Equipo Luz de Luna (Inazuma Eleven)

Capítulo 42

Los chicos se colocaron en sus lugares, se podía notar la tensión que había en el ambiente.

-Yo me encargaré de hacer fluir la energía de Aria a los demás. Pase lo que pase no os soltéis de las manos, porque si no la energía se descontrolará y podríamos sufrir daños muy graves. –hablo muy seria Sara.

-¿Habías hecho esto antes? –pregunta en un hilo de voz Shawn. A pesar de haber sido el primero en aceptar toda esta locura se notaba que tenía miedo.

-Lo había hecho con todas las de mi equipo. –dice mientras recuerda todas las veces que había tenido que transmitir su energía a las demás para que despertarán después de haberse desmayado. –pero no es exactamente lo mismo que voy a hacer ahora.

-Vamos, que no tienes ni idea de lo que estás haciendo... -susurra Hurley.

Después de una dura mirada por parte de Axel al chico, todos quedaron en silencio. La entrenadora se apartó del extraño círculo que habían formado. Ella no participaría, sólo guiaría el proceso.

-Podéis daros las manos. –comenta la entrenadora. Y los chicos lentamente comienzan a juntar sus manos. –recordad, no las podéis separar en ningún momento.

Después de un asentimiento general todos quedaros en un círculo imperfecto. Se podía notar la diferencia de altura entre las chicas y los chicos. Desde fuera resultaba hasta cómica la situación.

-Sara, si Aria consigue despertar has de dormirla rápidamente. No podemos arriesgarnos a que se descontrole. No con todos ellos aquí. –ordena la entrenadora mientras que mira directamente a la jugadora, como si los demás hubieran desaparecido.

-¿Se puede saber que significa eso? –pregunta Jude en un tono enfadado.

-Significa que nosotras podemos defendernos del alma de Aria, a vosotros os aplastaría como miserables insectos. –escupe Camille hacia los chicos que la miran con sorpresa.

La chica no tenía filtro, y tampoco tenía mucha paciencia. Bastaba un poco de estrés para que ésta saltara con los comentarios más hirientes que cualquiera se podría imaginar. En el equipo la llamaban Lisa, por la diosa griega. Y cada vez que se lo mencionaban ésta se ponía más y más de mal humor.

-Aria nunca nos haría daño. –espeta Jack, muy seguro de sus palabras.

La entrenadora se llevó sus manos a la cabeza y masajeó su sien lentamente.

-Entonces, si nunca os haría daño, ¿Cómo es que le ha lanzado ese balón a Caleb? –pregunto seria Blanca. Acto seguido les mostró sus manos. Los chicos ahogaron un grito.

Las manos de blanca se encontraban rojas, con algunas quemaduras dónde el balón había chocado con más fuerza. Y un leve temblor escapó del control de ésta haciendo que las manos se resintieran y sintiera un agudo dolor.

-Aria no es cómo cualquier chica que conozcáis, es peligrosa incluso para ella misma. Aunque no lo quiera admitir, hasta a mí me dañaría si su alma toma el control de su cuerpo, -explica Sara. –y es por eso que hay que seguir las indicaciones de la entrenadora al pie de la letra y así nadie saldrá herido. ¿Entendido?

-Ahora, si ya habéis terminado de hablar, comencemos. Sara por favor toma a Aria de una mano. Paolo por favor, tú toma la otra. –ambos chicos obedecieron sin mediar palabra y agarraron dulcemente las manos de la chica. Instantáneamente sintieron un frío recorrer su cuerpo y éste se traspasó a todos los chicos. –recordad esto os afectará a todos, por lo que, si alguno no se siente seguro, o no quiere hacerlo es su momento. –pregunta la Katerina por última vez.

Los chicos se miraron entre ellos con una cara de duda, pero sólo les bastó una mirada dura de Mark para que volverán a dirigir su mirada al frente y asentir seguros.