Capítulo 67

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La desesperación ya ha consumido mi alma al completo. Es la hora. Tengo que dejar escapar todas las fuerzas que me atan a esta vida para salvar a las dos. Soy una soldado que acaba de recibir una orden. Y por mucho que escuche a mis padres llorar de desesperación tengo que hacerlo. Es el momento.

Respiro entre sollozos y agarro las frías manos de las dos chicas. A mi alrededor veo como tienen agarrado a Caleb de brazos y piernas mientras el chico me grita que no lo haga. El dolor de su mirada me consume un poco más. 'Te quiero' le susurro con mis labios y en ese momento su mirada cambia a una de pánico. Sabe que lo voy a hacer sin importar las consecuencias que pueda tener en mí.

Giro mi mirada y veo a mis padres. Están siendo retenidos por una jaula de aire que los tiene aprisionados, es mi culpa, pero no puedo dejar que me detengan. Nadie puede hacerlo.

A mi alrededor todo mi equipo se sienta sobre sus rodillas y se dan la mano, cerrando un círculo perfecto. Dentro solo quedan las dos chicas inconscientes y yo.

Vuelvo a coger aire y esta vez, al soltarlo muy despacio suelto mi débil alma de una forma dolorosa. Está demasiado cansada y mi instinto de supervivencia hace que me cueste demasiado hacerlo.

De repente siento unas manos frías sobre mis hombros.

-Aria, yo te guiaré. Vas a estar bien. –me susurra Agna en mi oído y un escalofrío nace de mis entrañas. Pero por muy raro que parezca, casi me siento aliviada de tenerla aquí ahora. Al menos no estaré sola completamente durante el proceso.

-Aria, expira todo el oxígeno que tengas en los pulmones y poco a poco extiende tu alma hacia la de ellas. –me dice con una voz segura.

Comienzo a hacer lo que me dice e inmediatamente ese dolor que ahora es tan familiar me recorre la columna vertebral. Tiemblo de dolor y me encojo, pero al segundo las manos firmes de mi sire me incorporan.

-No te dejes llevar por las sensaciones, tienes que hacerlo. –me ordena.

-Pero no puedo Agna, me arde. –le digo sollozando.

-Eso que arde Aria, es una simple barrera que tienes que superar, vamos deja que el incendio que hay en tu interior se expanda. Cúbrete de dolor y oscuridad.

Vuelvo a intentarlo y ahora cuando duele de formas insoportables lo que hago es gritar y llorar, pero no la retiro. Dejo que mi alma siga por el cuerpo de ambas chicas, sintiendo como mis venas arden a cada segundo y mis manos tiemblan por el esfuerzo.

Me fijo en mi cuerpo, pequeños hilos negros de sangre decoran mi piel blanquecina. Mi cara es un entramado puzle de esos hilos negros que irrumpe en mis ojos. La oscuridad ya está atravesando todo mi ser.

-Lo estás haciendo muy bien Aria, ahora tienes que entrar dentro de ellas, tienes que conseguir traer su consciencia de vuelta, dales tu fuerza para volver.

Inspiro profundamente y fluyo hasta Sara, hacia su interior. Noto un sufrimiento desgarrador, y de repente empiezo a sentir todo el sufrimiento que su mente alberga dentro de mí.

Mis llantos y alaridos de dolor aumentan al absorber el dolor. Mi corazón no aguantará tanto. Sigo fluyendo ahora hacia Mel, y si lo de Sara me parecía infernal, lo de ella es incluso peor. Mi cuerpo se encoje ante las constantes punzadas de dolor que me atraviesan, pero Agna me tiene firmemente agarrada por la espalda y me mantiene erguida, dejando que tome el sufrimiento y sin dejarme retroceder.

-¡La vas a matar! –escucho cómo alguien grita desde fuera, pero no llego a reconocer su voz. Estoy ciega de dolor.

Mi alma quiere regresar, no quiere seguir con esto, pero la sigo empujando hacia las dos chicas, debo despertarlas. Sigo empujando mi fuerza contra sus cuerpos inertes, tengo que entrar totalmente en su mente para tirar de su consciencia.

Equipo Luz de Luna (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora