Capítulo 36

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Me encuentro más nerviosa que en toda mi vida. Van a descubrir una parte del fútbol que ellos no conocían, y que es muy peligrosa. Y no sé cómo demonios voy a explicárselo todo sin que se pierdan o armen un escándalo. Y eso si se creen lo que estoy diciendo, que lo mismo me toman por loca.

Llegamos a aquel claro entre árboles gigantes. Estábamos iluminados por la luna y corría un aire fresquito que me ayudaba a despejar todos los malos pensamientos. Necesitaba estar tranquila.

Creo que sé cómo explicárselo todo y que al menos no se asusten. Será como si contara un cuento para ellos.

-Vale chicos, quiero que os sentéis en la hierba y estéis muy atentos a todo. Sólo, miradlo desde la perspectiva de una mente abierta, por favor.

Todos asienten, y Mark levanta una mano.

-Aria, quizás necesites un balón para enseñárnoslo mejor, si quieres voy a por uno. –me dice ya casi levantándose para ir corriendo a por un balón.

-Mark espera. No necesito un balón, de ahí el secreto. Escuchad.

Respiro un par de veces hondo, recordando que puedo y que no puedo decir. Quizás esperando a que alguien salga de la oscuridad y me diga que todo ha sido una broma o algo. Cosa que sé que no pasará.

-Princesita, es para hoy. –dice Caleb simulando un bostezo. O quizás no tan disimulado.

-A ver chicos, no sé muy bien cómo contaros esto. Yo lo viví y por eso puedo creérmelo. Así es que os lo mostraré para que lo creáis. Pero antes os contaré la historia.

Respiro por última vez y comienzo por el principio.

-Todo comenzó aquel día, cuando me llevaron al despacho del director. –sé que sabrán qué día es por qué ha sido la única vez que me han llamado para ello. –lo siento Paolo si te pierdes al principio un poco. –el chico asiente, pero ninguno habla. –el caso es que ese día la entrenadora apareció en nuestras vidas para proponernos todo esto del equipo. Aceptamos obviamente, era una gran oportunidad. Y... -digo un poco nerviosa, nunca había contado estas cosas en voz alta. –bueno pues nos sometimos a muchas pruebas. Es más, nos clasificaron en elementos.

Dejo unos segundos para ver si los chicos me estaban siguiendo el relato o si ya se habían perdido.

-Puedes seguir Aria, esto no explica nada. –dice Caleb, ganándose una mala mirada de todos los que estábamos allí.

-Bueno, pues los elementos más básicos son los normales, fuego, agua, tierra, viento... ya sabéis. Al principio creíamos que era para desarrollar a partir de nuestro elemento una serie de entrenamientos diferentes para conseguir nuevas súper técnicas. Pero ese no era el objetivo de la entrenadora. –paro unos segundos más mientras que juego con el anillo que me dio Paolo, es mi tic nervioso desde hace tiempo. –Nos entrenó muy duro para conseguir dominar los elementos. Por ejemplo, Blanca se rige por el fuego.

- ¿Y tú? –pregunta ahora Paolo interrumpiéndome.

-Aún no es momento de contar esa parte Paolo, ten paciencia. –le regaño, agradeciendo que al menos participe en la conversación y esto no sea un monólogo.

-El caso es que cada una nos sometimos a unos entrenamientos muy duros, y comenzamos a desarrollar unas técnicas bastante fuertes. Pero la entrenadora nunca tenía suficiente. Llegamos a entrenar tanto que había veces que nos teníamos que quedar en la cama sin movernos por días. – recuerdo que eran los momentos más duros, porque al volver la entrenadora te presionaba aún más.

-Sabes que eso es abuso, ¿verdad? –me pregunta Jude.

-Firmamos para ello Jude. La entrenadora tenía permiso para entrenarnos de esa manera. –era cierto, nosotras sabíamos lo que estábamos firmando aquel día. –El caso, en un principio creíamos que simplemente era muy estricta. Pero no, estaba buscando algo. Algo que siempre me va a recordar a Caleb.

Equipo Luz de Luna (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora