★La Favorita Del Narco★

C. 56

Al tener todo empacado en la noche, estaba ansiosa al saber que al día siguiente podría regresar a casa. No pegue mucho ojo en la noche, solo a las 5 de la mañana, después de una larga meditación y de mi remolino de emociones.

Poco a poco fui despertando por un peso extra encima de mí, trato de acostumbrar mis ojos a la luz diurna.

- ¿Cómo estás?

Me recibe Cooper con una sonrisa de oreja a oreja, me reacomodo en mi sitio y lo abrazo con más fuerza.

- Feliz, feliz de poder regresar con ustedes. Tanta lejanía no me sienta bien. ¿Dónde están los demás?

- Aurelio fue junto a Dominick a hablar con Freyja, como estabas dormida ellos no quisieron quedarse y pues, yo me quedé por capricho, porque me insistieron en que no te despertada.

- Me alegra que seas lo primero que vea al amanecer, ya extrañaba eso de mi vida. Despertar e ir a verte y alejar tu sueño llenando te de besos por el rostro.

- Yo también te extrañe bastante, habían momentos en dónde quería coger el jet y venir por tí, pero sabía que no podía. Apenas si se prender un auto, ahora para intentar con el jet
- ambos reímos

Y es cierto, Cooper es un poco cobarde, es lo suficientemente introvertido como para tener que rogarle para que intentase conducir. Al menos es precavido, algo muy diferente entre ambos. Él es lo opuesto a mí y me alegra que allá sacado el lado positivo de mis padres.

Abren la puerta y se adentran los hermanos Parker, Aurelio corre a la cama y me rodea con un fuerte abrazo, con las lágrimas rodando por su rostro. Se aleja y toma mi rostro entre sus manos y me inspecciona.

- Dios, cuánto tiempo... ¿Cómo te sientes mi niña? Agatha te manda saludes, tuvo que asistir a una reunión de unos clanes como mi representante. Pero bueno, no vinimos a hablé de ello si no que de tí.

- He estado bien. - en mi pecho se abarcan unos sentimientos que me hacen derramar más lágrimas, pero de felicidad. - Estoy completa ahora sí. No quiero estar más lejos de casa.

La tarde la pasamos juntos y fue la mejor que tuve hasta ese momento. Unas horas llenas de risas, anécdotas, sentimentalismo, lágrimas. En fin, ya era hora de irnos de este lugar.

Tres semanas después

Luego de que llegue a casa, todos me mantuvieron en cama para que pudiese adquirir fuerza y volver a la normalidad. Una vez que me dejarán levantarme sola de la cama, fui recuperando mi rutina antes de todo ese caos del veneno. Aproveche que habían construido unas caballerizas y salir con uno de los ejemplares más bellos que hay en el lugar, Butterfly, una yegua de raza de los Frisón, es un ejemplar negro, con una larga melena y cola que son perfectamente cuidadas. No es una yegua muy alta, pero es veloz y carismática.

Las primeras veces intentando montarla tuve numerosas caídas y sustos. Pero pues, mi obstinación no me permitió dejar a un lado la misión de poder montar a Butterfly. A regañadientes Aurelio y Dominick accedieron, sacando la excusa de que el aire libre me haría mejor y que mejor que con una linda yegua.

Entro a la casa luego de mi paseo, me dirijo a la cocina en busca de algo para tomar. Escucho pasos que se acercan al lugar y saco una botella de jugo de mora y volteo en dirección de los pasos.

- Te estaba esperando, quiero que conoscas a alguien que será parte de nosotros. Tiene una reputación y creo que nos vendría bien una cabeza más, sabes que debemos ir innovando el producto y él es la pieza clave. - me intercepta Aurelio

- Ok, fabuloso, ¿De quién se trata? ¿Lo conozco?

- No lo sé, en la tarde llegará, primero iré a haber personalmente con él, en la noche, cenará junto nosotros y aclararemos detalles. Además, de que ya es momento en que sigas en el papel de abogada correcta, hemos tenido suerte en que por ahora no han descubierto el lavado de dinero.