💚 Primera parte de la bilogía |Draco Malfoy| 𝓐𝓷𝓲𝓵𝓵𝓸𝓼 𝔂 𝓟𝓸𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼.
Creía que los miedos se proyectaban únicamente en los sueños... Pero, ¿quién pensaría que podrían hacerse realidad?
Desde pequeña mi madre y mi padre me rogaron que m...
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"Adoraba los almuerzos frente a la pequeña cascada en el bosque que rodeaba tu casa, tu carácter competitivo cuando aprendimos a montar en escoba o las veces que me abrazaste cuando le temía a la oscuridad".
—¡Perdóname! No te había visto —me disculpé con la chica con la que choqué.
El libro de Astronomía y su varita cayeron al suelo.
—No importa.
Se arrodilló para levantar el cuero y me acerqué a la entrada de la Biblioteca, para tomar su varita.
—Toma...
Se la extendí, pero, al verla con detenimiento, sonreí. La chica de ojos azules corrió su cabello rubio hacia su oreja. El color zafiro en sus pupilas era hipnótico, el azul más profundo que había visto en alguien. Sonrió de forma amigable mientras tomaba lo que le pertenecía. Dos hoyuelos decoraron sus mejillas.
—Alex. Mi nombre es Alex —se presentó.
Era de mi altura. La túnica de Hufflepuff combinaba con su cabello.
—Soy Chiara.
—Oh, he odio hablar de ti —asintió, dejando su varita en la túnica negra.
—No sabría cómo sentirme al respecto.
Fruncí el ceño junto a una pequeña risa. Devolví mi mano a la correa de mi mochila negra.
—Creo que podría rescatar que eres la hija del profesor Snape, si tengo que buscar algo "positivo" en lo que suelen decir...
Rio haciendo las comillas con una mano, acariciando el lomo del libro con la otra.
—Me lo esperaba, debo decir.
—¡Alex! —gritó una chica de Ravenclaw a lo lejos.
La rubia se dio la vuelta para contestarle:
—¡Ya voy! —acomodó el libro en sus manos—. Debo irme, pero me gustaría saber más de la verdadera persona detrás de todos esos rumores. Fue un gusto conocerte.
Sonrió nuevamente.
—Lo mismo digo, Alex —saludé antes de que se fuera por el pasillo.
Me di la vuelta y entré a la Biblioteca. Busqué a mis amigas con la vista, hasta que las encontré detrás de una repisa repleta de libros.
—Perdón por tardar, ha sido un día largo.
Exhalé, dejando mi mochila en el suelo. Pansy me sonrió y continuó leyendo la última oración para pasar la página.
—Ni me lo digas —bufó Daiana mientras escribía en su pergamino.
No despegaba la vista de su libro al pasar la pluma sobre el papel.
