💚 Primera parte de la bilogía |Draco Malfoy| 𝓐𝓷𝓲𝓵𝓵𝓸𝓼 𝔂 𝓟𝓸𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼.
Creía que los miedos se proyectaban únicamente en los sueños... Pero, ¿quién pensaría que podrían hacerse realidad?
Desde pequeña mi madre y mi padre me rogaron que m...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Había pasado una semana desde que el Señor Tenebroso me envió a reparar mi relación con Harry.
He recibido una carta de los gemelos, diciendo que querían que pasara unas semanas con ellos. Que me quedara en la madriguera. Volver a sentirme como en casa con ellos, era todo lo que deseaba, pero antes tenía que hacer otra cosa.
Luego de tanto insistir, mi padre permitió que las chicas se quedaran a dormir en casa. Era la primera vez que ambas visitaban el mundo Muggle y quería que lo disfrutaran. Era la primera vez que invitaba amigas a casa.
Y, para eso, teníamos un plan.
—Nada de muchachos.
—Nada de muchachos —repetí.
Asintió satisfecho, así que caminé a mi habitación. Ordené algunas cosas y llevé la televisión hacía allí, organizando las almohadas y películas que podíamos ver. Estaba tan ansiosa por disfrutar algo, que no podía quedarme quieta. También tenía preparadas algunas otras cosas.
Armelin era la única que sabía el plan original, lo cual hacía todo más sencillo.
Mi padre dormía temprano, no entraba a mi cuarto sin tocar y el Muffliato sería de gran ayuda para no hacer ruido. Tomé tres pergaminos y sobres, en cada uno de ellos escribí el mismo mensaje:
"Doce de la noche en mi casa, estaremos ahí, traigan sus bolsos. Entren por la ventana de mi habitación, no hagan ruido.
-C. S."
Cerré los tres sobres y se los entregué al cuervo de mi padre, el cual permanecía en su habitación.
—¿Cuantas vendrán? —preguntó Armelin mientras preparaba algunas cosas.
—Dos —levanté los cinco sobre mi pecho.
—¿Tendrán una pijamada con películas?
—Exactamente. Tendré que preparar colchones para verla, así estaremos cómodas.
—Me entusiasma verla tan emocionada.
—Es la primera vez que ellas vienen al mundo Muggle y quiero dejar que el entusiasmo me controle, aunque sea, por unos días —la puerta sonó y mi sonrisa se volvió genuina—. Yo me encargo.
Salí disparada para poder abrirla con ese sentimiento que pocas veces estaba presente; alegría.
