Narrador omnisciente:
Todas las personas que se encontraban allí reunidas habían logrado ver cómo Aria casi atacaba a su compañero y poco después caía rendida.
Sorprendentemente no llegó a tocar el suelo, ya que Paolo la sujetó antes de que su cara impactara contra éste.
-¡Traed una manta! -gritó el chico. -está congelada.
Mientras Paolo abrazaba a la chica intentando darle su máximo calor corporal, a pocos metros de la escena Caleb no se movía del lugar. A penas lograba pestañear, y tenía un ligero tembleque en su mano izquierda.
Estaba sintiendo que un extraño poder surgía de él. Aria había presionado para que el sacará su poder, porque a cada patada que lograba darle al balón más fuerte se sentía.
Y no sólo eso, había logrado sentir algo más que las simples emociones del balón. Había logrado sentir a su equipo de una forma extraña, como extrasensorial. No como si los tocara, sino más bien como si estuvieran unidos.
Pero a pesar de las sensaciones del rapado, por las miradas de sus compañeros hacia él pudo deducir que era el único que lo estaba sintiendo.
Envolvieron rápidamente a Aria en una manta y desaparecieron Paolo y Sara con ésta en brazos.
Alrededor simplemente había silencio hasta que la entrenadora salió del medio shock en el que estaba.
-¿Qué le has hecho a mi jugadora? -bramó hacia su exmarido. En su mirada se podía ver la decisión. Ella tenía muy claro quién era el culpable de todo, pero no sabía exactamente como había hecho enloquecer tanto a Aria como para hacer lo que había hecho.
-Interesante pregunta... -habla Pablo en voz baja. Con una sonrisa de suficiencia. Había logrado la respuesta a todo lo que se cuestionaba y sin quererlo realmente. Ahora miraba a Katerina con otros ojos. Unos de casi admiración por lo que había logrado. Nunca tuvo que subestimarla.
-Chicas, registrad todo esto en parejas. A la mínima cosa que se salga de su lugar informadme. Y vosotros. -Llama a las personas que estaban antes sirviendo la cena. -quiero que cojáis cada mísera cosa que haya podido utilizar Aria, desde vendas a balones y botellas. Quiero que se analice todo. -termina la entrenadora contundente y nadie se atreve a mediar palabra ante sus órdenes.
Las chicas desaparecen de la vista de todos en segundos y la entrenadora se pierde por el mismo lugar en el que se habían marchado Paolo y Sara.
Tenía que ayudarles para despertar a Aria. Curiosamente no estaba enfadada ni molesta, porque en los ojos de Aria había visto el verdadero caos. La perdición. Y estaba segura de que no se había podido controlar debido a algo que había tocado le había hecho reaccionar así. Aún no sabía qué, pero lo iba a lograr averiguar.
Mientras tanto Pablo tomó asiento junto a varios de sus socios y los entrenadores para charlar de lo que acababa de ocurrir.
-Esa niña está fuera de control, habría que al menos sancionarla. -pide Alessandro enfadado.
Hipócrita, piensa Jude desde la distancia. Ni si quiera uno de sus jugadores había salido mínimamente dañado como para creerse con el derecho a pedir nada.
El ambiente estaba tenso, todos habían vuelto con sus equipos, muchos de ellos se sentían cargados de energía a pesar de todo el entrenamiento. Pero a pesar de ello no podían quitarse de la cabeza la imagen de Aria envuelta en llamas negras pateando ese balón. Más concretamente no podían sacar de su cabeza la imagen de sus ojos negros, cómo si se tratara de la misma oscuridad dentro de ella.
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Equipo Luz de Luna (Inazuma Eleven)
FanficHola, me llamo Aria, y he sido criada como una chica de la alta sociedad. Refinada y amable. Toda mi vida he interpretado éste papel, pero todo se acaba cuando aparece la entrenadora para ofrecernos a mi prima y a mí un puesto en un equipo, con la p...