Capítulo 54

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Estoy en mi habitación, tumbada en una cama vacía dónde debería de estar mi prima y con un chico irritante tendido en la cama paralela a la mía. Algo muy malo tuve que hacer en mi otra vida para que me esté pasando todo esto.

-¿Sabes que no me voy a mover hasta que me respondas a la pregunta, verdad? –me dice ahora con una voz pausada, tanteando el terreno diría yo.

-¿Sabes que no te voy a responder verdad? –le respondo con el mismo tono de voz que él.

-Entonces, ¿Eso significa que sí? –me pregunta, y yo me tomo unos segundos para subir la cabeza y mirarlo a los ojos. Tiene su cabeza apoyada sobre sus manos y me está mirando fijamente.

-No. –le digo cansada y vuelvo a apoyar mi cabeza en el cojín.

-¿En serio tienes que ser así? –me pregunta.

-Sí. –respondo con otro monosílabo rezando porque se canse y me deje en paz.

-Eres insoportable. –me responde en el mismo tono de cansancio que yo.

-Caleb, estoy cansada, ha sido un día demasiado duro para mí y necesito descansar. –le explico, convencida de que si le doy pena a lo mejor me hace caso.

-¿Tiene algo que ver con esas manchas del techo? –me pregunta, y me acuerdo del momento exacto en el que me descontrolé dentro de mi burbuja y achicharré el techo.

-¿Te conformas con que te diga que es una larga historia? –le respondo a sabiendas que no lo dejará estar.

-¿No quieres hablarlo con una persona que sabes que no te va a juzgar ni nada de eso? –me pregunta delicadamente, y por alguna extraña razón me encuentro con ganas de contárselo todo.

Me incorporo en la cama quedando sentada, él imita mi acción y se sienta en la suya. Si ahora mismo nos hicieran una foto sería de lo más curiosa. Ambos en la misma posición, mirándonos a los ojos con una simple luz alumbrándonos las caras. La mía cansada y con ojeras, mientras a él se lo ve fuerte y lleno de vida. Parece dos realidades contrapuestas en un mismo lugar.

-He pensado en lo que me dijiste antes de tu partido. –le digo segura, y veo cómo su cara se ilumina brevemente para después volver a su aura de ironía. –y he decidido dejarlo con Paolo.

Veo cómo abre muchos los ojos, intenta decir algo, pero las palabras no le salen. A mí tampoco. Tener que reconocer que me ha hecho dudar en su cara hace que el dolor de la pérdida de Paolo, sea mucho más grande.

-¿Y eso que significa? –me pregunta cauteloso.

-Eso significa que estoy cansada y quiero dormir. –le digo, sabiendo que no era la respuesta que quería escuchar.

-Pero eso te deja soltera, ¿no? –me vuelve a preguntar con el mismo tono de voz.

-Me deja soltera y cansada, sí.

-¿Y entonces, bueno, digo que yo, bueno... ehh... no sé si podría pasar algo, a ver no es que no haya pasado ya, pero quizás yo creía... -lo escucho balbucear un montón de palabras sin sentido y decido cortarle de raíz.

-Estoy soltera, y tú me hiciste dudar, pero... No me malinterpretes Caleb, juntos sólo nos haríamos daño. Y estoy harta de sufrir. –le digo moviendo las piernas suavemente. Me sorprendo de lo pausada y suave que suena mi voz. 

-Sí claro. Lo que la princesita diga, cuando ella lo quiera. Joder, olvídalo todo, ¿Vale? Ya lo has dejado claro, cada uno por su lado y felices. Adiós. –y dicho esto sale hecho una furia por la puerta.

Diría que me alegro de cómo se ha desarrollado todo, pero estaría mintiendo y mucho. Al menos el dolor por haber perdido a Paolo es tan grande, que, aunque Caleb se enfade conmigo, no podrá igualarlo.

Equipo Luz de Luna (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora