Estoy en mi habitación, tumbada en una cama vacía dónde debería de estar mi prima y con un chico irritante tendido en la cama paralela a la mía. Algo muy malo tuve que hacer en mi otra vida para que me esté pasando todo esto.
-¿Sabes que no me voy a mover hasta que me respondas a la pregunta, verdad? –me dice ahora con una voz pausada, tanteando el terreno diría yo.
-¿Sabes que no te voy a responder verdad? –le respondo con el mismo tono de voz que él.
-Entonces, ¿Eso significa que sí? –me pregunta, y yo me tomo unos segundos para subir la cabeza y mirarlo a los ojos. Tiene su cabeza apoyada sobre sus manos y me está mirando fijamente.
-No. –le digo cansada y vuelvo a apoyar mi cabeza en el cojín.
-¿En serio tienes que ser así? –me pregunta.
-Sí. –respondo con otro monosílabo rezando porque se canse y me deje en paz.
-Eres insoportable. –me responde en el mismo tono de cansancio que yo.
-Caleb, estoy cansada, ha sido un día demasiado duro para mí y necesito descansar. –le explico, convencida de que si le doy pena a lo mejor me hace caso.
-¿Tiene algo que ver con esas manchas del techo? –me pregunta, y me acuerdo del momento exacto en el que me descontrolé dentro de mi burbuja y achicharré el techo.
-¿Te conformas con que te diga que es una larga historia? –le respondo a sabiendas que no lo dejará estar.
-¿No quieres hablarlo con una persona que sabes que no te va a juzgar ni nada de eso? –me pregunta delicadamente, y por alguna extraña razón me encuentro con ganas de contárselo todo.
Me incorporo en la cama quedando sentada, él imita mi acción y se sienta en la suya. Si ahora mismo nos hicieran una foto sería de lo más curiosa. Ambos en la misma posición, mirándonos a los ojos con una simple luz alumbrándonos las caras. La mía cansada y con ojeras, mientras a él se lo ve fuerte y lleno de vida. Parece dos realidades contrapuestas en un mismo lugar.
-He pensado en lo que me dijiste antes de tu partido. –le digo segura, y veo cómo su cara se ilumina brevemente para después volver a su aura de ironía. –y he decidido dejarlo con Paolo.
Veo cómo abre muchos los ojos, intenta decir algo, pero las palabras no le salen. A mí tampoco. Tener que reconocer que me ha hecho dudar en su cara hace que el dolor de la pérdida de Paolo, sea mucho más grande.
-¿Y eso que significa? –me pregunta cauteloso.
-Eso significa que estoy cansada y quiero dormir. –le digo, sabiendo que no era la respuesta que quería escuchar.
-Pero eso te deja soltera, ¿no? –me vuelve a preguntar con el mismo tono de voz.
-Me deja soltera y cansada, sí.
-¿Y entonces, bueno, digo que yo, bueno... ehh... no sé si podría pasar algo, a ver no es que no haya pasado ya, pero quizás yo creía... -lo escucho balbucear un montón de palabras sin sentido y decido cortarle de raíz.
-Estoy soltera, y tú me hiciste dudar, pero... No me malinterpretes Caleb, juntos sólo nos haríamos daño. Y estoy harta de sufrir. –le digo moviendo las piernas suavemente. Me sorprendo de lo pausada y suave que suena mi voz.
-Sí claro. Lo que la princesita diga, cuando ella lo quiera. Joder, olvídalo todo, ¿Vale? Ya lo has dejado claro, cada uno por su lado y felices. Adiós. –y dicho esto sale hecho una furia por la puerta.
Diría que me alegro de cómo se ha desarrollado todo, pero estaría mintiendo y mucho. Al menos el dolor por haber perdido a Paolo es tan grande, que, aunque Caleb se enfade conmigo, no podrá igualarlo.
ESTÁS LEYENDO
Equipo Luz de Luna (Inazuma Eleven)
FanfictionHola, me llamo Aria, y he sido criada como una chica de la alta sociedad. Refinada y amable. Toda mi vida he interpretado éste papel, pero todo se acaba cuando aparece la entrenadora para ofrecernos a mi prima y a mí un puesto en un equipo, con la p...