Capítulo 19

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Al entrar veo a Sara ya cambiada esperándome sentada en un banquillo.

-Con que Caleb eh... pobrecito, parece que se ha estado peleando con un tigre. –me dice medio en burla

-Más bien tigresa... -le digo algo avergonzada. –Oye prima, siento no habértelo dicho, pero sucedió todo muy rápido esta mañana y preferiría olvidarlo y dejarlo estar. Pero tenía que venir el estúpido de Paolo...

-Aria, sé que no lo quieres oír, pero, Jude se ha dado cuenta seguro, y Axel más de lo mismo. Raro es que no sumarán la situación y dedujeran que habías sido tú todas las personas que estaban allí. Da gracias a que la entrenadora no estaba.

-Losé, ahora déjame ducharme, no tengo ganas de hablar con nadie mucho tiempo. –y con esto Sara sale del vestuario y yo me doy una relajante ducha.

Ya estaba vestida, sólo quedaba desenredar mi pelo cuando la puerta del vestuario se abrió y entró alguien con paso lento.

-¿Es cierto verdad? –me pregunta el de gafas.

-A ti no te importa, creo que te lo dejé claro ayer. –le respondo borde.

-Después de todos los insultos, y de todo lo que te ha hecho pasar, ¿te acuestas con él?, eso es de no tener amor propio Aria.

-Mira Jude, me tienes harta con tus comentarios de superioridad, como si yo no supiera cuidarme sola. –empecé, iba a explotar. –Caleb fue el único que siempre me dijo la verdad, gracias a él me di cuenta de las personas que sois. Todos vosotros. Y, además, yo soy una mujer libre, que puede hacer lo que le plazca sin que un hombre venga a criticarme. No sé con qué derecho te crees sobre mí para hablarme de amor propio ni de nada, si eras tú el que estuviste con dos chicas a la vez.

-Aria, eso no es así, lo que había entre Bellatrix y yo no fue real, fue un engaño para ambos, una obsesión.

-Pues a mí me parecieron muy reales todos los besos que os disteis en mi cara. Pero eso no viene al cuento. El caso es que yo haré lo que quiera con mi vida y tú no eres nadie para venir a criticarme. ¿Te ha quedado claro?

-Aria, déjame ser alguien en tu vida, por favor. –me dice de repente.

Mi cerebro no procesa la información, aún siento un gran amor por él. Pero me hizo mucho daño y me hizo sufrir por meses. No puedo dejarlo entrar, si así lo hago volverá a romperme, y esta vez no sé si podré volver a juntar todas las piezas rotas.

-Jude, yo... si te digo la verdad no quiero que entres en mi vida, tu supones una persona que me hace dudar de lo que pienso, y me podrían echar del equipo si fallo.

-Tienes miedo... -me dice el chico. –pero no tienes miedo de volver a intentarlo de nuevo, tienes miedo a que te ocurra otra vez lo mismo. Déjame demostrarte que siempre has sido tú. Por favor. –me suplica acercándose a mí y agarrando fuerte mis manos.

-¡¿Qué les pasa a todo el mundo últimamente de verdad?!, que es la semana de declárate a Aria o como va esto...

-¿Qué?, que se te han declarado más personas, ¿Quiénes?

-Mira eso no es importante, lo que ahora me importa es este torneo. No puedo dejarme llevar por los sentimientos, lo siento Jude.

-Aria, no voy a rendirme, te voy a demostrar que lo que siento es real, ganaré este torneo, y te pediré salir. Y no te podrás negar. –y con esto salió del vestuario dejándome con un nudo en la garganta. Me ha dicho que siente algo por mi... Después de tanto tiempo esperando esas palabras.

-¡Joder! –grito a la nada y salgo corriendo del vestuario rumbo a mi cuarto, necesitaba boxear un poco para liberar tensiones.

Paso por al lado de algunos chicos que están hablando, entre ellos Caleb y Paolo. Éste último me agarra del brazo, no sé para qué. Pero no lo dejo ni empezar. Tengo que establecer límites con todo el mundo ya que sino no podré concentrarme en lo que es importante ahora.

-No quiero que vuelvas a tocarme Paolo. –le digo parándome en seco y zafándome de su agarre. –Si te tienes que dirigir a mí que sea lo mínimo posible. –continué mientras oprimía el aire que entraba en sus pulmones. Estaba enfadada y me daba rabia la situación en la que me estaban poniendo por lo que tenía que alejarlos a todos. –nunca pierdas de vista que somos rivales, y no compañeros.

En ese momento mis sentimientos comenzaron a nublarse y la rabia se estaba apoderando de mí. Rápidamente tiré mis cosas al suelo y llamé a la entrenadora por los cascos.

-¡Entrenadora, venga ya! –grité.

Podía sentir como mi alma comenzaba a descontrolarse, cogía vida propia y comenzaba a interactuar con el exterior a su alcance. Cerré los puños e intenté calmar la respiración.

Tanto poder como poseía era un arma de doble filo. Si se descontrolaba podría resultar catastrófico. Me temblaban las manos de la fuerza que estaba haciendo, la entrenadora se tenía que dar prisa.

-Aria, que te pasa, estás bien. –me habla Caleb un poco preocupado. –seguro que ha sido por tu culpa. ¿Qué le has dicho? –incrimina a alguien, supongo que a Paolo.

-Yo no he hecho nada malo, Aria por favor respóndenos. –me suplica Paolo agarrándome las manos e intentando mirarme a los ojos. –recuerda el anillo, recuerda su significado. Piensa en mí. –dice en voz alta.

-¿Cómo que piense en ti?, tú de que conoces a Aria. –habla la voz de Jude a mi espalda.

Me siento agobiada, lo que faltaba, todos juntos en un mismo espacio y mi alma descontrolada, les podía hacer daño a todos.

Veo caras desconocidas, que me intentan ayudar. Axel comenta que puede ser un ataque de ansiedad, que ojalá.

De repente comienzo a escuchar las voces más y más lejanas y sé que eso significa que perderé el control en muy poco tiempo. Tengo que centrar todo el poder en algo. Piensa Aria, piensa. Es arriesgado, pero puede funcionar.

En un segundo corro hacia el terreno de juego donde antes había estado entrenando y cojo un balón de fútbol. Tengo que centrar mis energías en patear el balón con todas mis fuerzas, eso cansará el descontrol que tengo en mi interior. Voy corriendo con todas mis fuerzas hacia la portería, cuando en un momento de lucidez me acuerdo de que hay muchos jugadores que me están observando.

Mientras que corro junto mis brazos en cruz en el pecho y grito 'la oscuridad' y lanzo mis brazos hacia los laterales de mi cuerpo sometiendo todo el terreno de juego a la más cruda falta de luz. Siento mi poder más y más fuerte, salto a la vez que pateo el balón y se empieza a formar una penumbra infernal a mi alrededor, el balón se somete a llamas negras mientas que gira, cuando tengo la altura indicada estiro ambos brazos y capto toda la energía que puedo, se forman dos bolas de fuego negro a mis manos, las junto y las lanzo a mi pie, lo que lo recubre contra los daños que me pueda ocasionar el tiro.

Con esto pateo el balón, gritando 'Inferno' directo a la portería soltando toda la fuerza que estaba intentando retener. Cuando caigo al suelo, puedo ver la red de la portería rota, el balón está pinchado y hay restos de humos causados por el tiro. 

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Autora:
Espero que les esté gustando :)
-Z

Equipo Luz de Luna (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora