Capitulo 30

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Cuando terminamos de charlar, de dije a la entrenadora que me iba a correr, ella entendió mis palabras y me dejó marchar. Hora de cumplir mi castigo.

Me puse mis cascos con música y comencé las series. Tardaba en correr los 4km unos 10 minutos, trotando tardaba unos 20 min y andando una media hora. En total, estuve más o menos 4 horas haciendo ejercicio. Mientras repasaba el plan del partido una y otra vez en mi cabeza.

Llegué a mi cuarto a las 4 de la madrugada, me duché y me tendí a descansar en la cama. Estaba destrozada, física y mentalmente. No me quedaban fuerzas nada más que para cerrar los ojos y esperar que todos mis problemas se hayan solucionado mañana por la mañana.

Escucho la alarma y abro los ojos lentamente. Me siento tan cansada que no creo que pueda ni dar dos paso, como para correr.

-Aria, ¿Te encuentras bien? Tienes mala cara –me pregunta mi prima.

-Sólo estoy un poco cansada nada más. –le respondo para no preocuparla. Necesito que esté concentrada. –ayer corrí bastante, pero para el partido estaré al cien por cien.

Bajamos a desayunar, tengo que coger fuerzas para el entrenamiento de por la mañana. Realmente estábamos todas muy nerviosas, lo podía notar en sus almas. Todas revolucionadas.

Cuando llegamos al entrenamiento nos encontramos con una serie de personas vestidas con monos blancos que sostenían unas bandas en sus manos.

-Chicas, -habló la entrenadora. –estas bandas a simple vista son delgadas y ligeras, pero están hechas con un tejido muy pesado. Cada una de ellas supondrá 20 kilos de más. Las tobilleras os supondrán 10 kilos de más en cada pie. Este peso bastaría para ralentizaros y poneos a su nivel.

Después de esto, nos colocaron las bandas en el cuerpo. Cada una llevábamos 40 kilos de más. Yo apenas podía moverme, mientras que el resto de chicas se movían bastante bien. Tenía demasiado cansancio acumulado.

-Aria, ven. –me dijo la entrenadora. –vete a la cama y duérmete. Tienes que recuperar algo de energía.

No podía permitir que la entrenadora me viera así de cansada.

-Entrenadora, déjeme al menos correr para hacerme a las bandas.

-Aria es una orden. –me responde contundente. –llevas unos días llevando tu cuerpo al máximo, si no quieres desmayarte en medio del partido por tu bien descansa.

En ese momento una idea tonta se me pasa por la cabeza.

-Entrenadora, esto ya lo tenías planeado tú, ¿verdad? –tengo pensamientos en mi mente como piezas de un puzle que no logro juntar y darle un sentido. Es un presentimiento, pero creo que tengo razón.

-Ahora mismo no es momento. Vete a descansar.

Y con esta contestación me afirma que todos estos castigos y entrenamientos y la fiesta, todo ha sido parte de su plan para cansarme físicamente más que al resto. Pero, ¿Por qué?

Con esta pregunta llego a mi habitación, me tiro en la cama y caigo profundamente dormida.

Me despiertan moviéndome de un lado a otro. Es Sara.

-Aria arriba, el partido empieza en dos horas.

-¿¡Qué?! ¿Me he perdido la comida? –digo con voz ronca al hacer cálculos en mi cabeza. La comida era a las 2 y el partido a las 6. Por lo que ahora son las 4.

-La entrenadora nos ordenó dejarte descansar, toma, -me dice mientras que me da una bandeja con comida. –repón fuerzas, te necesitamos hoy al cien por cien, capitana.

Equipo Luz de Luna (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora