Capítulo 47

113 12 1
                                    

Todo el equipo se colocó a nuestro lado del campo y comenzamos a calentar. La entrenadora por fin salió al campo con Agna. Las cámaras que se habían conectado al directo enfocaron a las dos mujeres las cuales andaban con la mirada fija en nosotras.

Gritos de apoyo retumbaron por todo el estadio, pero a ambas mujeres ni si quiera les tembló el labio. Siguieron con su mirada penetrante hasta llegar al banquillo dónde se sentaron tranquilamente a esperar el comienzo del partido. Ni si quiera se molestaron en mirar hacia las cámaras.

Segundos más tarde el estadio volvió a retumbar dejando ver desde el túnel de vestuario como el equipo rival salía a calentar.

Seguía notando cómo el alma de Sophie rondaba a su alrededor de una forma débil, aunque su aspecto me llevaba a pensar que en realidad no tenía nada que ver con que hubiera entrenado muy duro.

Desvié mi mirada hacia el lugar que ocupaba Inazuma Japón, para ver otra vez a Byron y agradecerle en silencio el número que había montado para ayudarme. Pero sin saber por qué mis ojos volvieron a pararse, como si fueran imanes, en la imagen de Caleb y Mel fundidos en un apasionado beso.

Sentí una repulsión instantánea y por un segundo todo en el campo desapareció. Todo el ruido que había se silenció y mis manos dejaron un leve temblor residual ante aquella imagen que estaba viendo. Busqué con mi alma la de Caleb. Necesitaba sentir otra vez ese baile que realizaban nuestras almas sin querer, pero no conseguí entrelazarlas ni una sola vez. Quizás lo que mis ojos ven sean la verdad, lo que una vez hubo entre ambos no significa nada.

Además, yo no debería de estar pensando en esto. Él me traicionó, me gritó muchas cosas delante de todo el mundo, no me defendió y encima se va con ella. No se merece mi cariño y no lo va a tener.

Por fin mi mundo vuelve a aparecer a mi alrededor, coloco mis cascos rojos con cuidado de no despeinar mi pelo y comienzo a hacer los ejercicios.

A pocos minutos de que todo comience la entrenadora me avisa por los cascos para que todas nos acerquemos al banquillo. Rápidamente presiono un poco el alma de las demás para que estas me sigan y así es, con una carrera rápida todas llegamos para escuchar instrucciones.

-Chicas, quiero que sigáis el plan y juguéis como tanto tiempo habéis entrenado. Si no os dejáis llevar por su juego ganaréis. –dice la entrenadora. Sus palabras nos dejan anonadadas, aunque parezcan simples, y quizás no las más motivadoras, cuando se trata de la entrenadora cada palabra alentadora es oro puro.

Todas asentimos mientras llevamos botellas de agua fría hacia nuestra boca, guardando un círculo para escuchar a la entrenadora alto y claro.

-Hay algo más. –habla ahora Agna, a lo que todas la miramos extrañadas, pero nada más ver su mirada acusatoria hacia mí ya sé de qué se trata. –¿O no es así Aria? –me pregunta con una media sonrisa. Las miradas de todas las chicas me apuntan a mí, ahora con bastante preocupación.

Si no hay más remedio, que sé que no lo hay, tendré que hablar y contar la verdad a todas, a lo mejor así encuentro la solución antes o quizás sólo sirva para preocuparlas en vano.

-No he sido sincera del todo con vosotras. No quería preocuparos, pero ya es tarde. –todas abren los ojos un poco más y se remueven nerviosas ante mis nuevas palabras. –este partido estará perdido hasta que no encuentre que es lo que va mal con el equipo. Hay algo peculiar en ellos que nos va a llevar a la derrota si no consigo averiguar qué es lo que sucede.

-Y... -me incita a seguir Agna.

-Y no tengo esa respuesta sólo por mi irresponsabilidad. –recito sabiendo que esa respuesta le gustará. –Había quedado con Agna para que me ayudara y me quedé dormida y ahora no vamos a ganar hasta que averigüe que es lo que falla. –termino de hablar sin poder mirar a ninguna a los ojos.

Equipo Luz de Luna (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora