Capítulo 28

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Inmediatamente Paolo me lanza encima de la cama y comienza a besarme. He echado de menos sus labios. Entre risas y gemidos, nos desconectamos de todo lo que está pasando en el exterior y caemos en brazos de la pasión.

Cuando abro los ojos ya es temprano, la música no suena y supongo que todos estarán en sus camas durmiendo. Despierto a Paolo con cuidado.

-Buenos días. Hacía meses que me quería despertar así. –me dice abrazándome y dándome besos por mi cara.

-Vale Paolo, ahora nos tenemos que ir a nuestro cuarto. Nadie se puede enterar de la fiesta de hoy y no pueden sospechar.

Nos vestimos cuidadosamente, recogemos todas las cosas y nos vamos despacio agarrados de la mano hacia la zona de concentración.

Cuando llegamos al punto de separarnos, él me coge suavemente la cara y deja un beso en mi nariz.

-Me lo he pasado muy bien contigo Aria. Mañana nos vemos.

Con esto él se fue hacia su edificio y yo hacia el mío. Debían de ser las 6 de la mañana o así.

Cuando entre a mi cuarto la escena que vi me quedó congelada.

-Jude, ¿Qué haces aquí? –le dije muy preocupada al verlo sentado en mi cama mirando al suelo.

-Tu prima y Axel están en mi cuarto. No tenía a dónde ir y pues supuse que no llegarías en toda la noche. -Me responde con una voz rara.

-Ah vale, no hay problema. ¿Estás bien? –le pregunto, acercándome a la cama y sentándome a su lado.

-Sinceramente no. Aria, siento haberte hecho daño en un pasado. Pero tú siempre fuiste la única. No ha habido otra. –dice, y su voz suena triste, cansada. –estaba con Bella porque habíamos creado una obsesión con nuestro pasado. Y eso no era amor, lo que teníamos era la necesidad de estar juntos. Aunque hiciera daño a mi alrededor. En especial a ti.

-Jude, te perdoné hace mucho. No siento rencor, deberías de perdonarte ahora a ti mismo.

-Pero Aria, cada vez que te vas con alguno de los chicos a mí me duele. Primero con Caleb. Y ahora con Paolo.

Boom, mi corazón en ese momento se rompió. Estaba actuando como quería pensando que a nadie le importaría. Pero estaba haciendo daño a alguien que de verdad me importaba.

-Yo no sabía que te sentías así. –le digo, y me quedo callada. No sé qué más decir.

-Aria, el día que te vimos con Sara en el bosque, dijiste que te gustaba alguien. ¿Quién es?

Mierda, si es que por abrir la boca me voy a meter en unos líos.

-No puedo decir nada, porque ahora mismo no sé qué pasa con mis sentimientos. Además, que estoy medio borracha y no soy consciente de nada.

-Aria, no te voy a pedir que me digas tu decisión. Lo que sí te voy a pedir es una hora.

-¿Una hora? –no se a que se estaba refiriendo con eso, pero llamaba mi curiosidad.

-Sí, una hora en la que no exista ningún otro chico, ni lo que ha pasado esta noche, ni el estúpido torneo. Sólo tú y yo.

Mierda. Sé qué esto le va a dificultar las cosas a Kiara para acercarse a él. Pero la verdad es que lo quiero hacer.

-¿Estás seguro de que es lo que quieres? Has de saber que no significa nada en cuanto al futuro.

Si lo vamos a hacer al menos que le quede claro que no es nada serio, aunque quizás le esté diciendo esas cosas para que mi corazón deje de latir a mil por segundo y el aire vuelva a mis pulmones.

-Aria, si a todo, me da igual, sólo quiero estar contigo. –me dice mientras que se quita sus gafas y me mira a los ojos.

Me relamo los labios muy nerviosa, esto va a desenterrar sentimientos que tenía guardados en el fondo de mi corazón.

-¿De verdad que es lo que quieres? –le pregunto una vez más para concienciarme de lo que iba a pasar.

-Sí Aria, es lo que siempre he querido.

Con esto terminan las palabras y vuelvo a besar al chico que siempre ha estado en mi corazón. Por mucho que lo intentara sacar ahí estaba. Y sé que esto es un paso atrás en todo lo que había logrado, pero merece la pena.

Vuelvo a sentir aquellos labios que tanto me gustaban y vuelvo al pasado. Vuelvo a esas tardes de estudio, las que nos comíamos a besos, pero esta vez algo diferente. Las manos de Jude no se quedan en mi cadera, quietas como solían.

Ahora vagan por todo mi cuerpo mientras que nuestros labios no se separan ni para respirar. Siento una urgencia en el beso, ninguno quiere que se acabe. Amos necesitábamos esto.

Me siento a horcajadas encima de él y profundizo más el beso. Sé lo que quiere, pero no sé si es lo que más me conviene a mí.

Ésta va a ser la última vez, va a ser la despedida. Me repito. Voy a dejar de comerme la cabeza y voy a disfrutar. Y una vez que tenía esto claro volví a perderme en el cuerpo de Jude, podía notar el cambio físico en su cuerpo. Ahora mucho más desarrollado.

Se notaba que ambos teníamos más experiencia. Mis manos bajan hasta la tira de su pantalón. Nos separamos un segundo y nos miramos a los ojos. En silencio. Sólo estoy esperando su aprobación, que no tarda en dármela. Acto seguido le quito los pantalones dejándolo en calzoncillos y la camiseta poco después.

El me quita a mí la ropa, y me observa desnuda por unos segundos.

-Eres perfecta Aria. Y no sé cómo te dejé escapar.

Yo me lanzo a sus labios, los necesito. Estuve esperando esas palabras tanto tiempo. Y ahora que me las ha dicho me siento vacía. Esas palabras eran un anhelo de lo que sentía por el de rastas. En mi corazón se que no es lo mismo, somos diferentes y quizás he estado buscando a una persona que ya no existía y eso me duele. Pero quiero hacerlo igualmente.

Los besos se profundizan, y por primera vez lo siento dentro de mí. Nuestras respiraciones alocadas, pero nuestros cuerpos encajan como si de piezas de un puzle de trataran. Siento que me queman las heridas del entrenamiento. Mi cuerpo está al límite por todo el esfuerzo físico que llevaba realizando durante todo el día.

Cuando por fin llegamos al final, ambos nos besamos, pero no de una forma de atracción sexual, si no de amor y de cariño. Así nos quedamos acuerucados en brazos del otro.

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Autora:
Espero que os guste el capitulo :)
-Z

Equipo Luz de Luna (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora