Capítulo 8

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Al día siguiente, después de haber pasado por la peluquería estábamos de camino al baile. Llegábamos un poco tarde, pero es que el eyeliner se nos había resistido un poco.

¿Recordáis esos caprichos que tomábamos de vez en cuando? Pues este era uno de ellos. Ambas sabíamos que en ese baile no había nada de alcohol. Por lo que mientras que nos arreglábamos habíamos abierto una botella de champagne y nos la seguimos bebiendo en la limusina que nos estaba llevando al baile. Incluso llevábamos una liga (como las novias) en la pierna, que estaba confeccionada para aguantar una petaca, dónde habíamos guardado algo de whiskey.

Pareceríamos alcohólicas, pero esta iba a ser la última noche que pasaríamos con todos y nos apetecía jugar un poco y pasárnoslo bien.

Llegamos al recinto, con una sonrisa bastante amplia, diría yo. Nos echamos un poco de perfume y bajamos de la limusina. Me costó como 1 minuto acostumbrarme a andar con ese gran vestido y con los tacones, pero al final lo conseguí.

-Sara, suerte y gracias, te quiero mucho, - y abracé a mi prima como hacía tiempo no hacía.

-Tía, yo también te quiero –me dijo arrastrando la voz. Inmediatamente empezamos a reírnos de la manera menos femenina del mundo. Estábamos algo borrachas y ambas lo sabíamos. Y con este momento, cuanto menos gracioso abrimos las puertas de aquel lugar para entrar como las auténticas reinas.

Narrador  externo

Aria abrió con dificultad la puerta de aquella sala y ambas primas entraron sujetas de la mano.

Al entrar todo el baile se giró para ver quien había llegado y se pudieron ver caras de asombro por todo el espacio. Ambas chicas andaban con paso seguro hacia el frente, mirándose entre ellas con una sonrisa digna de la de Mark.

Todo el mundo comenzó a susurrar sobre las primas, y es que ambas se veían espectaculares. Cuando ya llevaban medio baile recorrida ambas pararon y se susurraron algo entre ellas. Nadie logró oírlo, pero ellas soltaron una suave risa.

Comenzaron a girar alrededor de ellas en busca de su grupo de amigos.

Nadie hablaba, todos las miraban. Los chicos estaban sonrojados y las chicas parecían asombradas con los vestidos. A comparación con los del resto de la fiesta que parecían de campesinas, los suyos eran de verdaderas reinas.

Por fin lograron situar a su grupo de amigos, junto la mesa del DJ y con paso pausado se fueron acercando lentamente para saludarlos.

-Hola chicos. –dijeron ambas a la vez con una gran sonrisa.

Ninguno de ellos reaccionó, sólo fue Silvia la que rompió aquel momento incómodo.

-Estáis increíbles, los vestidos son hermosos, y ese maquillaje, y bueno el peinado en precioso... -comenzó hablando muy rápidamente.

Las primas se miraron entre ellas ya que no habían entendido ni una sola palabra, entre la música alta, lo rápido que había hablado y que no se encontraban en plenas facultades, esa frase era misión imposible.

Amas sonrieron a Silvia esperando que no fuera una pregunta, que gracias al cielo no lo era.

Mientras que las chicas tocaban las telas de los vestidos, y alababan lo guapas que iban las dos, las primas miraron al resto de chicos que seguía sin decir palabra.

Ambas sabían que estaban diferentes a lo que solían estar. La mirada de algunos de ellos ya la habían visto en fiestas antes. Asombro.

Pero decidieron hacerse las inocentes y comenzaron a jugar con cada uno de ellos.

Equipo Luz de Luna (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora