Capítulo 50

130 11 2
                                    

Pasan unos minutos de completo silencio entre los dos. En todo ese tiempo, no hace el amago de quitarse de encima de mí. Y yo me encuentro paralizada ante sus palabras. No tengo respuesta.

-Responde. –me ordena bajito. En otras circunstancias me habría librado de su agarre fácilmente, pero me encontraba temblando por el cansancio e intentando recuperar fuerzas mientras esos ojos verdes intensos no apartaban su mirada de la mía.

Estábamos en una intimidad extraña, en un juego de miradas que nada más que hacía confundirme un poco más de lo que ya estaba si eso era posible.

El color de sus ojos se movía desde la claridad del verde pistacho hasta un color más esmeralda en cuestión de segundos. Signo de que, al igual que en mi interior, en el suyo estaba librando una batalla parecida a la mía.

-¿Por qué nos estabas espiando y que es lo que temías de mí? –me vuelve a preguntar.

Por fin obligo a mis labios a comenzar a articular palabras, aunque mis pensamientos siguen demasiado desordenados como para pensar con claridad.

-Estaba buscando a alguien, y os encontré a vosotros. No os estaba espiando. –respondo lo más digna que mi voz me permite.

Su expresión se mantiene firme, aunque sus ojos siguen cambiantes. En guerra.

-¿A quién buscabas?

Sé que no debo revelar nada, pero tengo el presentimiento de que no me dejará en paz hasta que averigüe la verdad, por lo que tendré que contar una a medias.

-Buscaba a Byron, tengo unos asuntos que resolver con él, por si no te habías dado cuenta. –le digo, consciente de que mi tono de voz aumentaba por momentos, pero a la par aumentaba mi seguridad.

-¿Cómo acabasteis enfadados? –me vuelve a preguntar.

-No es asunto tuyo.

-Sí lo es si no quieres que me ponga a gritar y vengan todos aquí. Sabes que Jude te sacará todo lo que él quiera, y entonces no tendrás escapatoria. –me amenaza. Y cierto es que Jude sabe leerme, y con él cerca mentir se hará una misión mucho más difícil de lo que ya es.

Tengo que pensar una excusa lo suficientemente buena cómo para que se crea que lo buscaría a estas horas de la madrugada, pero mi cabeza aún sigue vagando entre pensamientos contradictorios que no me mantienen la mente despejada.

-Él es un antiguo romance. –suelto sin pensármelo y seguidamente deseo no haber abierto la boca. Es imposible que se lo crea, más si conoce nuestra relación. Además, si de verdad conoce a Byron estaré perdida. Él está comenzando a conocer a alguien, me lo contó el otro día por mensajes y obviamente no vendría a verme a mí.

-Vale, me lo creo. –dice después de varios segundos en silencio. –Ahora dime, ¿Qué es lo que temías de mí?

-¿A qué viene esa pregunta? –contesto a la defensiva. Necesito escapar.

-El otro día en el partido, no parabas de mirarme. Y ambos hemos escuchado la explicación de Mel. Aunque, sé que eso ya lo habías averiguado tú. Así ganasteis, ¿No?

Asiento levemente con la cabeza, aunque no atiendo demasiado a lo que me está diciendo. Mi cabeza sólo vaga entre escusas baratas para salir de esta.

-¿Qué temes de mí Aria? –me vuelve a preguntar, esta vez más cerca de mí de lo que me gustaría. Sus ojos ahora con un matiz esmeralda oscuro me hacen pensar que se siente atormentado.

Mi respiración ahora está más calmada, pero, aunque ésta haya bajado, mis latidos del corazón siguen palpitando tan fuertes como lo hacía minutos atrás al caer al suelo. Casi puedo escuchar por mis oídos la sangre correr por cada capilar de mi cuerpo. Sí estoy nerviosa. Demasiado. No sé cómo explicarle lo que vi.

Equipo Luz de Luna (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora