C. 46

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Autora

Abro lentamente los ojos, estos me pesan toneladas al igual que el cuerpo, la luz de la habitación me cega totalmente, así que pesadamente llevo mi mano hacia mis ojos y tallarlos.

Entra una enfermera con una tablilla de información, ella me ve conciente, me hace señas y mueve los labios diciendo "vuelvo en un segundo" al poco tiempo llega con una doctora.

- Hola Aurora, soy la doctora Spencer¿Cómo te sientes?

- La verdad, me pesa todo.

- Tu cuerpo paso por un momento demasiado fuerte, puesto que, hubo un inconveniente. Uno de nuestros practicantes no midió la fuerza de succión, así que con ello hizo una pequeña incisión. Por un momento creímos que no ibas a aguantas, porque tu cuerpo no creaba la coagulación para detener la hemorragia. Perdiste un poco mas de dos litros, pero se pudo recomponer un litro.

- Ese inconveniente no me va perjudicar si después quiero tener hijos ¿Cierto?

- Mientras no sean por estos próximos meses, no. ¿Quieres algo? No sé, ¿Comida, algo de beber?

- Ambas, por favor.

Ella asiente y se retira. Yo simplemente me froto las manos en los ojos, para que ni se me cierren.

Me siento tan débil, que los párpados me pesan, pero me obligó a no cerrarlos por completo, el cuerpo puede ser engañoso, piensas "por unos segundos que los cierre, no pasará nada" y te sumerges en un sueño, que es arrebatado por una persona, la cual sabe que debes ir a algún lado.

Entra nuevamente la doctora Spencer, y me acerca la mesita corrediza que estaba en un rincón de la habitación.

- Buen provecho, ah, en unos minutos alguna enfermera vendrá a revisar que todo esté en perfecto estado, ¿Vale?

Asiento, ella se despide con la mano y yo imitó el gesto, observó lo que ella me trajo, nunca fui amante de la comida de hospital, sabe insípida. Pero bueno, es lo único que tengo para comer, y si no lo hago, me pondrán otra intravenosa.

Mientras degustaba mi comida, entra una enfermera un poco peculiar, cubierta en su totalidad, se acerca a mí, y detallo sus ojos, los cuales me parecen conocidos, su mirada intensa me obliga a apartar la vista. De reojo diviso que dell bolsillo de su bata, saca una jeringa, volteo rápidamente, y está, al mismo tiempo esconde la jeringa. Se aleja y se dirige a una mesa que tiene mi historial, se entretiene ahí, mientras que trato de comer, pero los nervios me complican la acción.

Se vuelve hacia mí, trato de tranquilízate en busca de un libro que ví en la repisa de al lado, una vez acomodada, la enfermera ya está de salida. En mis adentros respiro más tranquila. Los ojos me pesan más que antes, trato de concentrarme pero misión imposible, así que caigo en sueño profundo.

[...]

Narrador.

Mientras que la supuesta enfermera se escabullia entre el mar de personal clínico y pacientes; Aurora estaba en un estado de inconsciencia, la cual lentamente le iba mermando el pulso cardíaco. Ella tenía poco tiempo para escapar, porque el líquido suministrado es veloz al momento de hacer efecto, y más aún, cuando la víctima está en un estado delicado.

La chica va por las escaleras de incendio, donde el chico la espera y le entrega una bolsa, ella rápidamente se cambia, metiendo el uniforme en este. Los altavoces inician su llamado a los especialistas, por un paciente con poco pulso y en coma sin sentido.

Aurelio estaba hecho un manojo de nervios, la última persona que entró, que él viese claro está, fue la doctora Spencer. Pero el duda de que ella fuera a atentar sobre la vida de su pequeña. Por otro lado, Agatha llora derrumbada, con un rosario entre las manos y orando mil y un veces para que la chica en aquella habitación abriera los ojos nuevamente. Cooper sostenía una mezcla de los sentimientos de los dos adultos, él ya perdió a sus padres, no puede darse el lujo de perderla a ella también.

No podrá ser la mejor de las hermanas, pero desde que sus padres murieron, e inclusive antes de eso, la chica era capaz de dar la vida por el niño.

- Ve a casa niño, dile al chófer que valla a descansar y que si lo necesitamos lo llamamos.

- No. No voy a irme, ¿Si le pasa algo a mi hermana? - las palabras empiezan a quebrarse. - Me niego, voy a esperar una noticia.

- Agatha llévatelo, descansen, si pasa algo les aviso

- Tu tampoco has dormido, estás más que agotado.

- Eso es lo de menos Cooper, por favor. Bastante tengo con Aurora en este estado. Si algo te pasa a tí o a Agatha, no me lo perdono. Eres propenso a tener algún ataque con momentos tan estresantes. Vallan a descansar.

La mujer y el chico se convencen a medias, pero siguen las instrucciones. Unos doctores atienden a Aurora, sale la doctora Spencer y no brinda noticias alentadoras. Tal parece que le inyectaron un tipo de tranquilizante, el cual no está en el mercado clínico.

- Estados tratando con todo lo que está en nuestras manos, pero desconocemos los componentes que ese tranquilizante trae.

- ¿Hay algo en las cámaras? No sé, puede que ahí este las respuestas que buscamos - Aurelio entra en desesperación

- Seguridad está revisando, cualquier novedad, le informaremos.

Conny

Mientras mi hermano y yo nos alejamos del hospital, mi cuerpo se inunda de una satisfacción que no me borra la sonrisa del rostro. Nuestra ventaja es que tuvimos un equipo de programación para que modificarán las camaras, este será un bello crimen, por fin hallaremos la paz que nos fue arrebatada por una entrometida.

Bajamos el paso que llevamos. Danny recibe una llamada, y solo se limita a contestar "si" o "no".

- ¿Quién era?

- Uno de los enfermeros.

- ¿Que quería?

- Me comentaba el estado de Aurora. Los médicos siguen intentando, solo lograron estabilizar el pulso cardíaco, pero no hay medicamento que la despierte, a menos ellos no lo tienen, debemos tener en cuenta cuando es posible capturarla y despertarla.

- Pero mamá nos dijo que Aurelio pidió ayuda a ese grupo de cavernícolas.

- No son cavernícolas Conny. Son un grupo delictivo muy peligrosos, ellos matan a sangre fría y al abrirte el cuerpo, si ven órganos en perfecto estado, los arrancan y los venden. Así que no nos podemos dar el lujo de peligrar de semejante manera.

- Si seguían a papá, ¿Por qué no siguen a mamá?

- El contrato solo incluía a Aurelio como jefe. Mamá solo era un tipo trofeo.

- Papá no puede ser tan malo.

- Que tú no quieras abrir los ojos, no es culpa mía. Yo cumplo con abrirte la mente y volverte más inteligente para la toma de decisiones. Conny, deja de darle vueltas al asunto, limitante en entender de qué Aurelio no es el padre ejemplar que simula ser. Es un tipo muy manipulador.

No comento más, a lo lejos vemos la camioneta que estaba a nuestra espera. Entramos a este y mamá está en el asiento del copiloto.

- ¿Que tal les fue?

- Perfecto, nadie nos vio entrar, todo fue acorde al plan.

- Perfecto, ahora esperar para dar el siguiente paso.

★La Favorita Del Narco★ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora