𝐈𝐕: 𝐑𝐞𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐨𝐬 𝐲 𝐬𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐨𝐬

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Mis energías se habían esfumado, desaparecieron por completo. Sentí un peso sobre mis hombros erguidos, toda la mañana. Quería eliminar la sensación, quería olvidarlo y dejar de pensar en un estúpido comentario que no tenía repercusión en mi vida. No lo tenía. No debía tenerlo en lo absoluto.

—Deberías hablarlo con tu padre —protestó, bastante serio.

—¿Para qué, Fred? ¿Para que mi padre hable con el suyo y que su padre se justifique por el odio que me tiene? No, gracias, prefiero que se aniquile la cabeza él mismo y se torture pensando que haré algo para que lo jodan.

—Qué astuta —murmuró Ron.

—Tranquila, ese estúpido morirá si se te acerca —sonrió Ginny. 

Las facciones de todos cambiaron demasiado rápido. Respiré tensa, como si me pincharan los pulmones.

—¿Señorita Snape, podemos hablar? —Mi padre habló detrás de mí.

Aclaré mi garganta.

—Sí, profesor —contesté.

Me levanté de mi asiento y caminé a su lado, recibiendo la intensidad de las miradas, que se habían vuelto costumbre en Hogwarts. Temía que mi padre lograra enterarse, de que me presionara o hiciera algo. Quería olvidarlo y dejarlo atrás. Quería que Malfoy fuera capaz de levantar su cabeza oxigenada y admitir sus errores. Quería que se carcomiera solo.

Mi padre solía ser Mortifago desde que tuve uso de la razón.

Desde que la tengo, siempre pidieron que me ocultara. Cuando los demás seguidores visitaban a mi padre y a mi madre, me escondía. En mi vida era cotidiano, una costumbre que no discutía. Recibía educación por parte de ambos en casa. Era una niña de pocos amigos. Aprendí muchas cosas a lo largo de mi corta vida, muchas.

Mi madre era una hermosa mujer de cabello color escarlata, que resaltaba donde quiera que estuviese. Ella murió hace años, la vi desvanecerse frente a mis propios ojos. Anabelle Snape era una mujer fría con quienes quería y sabía ocultar extremadamente bien su opinión y sus sentimientos. 

Una mujer luchadora e inteligente, con una gran ambición en su vida. Era una de las más fieles seguidoras de Lord Voldemort, una Mortífaga al igual que mi padre. Como a todos ellossu líder los obligaba a cumplir sus órdenes. Al igual que mi padre, mi madre fue enviada a realizar una de sus peores misiones; asesinar a aquellos que poseían "el apellido". Se negó, por supuesto. Así fue como la vi morir. 

Voldemort se apiadó de mi padre, pero me utilizaron de carnada para él. No debía enterarse de mi existencia, pero gracias a alguien, así fue.

Una vez conocí a un lindo niño, rubio color plata. Con unos ojos igual de hermosos que su rostro, ambicioso y egocéntrico. Éramos los mejores amigos, al igual que nuestros padres. Draco destruyó todo a mi alcance, al igual que lo hizo su padre. La manzana podrida destruyó mi futuro y mi vida. Mi libertad. Tarde o temprano Voldemort se enteraría de mi existencia, pero fue demasiado temprano para que sucediera. 

"Slytherin" 𝓐𝓷𝓲𝓵𝓵𝓸𝓼 𝔂 𝓟𝓸𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora