Capítulo 33

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Suena mi alarma, en una hora tengo entrenamiento. Y Caleb me tiene aprisionada entre sus brazos. Me da pena despertarlo, se le ve relajado, como si nada lo atormentase. No hay pizca de la ironía que desprende, sólo parece un chico normal.

-Si no dejas de mirarme te tachare de acosadora. –dice el chico con los ojos cerrados y volviendo a su postura de siempre.

-No te quería despertar idiota. Tengo entrenamiento por lo que, -digo mientras que me retuerzo en sus brazos para que me suelte. –tienes que dejarme ir.

-¿Qué pasaría si la capitana llegará tarde a un solo entrenamiento? –me pregunta mientras me aprieta más y más fuerte.

-No llegaría viva al día siguiente para contarlo, ya te lo aseguro idiota. –le digo medio en broma. –Y ahora enserio, tengo poco tiempo.

Caleb me suelta a regañadientes y se acomoda mejor en la cama de Sara, la cual puede llegar en cualquier momento.

-Oye, -le digo. –tienes que irte, Sara llegará en cualquier momento y no me apetece que te vea aquí.

-¿Me debería de sentir ofendido? –pregunta sin mover ni un dedo y volviendo a cerrar los ojos. Mira que es dormilón el niño.

-Tómatelo como te apetezca, pero mueve ese culo de aquí. –le ordeno. Aún sabiendo que no se moverá.

-Princesita, no me preguntes cómo lo sé, pero Sara no vendrá, es más se irá directamente al entrenamiento. –me dice seguro.

-Y eso lo has adivinado por cómo era de cómoda su cama o por el ambiente que hace dentro. –le digo sarcástica.

-Si no me crees, -me dice. –busca sus cosas del entrenamiento.

Lo miro con desconfianza y me acerco al armario para ver sus botas, o sus medias o algo. Pero no hay nada. Definitivamente Sara se había llevado las cosas antes de que yo llegara.

-Vale, es cierto, -le digo, aunque me da rabia darle la razón. –pero eso no implica que te puedas quedar aquí para siempre. Además, ¿Tú no entrenas o que pasa?

-Lo cierto es que no, el entrenador ha dado la tarde libre para todos aquellos que habían sido invitados al baile. Para que nos preparemos y eso. Como si yo necesitara 5 horas para vestirme. –dice lógico.

En segundos estallo a carcajadas. Travis conoce muy bien a mi madre y a mi tía. Por eso les ha dado la tarde libre, para que se relajaran antes de estar en el evento más estresante del mundo. Todo perfecto, todos trabajando. Nada fuera de su lugar.

-Querido, déjame decirte que no os ha dado la tarde para que os preparéis. Pero ya lo descubrirás. Por cierto, -le digo con la intención de mantenerlo ocupado y preocupado el resto de la tarde. –iré de color coral.

-Y eso a mí me importa porqué... -me dice confuso.

-Porque cuando vengas a por mí, -le digo cuidadosa, sabiendo que no entendería nada. –ya sabes a recogerme para llevarme al baile. Eso que siempre se hace. –le digo y éste sonríe no muy seguro y asiente con la cabeza. –tendrás que traerme un complemento acorde con el color de mi traje. Y yo te daré otro.

-Ah sí claro, si yo ya sabía que te iba a dar, sólo necesitaba el color de tu vestido si... -me dice rascándose la nuca. Decido dejar un poquito más de presión sobre sus espaldas e irme a entrenar.

-Bueno, ten en cuenta de que mi madre no te quitará la vista de encima, y déjame decirte que quiere lo mejor para su pequeña hijita. Yo que tú me preocuparía por estar a la altura. Jude lo estaba, a ver qué tal tú... -y dejando esta bomba que sé que le quitará el sueño me dirijo al campo de fútbol con una sonrisa en mi cara.

Equipo Luz de Luna (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora