Equipo Luz de Luna (Inazuma Eleven)

Capítulo 37

Me despierto más temprano de lo que me gustaría. Mis pensamientos no me dejan descansar. Hoy he tenido como 3 pesadillas, cómo siga así voy a ir zombi a todos lados. Ya casi hemos terminado la primera fase de éste plan de la entrenadora. Con sus más y con sus menos, pero al final hemos llegado al punto que a ella le interesaba.

Miro la cama de Sara y sigue estando vacía. Sí que le habrá tenido que explicar un montón de cosas al rubio, espero que no llegue tarde al entrenamiento.

Me termino de vestir en un tiempo récord y me dispongo a salir de mi habitación para dar un paseo mañanero. Cuando voy a abrir la puerta escucho unos ruidos raros. Que extraño, a estas horas suele estar todo el edificio dormido.

No puedo evitar pensar que es alguien que quiere hacerme daño. Y no, no estoy paranoica, después de que casi me aplastara una lámpara de araña, lo menos que puedo hacer es tener un poco de cuidado.

Abro la puerta lentamente, y asomo la cabeza para encontrarme lo último que desearía ver hoy.

-¿Entráis, os quedáis fuera o cómo lo preferís? –pregunto a los 4 chicos que había en mi puerta. Es muy temprano y no es mi mejor día, puede que mate a alguno si siguen molestándome.

-Entramos. –dicen seguros a la vez, y con esto me hago a un lado en la puerta y los dejo pasar.

-Antes de nada, deciros que si no tenéis algo más interesante para hacer con vuestra vida. Como, no sé, atrapar mariposas o estudiar... -les digo con la voz de cansada que mejor sabía poner.

-La verdad es que sí, por lo que cuanto antes lo hablemos mejor. –dice Caleb.

-Bueno pues vosotros diréis. Que yo sepa ya os lo conté todo ayer.

-Dos cosas, la primera, dudo que sepamos una mínima parte del todo lo que estás tramando. –comienza Jude haciendo valer su innata inteligencia. –y la segunda es que queremos que nos enseñes a expresar y controlar nuestras almas.

Al terminar de escuchar esto los miro fijamente, uno por uno con mi mejor cara de póker. Y termino estallando a carcajadas.

-Que broma más buena chicos. –les digo mientras finjo limpiarme una lágrima inexistente. Pero ellos siguen con su semblante serio. Estos son tontos de verdad, no sé ni cómo se les ha pasado por la cabeza esa que tienen.

-Aria, va enserio, si queremos tener alguna opción para ganaros el torneo es aprendiendo todo esto. –dice Paolo.

-Anda ya, ¿enserio?, como no se me había ocurrido antes enseñarle nuestro arma más poderosa y peligrosa a mis rivales en el torneo para que puedan ganarnos... -les digo lo más divertida que puedo.

-Puedes parar de una vez y tomártelo enserio. No te estábamos pidiendo un favor, o nos ayudas o todo el mundo sabrá ese truquito que sabéis. –me dice Caleb encarándose conmigo.

Suelto una risa cínica ante lo que me está diciendo el chico. Una cosa estaba clara, ya no me temían, sino nunca me hubiera dicho un comentario como este.

- ¿Pero os creéis que esto se aprende en un mes? ¿Qué pasa que porque lo consiguiésemos nosotras sin haber jugado nunca a futbol, vosotros lo conseguiríais en mucho menos tiempo? –le respondo a Caleb, y por las caras que ponen sé qué he dado exactamente en el clavo. –dejad de menospreciarnos y aprended de una vez que no depende de lo fuerte que estés o de lo mucho que te entrenes, que solo depende de lo que hay aquí, -digo llevándome la mano a la cabeza. –y aquí. –y me llevo la mano al corazón. -y de eso chicos excepto Mark, todos vais escasos.

-Aria, sabes que Caleb habla antes de pensar. Por favor, vamos a hablar las cosas más tranquilamente. –me dice Mark con su voz dulce de siempre.