No entro en mi cuarto ya que sé que estará Sara, me voy a una habitación sobrante en el edificio y lloro. Lloro como hacía un año que no lloraba. Tenía demasiada presión en mi espalda. Tenía que desahogarme, pero sin preocupar al resto de chicas. Por lo que me quedé allí horas, hasta que pare.
Ahí me hice una promesa. No volvería a llorar por esos chicos que estaban siempre en mi corazón. Tenía que destruirlos, aunque eso lo hiciera conmigo. Era la única manera de romper los lazos que me apretaban el corazón. Respiré un par de veces y puse rumbo a mi cuarto. Eran casi las 7 de la mañana, hoy no dormiría nada.
Me pongo en silencio el pijama, ya que Sara sigue dormida y me meto en la cama e intento cerrar un poco los ojos. Una hora y media más tarde suena la alarma.
-Prima, no te sentí llegar ayer, que tal, noche movidita o que... -me dice muy contenta mi prima.
-Algo así, estoy cansadísima. –digo evitando mirarla a los ojos. Sé que los tengo que tener hinchados.
-Bueno espabílate, yo me voy a la ducha. –y se marcha.
Aprovecho este tiempo para maquillarme, y logro disimular las ojeras. Me visto con algo sencillo, y dejo mi pelo al natural. Salgo de mi habitación dispuesta a ir a desayunar cuando al pasar al lado de una de las habitaciones vacías alguien me agarra del brazo y me tira hacía su interior.
Me siento en peligro, y siempre que lo hago me defiendo. Agarro la mano que me tiene atrapada y giro sobre mí haciendo una llave de judo y dejándolo en el suelo.
Cuando mi cerebro vuelve a funcionar lo miro a los ojos. Que coño...
-Que haces aquí Caleb, me has asustado. –le digo de una forma muy fría.
-¿Asustado?, es que estás loca, casi me arrancas el brazo. –dice un poco adolorido sentándose en la cama.
La escena me parece tan surrealista, que no puedo evitar reírme a carcajadas. Y sorprendentemente él también ríe conmigo.
-Oye, lo siento. Es que creía que eras alguien que me quería hacer daño y pues... -me disculpo algo avergonzada.
-Disculpas aceptadas. Pero no venía solo aquí para que me sacaras el hombro. –me dice divertido.
-¿Ah no?, -le sigo en juego. -Y yo que creía que si... -le respondo con la mano en mi barbilla.
Se hace un silencio cómodo entre ambos. De pronto su expresión cambia.
-No lo entiendo Aria. – me suelta así de repente. –no entiendo que conmigo seas tan natural, tan tú. Y después hieras con tus palabras a Mark y a Jude y a Axel. -hace una pausa y después sigue –llegaron ayer destrozados a sus habitaciones, y sólo murmuraban que tú les habías dicho no sé qué cosas.
-Caleb, no... -me pienso que decir, ni yo misma losé. –La verdad es que no sé cómo explicarlo. Es como que tú fuiste el único que siempre fue con la verdad por delante conmigo. Y ellos no, supongo que cómo sé que sientes rechazo hacia mí desde que nos conocimos pues no temo ser yo misma, por qué sé que no vas a querer como entrar en mi vida, ¿sabes?
Se queda callado, sé qué he hablado demasiado, pero sigo muy sensible desde ayer, y la situación me había dado confianza como para contarle las cosas a Caleb.
-Reinas de la noche... -susurra muy bajito. A mí se me pone la piel blanca. ¿Cómo Caleb sabía esas palabras?
-¿Qué...qué has dicho? –le digo un poco nerviosa.
-No finjas, a mí también me gustaba ir a ese bar por las noches. –me dice, y se pone de pie para hablarme, aunque yo sigo sentada y mirando al suelo. –Imagina mi cara de sorpresa cuando os vi a las dos entrar tan felices aquella noche. Había escuchado hablar de vosotras, pero nunca coincidíamos. Esa noche vi como erais de verdad. Y desde entonces he intentado presionaros para que, no sé, demostréis quien sois realmente.
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Equipo Luz de Luna (Inazuma Eleven)
FanfictionHola, me llamo Aria, y he sido criada como una chica de la alta sociedad. Refinada y amable. Toda mi vida he interpretado éste papel, pero todo se acaba cuando aparece la entrenadora para ofrecernos a mi prima y a mí un puesto en un equipo, con la p...