💚 Primera parte de la bilogía |Draco Malfoy| 𝓐𝓷𝓲𝓵𝓵𝓸𝓼 𝔂 𝓟𝓸𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼.
Creía que los miedos se proyectaban únicamente en los sueños... Pero, ¿quién pensaría que podrían hacerse realidad?
Desde pequeña mi madre y mi padre me rogaron que m...
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Recosté mi cabeza contra la ventana, intentando relajarme con el paisaje que ofrecía el vagón. Los cristales estaban empañados gracias a las nubes grisáceas sobre nosotros. Estaba perdida en mis recuerdos, tragando saliva mientras jugaba con mis dedos nerviosos.
« —Saben que los odio —bufé, haciéndome la dura.
George cruzó sus brazos.
—Nos amas.
—Ella ama a Fred, no a nosotros. Por algo dormiste con él, ¿no es cierto? —intervino Ginny.
Dirigí mis ojos a la pelirroja y la fulminé con una mirada asesina. Luego de ese comentario, alguien entró a la habitación, donde se formó un extraño silencio y las miradas se dirigieron hacia él.
—¡Buenos días! —anunció Fred—. ¿De qué hablan?
—De ti y de tu novia.
Sonreí hacia ella, imaginando cómo matarla en los próximos cinco minutos.
—¿Ah, sí? —Se acercó a mi lado, dejando sus manos sobre el mármol detrás de él.
El silencio volvió y todos los presentes nos estaban mirando.
—Hola, linda.
Tomó mi mentón y lo dirigió hacia él, dejando un beso sobre mis labios. Una sonrisa tonta se formó en mi cara al separarnos. Molly observó con ternura aquel accionar y, luego, le pegó a Fred en la cabeza con un periódico.
—¡Auch!
—Esas cosas aquí no —espetó. »
—¡¿Desean comprar alguna golosina?!
La mujer que siempre vendía golosinas en el tren, se acercó a nuestro compartimento.
—Hola jóvenes, ¿desean alguna golosina?
Ron sacó algunos Sickle's de su bolsillo y se acercó a comprar algo que ignoré por completo. Pude ver a Harry perdido en los ojos de Cho, con una tonta sonrisa en el rostro.
—Deja de verla así —llamé su atención, conteniendo una risa.
Giró su rostro hacia mí y tomó asiento, confundido.
—¿Qué?
—Nada —sonreí.
Devolví la vista hacia las ventanas, pasando la palma de mi mano para poder ver a través de él. La marca de mis dedos hizo pequeños círculos a su alrededor, distrayéndome de lo ansiosa que me dejaba estar metida aquí otro año. No veía la hora de largarme.
—¡Es horrible! ¿Cómo que no saben quién conjuró la marca? —sacó la vista del periódico, bastante molesta.
