𝐗𝐕: 𝐋𝐚 𝐮́𝐥𝐭𝐢𝐦𝐚 𝐩𝐫𝐮𝐞𝐛𝐚

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Me lo pensé unas quince veces antes de bajar a desayunar

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Me lo pensé unas quince veces antes de bajar a desayunar. Por mí, y por mi dignidad, no hubiera ido con los demás, si no fuera por el hambre que tenía desde que me desperté.

Aún sentía la calidez de su tacto y la cercanía de sus labios. No pude impedir de soñar con él toda la noche, a pesar de que no habíamos vuelto a hablar de aquello. O que no quería ni recordarlo. Ambos entramos en negación. O yo lo hice, al menos. Theo no mencionó nada de lo que vio, ni siquiera a Blaise, porque no se tomó el tiempo de jodernos, ni realizó ninguno de sus comentarios molestos en su intento de ser "el nuevo cupido" anoche, luego de que me fuera corriendo.

Suspiré, insultándome a mí misma

—Hola —acomodé mi cabello—, ¿irás al comedor?

Theo se dio la vuelta, luego de decirle dos palabras a un chico de la casa. Crabbe y Goyle se acercaron, dándose empujones el uno al otro.

—Si, a eso iba. —Llevó ambas manos a los bolsillos de su pantalón—. ¿Estás bien?

—Si, ¿por qué no lo estaría? —Me encogí de hombros—. ¿Dónde están los demás?

—Malfoy no sale de su habitación —contestó Crabbe.

—Luego hablamos de eso... —Quiso interrumpir Theo, al instante.

Mordisqueé mi labio inferior todo el camino hasta el Gran Comedor, ansiosa.

—Esperando un segundo, ya vuelvo.

Avancé hasta la mesa de Gryffindor. Los chicos estaban allí y, ante las expectativas de todos, se realizaría la última prueba. Estaba orgullosa de Harry, luego de todo lo que había logrado y el terror hacia todos los riesgos del torneo.

—Mucha suerte.

Aparecí detrás de él, sobresaltándolo. Casi se escupió toda el agua encima, como de costumbre.

—Harry... —Hermione negó con la cabeza, riendo por lo bajo.

—Gracias —sonrió, tomando una servilleta para secar su ropa.

—Lamento el susto. —Tomé asiento junto a él—. ¿Cómo estás?

Ron le dio otro mordisco a su desayuno.

—Lo suficientemente nervioso.

—Lo lograrás, Harry —contestó Hermione, dejando de leer su libro.

El pelirrojo dio otra sonora masticada.

—Ron, admiro tu estómago.

Él sólo podría acabar con casi toda la cocina de Hogwarts.

—Gracias —contestó con una sonrisa y la boca llena.

—¡No seas desagradable! —exclamó Hermione, pegándole en el brazo con su libro.

"Slytherin" 𝓐𝓷𝓲𝓵𝓵𝓸𝓼 𝔂 𝓟𝓸𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora