Narra Aria:
Terminé de decir aquella frase y puse mi mejor cara de suficiencia. No puedo dejar que nadie me vea débil en un momento como este. Ni si quiera la entrenadora debe saberlo, pero la verdad es que quizás no me encuentro tan bien como he hecho creer.
Desde que había despertado no dejaba de notar una presión en el cuello que me martirizaba. Había segundos en los que el aire no fluía bien hacia mis pulmones y entraba en pánico. Suerte que sólo pasaba un breve momento y todo volvía a la normalidad.
Al verme las marcas en el cuello se me había cortado la respiración, y mientras que me ponía la equipación no he podido evitar que mis lágrimas fluyeran por mi rostro. ¿Quién ha sido tan desalmado como para hacerme esto? Al menos habían fallado, porque lograron reanimarme a tiempo.
No tengo muy claro que es lo que sucedió después de que me desmayara, no he tenido tiempo de preguntarlo, pero quizás sea lo mejor. Debo mantener la cabeza ocupada en mis asuntos, así se alejarán los recuerdos.
Poco a poco vuelvo a la realidad. La entrenadora está dando una pequeña charla sobre cómo debemos de entrenar. En un acuerdo de ambos entrenadores, ninguno de los equipos utilizarían súper técnicas. Lo cual me parecía lo más sensato sabiendo que somos rivales potenciales.
Por primera vez estoy atenta a todo lo que dice la entrenadora. Normalmente me informa de todo horas antes de hacer algo fuera de lo normal y me dedico a escuchar música mientras lo explica delante de todos. Esto es algo nuevo para mí.
-... Por lo que, en definitiva, será un partido amistoso más. Os quiero atentas a todo lo que pueda suceder. Aria, te dejo opción de empezar en el banquillo. –me dice mirándome fijamente.
Yo paso mi mirada entre Agna y ella. Sé qué se imaginan que no estoy tan bien como aparento, pero necesito demostrarles que estoy comprometida totalmente con el equipo.
-No entrenadora, yo quiero salir desde el principio. –le respondo segura de mí misma. Sin dejar lugar a ningún tipo de dudas. Yo quiero jugar.
-Está bien. Si te encuentras mal en cualquier momento sólo tienes que pedir el cambio. ¿Lo entiendes? –me pregunta. Yo asiento con la cabeza y me giro para pisar el terreno de juego.
Antes de poder continuar una mano me agarra de la muñeca.
-Aria, ¿Estás segura de que estás bien? –me pregunta Sara.
-Vamos a entrenar prima. No es momento de charla. –le respondo fría. Desde que piso el terreno soy una jugadora y capitana de un equipo. Dejo de lado a mi yo adolescente.
Conecto ahora sí mis cascos a mi música. Algo relajante, mientras me posiciono en el medio del campo y observo a los chicos entrar con cuidado de no mirarme demasiado. Pero sé que no pueden apartar la mirada de mi cuello.
Inconscientemente me llevo mi mano hacia un lateral y lo acaricio suavemente, pero retiro la mano al darme cuenta del dolor que supone el simple contacto. Tendré que aplicarme algunos aceites y cremas para acelerar la curación.
Agna será la árbitro. Aún así sé que no tendré ningún trato de favoritismo. Al revés en todo caso, me tendré que esforzar más de la cuenta.
La busco con la mirada y la veo hablando con Caleb, éste parece enfadado y gesticula bastante con las manos aunque sus voces se quedan en susurros casi inaudibles. Achino mis ojos intentando captar algo de lo que dicen, pero resulta imposible. Al cabo de unos minutos, Caleb sale al terreno de juego notablemente enfadado y deja a una Agna neutral en la banda mirándome fijamente.
Desde el día que los encontré hablando cuando paseaba siento que ocultan algo un poco más gordo de lo que me imagino. Quizás simplemente estuvieran de hablando de sus entrenamientos, pero cabe la posibilidad de que haya algo más.
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Equipo Luz de Luna (Inazuma Eleven)
FanfictionHola, me llamo Aria, y he sido criada como una chica de la alta sociedad. Refinada y amable. Toda mi vida he interpretado éste papel, pero todo se acaba cuando aparece la entrenadora para ofrecernos a mi prima y a mí un puesto en un equipo, con la p...