aurelio a mi nombre.

- Eso ya está, querida. Tú apareces como propietaria de esta y las demás mansiones, sin dejar a un lado la gran fortuna y las cafeterías.

- ¿Cómo? - me detengo abruptamente y miro directo a Billy - A ver, ¿Ya me dirás qué estabas enterado de todo este drama?

- Al igual que Aurelio. ¿Por qué crees que no ha regresado de viaje? Hace varios días me llamo y me informo de todo, hice todo lo que me pidió. Además, dijo que esperarás, él está solucionando todo desde lejos.

Esto si no, voy a llegar al fondo de esto y lo voy a solucionar, así sea lo último que haga. Quien sea el o la culpable de eso, lo va a lamentar con toda su alma. Me voy a vengar, porque nadie en este mundo tiene el poder para hacerme daño. El que busca herirme, termina peor, muerto, con sufrimientos antes de ello, por su puesto.

★La Favorita Del Narco★ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora