𝐕𝐈𝐈: 𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐋𝐢́𝐧𝐞𝐚𝐬

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Nos encontrábamos en el Gran Comedor, disfrutando del día entre risas junto a los demás.

—Hermione, deja los libros de Adivinación, un rato —me quejé, pasando una mano por encima de las páginas en su cara.

—Pero hay que estudiar para los exámenes que se hacen después de navidad —reprochó en fastidio.

—Exactamente, después de navidad. Hay tiempo.

Le di una sonrisa de compasión.

—¡Hola, Harry! —Las hermanas Patil pasaron frente a nosotros, saludándolo con demasiada lentitud. A la vez.

Hermione y yo reímos en voz baja.

—Hola —contestó Harry hacia las hermanas, luego corrió su vista hasta la mesa de Ravenclawy la específico en alguien que lo tenía embobado. En cuanto lo miró, escupió toda el agua que estaba bebiendo.

—Tienes un poco de baba, como que, por todos lados —dijo Ron hacia él.

Harry rodó sus ojos, secándose con una servilleta.

—Es increíble y no puedo creer que haya escrito esto —Hermione tenía en sus manos el periódico—. "La señorita Granger, una ambiciosa chica, parece tener cierto gusto por los magos famosos. Su última presa, según nuestra fuentes, es nada menos que el bombón Búlgaro, Viktor Krum. Aún no se sabe cómo ha tomado Potter esta decepción amorosa" —terminó de leer.

—Dios santo, Hermione. Demasiados pretendientes.

Reí junto a Harry.

—¡No es gracioso! —dijo, molesta, dándome con el periódico en la cabeza.

—No te lo tomes tan en serio, ella solo se alimenta de los rumores.

Un niño rubio se acercó a la mesa, dejándonos en silencio.

—Para usted, señor Weasley —le entregó un paquete.

—Gracias.

El niño se quedó en su lugar, contemplando a Harry.

—¿Puedo...? 

—No, ahora no, luego —susurró Ron, intentando disimular para que se largara. El pequeño aclaró su garganta, luego de ver a Potter otros quince segundos, e irse—. Le dije que le conseguiría un autógrafo de Harry.

Dejé mi mano sobre la de Fred, que estaba a menos de un metro de mí, junto a George.

»Oh, mamá, fue la que me lo envió —continuó Ron, bajo la expectante duda de todos, desenvolviendo su paquete. Del interior, sacó una horrible gabardina bordó con bolados blancos. Todos en el comedor comenzamos a reír—. Me envió un vestido —se horrorizó.

—Combina con tus ojos —se dignó a decir Harry, de forma burlona—. Mira, aquí hay otra cosa —intentó ocultar su risa, sacando otra parte de su vestuario.

"Slytherin" 𝓐𝓷𝓲𝓵𝓵𝓸𝓼 𝔂 𝓟𝓸𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora