★La Favorita Del Narco★

C. 39

Aurelio

- ¿Entonces nos vemos el viernes? - rectifico la fecha

- ¿En la mansión Libertad?

- Si, en la que está cerca de la costa oeste - le confirmo el lugar.

- Ok, ¿Pero cómo sabrán que llegamos? O sea, si no puedo llevar ningún aparato.

- Mis mejores hombres de servicio los esperarán, así que no hay de que preocuparse. Y sobre ello... Es por precaución.

- ¿Cómo qué precaución? ¿Pasa o pasó algo?

- Tuvimos un pequeño percance, un robó, para ser más exactos, trataron de robar mercancía, al menos la mercancía estaba en unos container, la policía los capturó

Benson me observaba en manera desaprobada. Negaba con la cabeza mientras que con una mano se tapaba medio rostro. Me despido y cuelgo.

- ¿Qué?

- ¿Era necesario mencionar la policía?  Falta ver si aparece. Cómo es de cobarde, me hace dudar. Todo un puto plan tirado por la borda -empezo a manotear enojado.

- Deja el drama, seguro viene. Tiene que.

- ¿Por qué tan seguro?

- Las palabras atraen. - Benson me mirada de una forma extraña, como de sorpresa. - No, no soy gay, y no me refiero a esa atracción. Me refiero, a qué le ofrecí una buena cantidad para que se llevará a Colombia, le ofrecí 1 tonelada a mitad de precio. Y sin dudarlo acepto. Por eso viene con tanto apresuró.

- Algo bueno. Pero para una próxima, no metas a la policía, ¿Qué va a decir?

Junto al equipo, ideamos un pequeño y sencillo plan. Que mejor que llevarlo a la mansión más alejada, todavía no se que voy a hacer, solo sabemos que va a haber el doble de guardas, debemos asesinar a Rendón y a sus guardas, y siempre viene con bastante cantidad, y como acabe de meter la pata, vendrá con más.

Todavía no se si asesinarlo a sangre fría, o hacerlo sufrir, o que lo violen, o hacer un sacrificio maya ... Ok no, ya me pase del punto. El verdadero punto, es que él va a pagar por lo que hizo, eso no tiene perdón de nadie, es que ni el mismo satanás lo perdonaría. Solo queda esperar, y ver qué nos deparará el momento.

Narrador.

Rendón y sus hombres habían empezado a cuestionarse sobre el ir o no por la mercancía, el haber mencionado a la policía por parte de Aurelio, no fue la mejor jugada que digamos, el plan tiene el mismo porcentaje entre, funcionar o no.

Aurelio y su equipo salieron de sus trabajos y se dirigieron a sus respectivas casas. Una vez que el rei del narcotráfico, llegara a casa, en dirección a su habitación, una Aurora asustada y nerviosa llama su atención, puesto que, ella de un leve sonidito - pss- hace que el hombre se voltee en dirección al sonido.

- Hola, ¿Cómo sigues? - interroga Aurelio

-. Bien, supongo - respira hondo y desvía la mirada unos poco segundos - ¿Ya sabes cómo hacerle pagar a Rendón? Digo... Lo harás pagar, ¿No?

- Claro, eres como una hija para mí, y a mi hija nadie le hace daño - se acerca a Aurora y se dan un tierno abrazo, el acto que la chica tanto esperaba, un abrazo que le brindará confianza y seguridad. A los segundos se separan, y ella rompe el silencio nuevamente

- ¿Puedo preguntar qué tienen planeado? Si es que lo tienen.

- Lo vamos a reunir en la mansión de la costa oeste, la mansión Libertad. Tendré que contratar más guardas, él va a ir acompañado, y mucho más que antes

- ¿Sospecha del plan? - abre los ojos, que parecían que se iban a salir de sus cuencas.

- No, no es eso. Pasa que... Le pedí que no llevará ningún dispositivo móvil, ni radios, nada. Entonces al preguntar el motivo, le dije que nos habían intentado robar, y que la policía detuvo al ladrón. - la misma acción que tuvo el joven Benson al escuchar esa respuesta, la tuvo Aurora. Igualmente, se llevó la mano a la frente mientras negaba.

- Te mereces un premio por pendejo. O sea... ¿A quien le cabe en la cabeza, el mencionar a la policía? ¿Quieres matarlo? No metas a nadie judicial. Falta ver si va o no. ¿Cuando lo citaron?

- Para el viernes.

- Quiero ir.

- ¿Qué? ¿Estás loca? Recuerda lo que te hizo, o sea, no vamos a dejar que ocurra nuevamente, pero creo que no estás lista para enfrentarlo.

- Estás en lo cierto, pero preguntara por mí. Se supone que hace los tratos conmigo, además, quiero cortarle el pito y los huevos, puede que le halla hecho lo mismo a otras mujeres, y ellas deben de tener miedo, miedo de denunciarlo. Si lo hago pagar, estaré vengando, no solo a mí, si no a esas chicas

- ¿Por qué crees que él le hizo lo mismo a otras?

- ¿No es obvio? Si lo hace una vez, lo sigue asiendo. Porfi, déjame ir. Quiero hacerlo pagar. Debo hacerlo pagar.

- Está bien, pero si no estás preparada, tienes tiempo de volver para atrás. No quiero.