𝐋𝐗𝐈𝐗: "𝐂𝐨𝐫𝐚𝐣𝐞 𝐲 𝐩𝐨𝐝𝐞𝐫 𝐭𝐞𝐧𝐠𝐨 𝐝𝐞 𝐬𝐨𝐛𝐫𝐚"

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—¡Tengo que hacerlo! ¡Mis amigos están allí! —suspiró ella, recuperando el aliento—

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¡Tengo que hacerlo! ¡Mis amigos están allí! suspiró ella, recuperando el aliento—. Mi vida está allí. Esto no es mío, Den. Vine aquí por consecuencia de este amuleto de mierda señaló el objeto en sus manos.

¡No es seguro que viajes a través de esa cosa! gritó, pasando ambas manos por su cabello—.¡¿Qué te garantiza que termines en ese mundo y no en otro?! ¡Volverás a empezar y nunca terminarás!

Se acercó otro paso a ella.

¡¿Crees que no puedo hacerlo?! No soy cobarde, Oliver.

La chica de ojos celestes lo fulminó con la mirada.

¡No es que no crea en ti! exclamó a centímetros de su rostro—. ¡Tengo el jodido miedo de perderte, Eli!

La tomó de la muñeca, uniendo sus cuerpos sumergidos en una profunda tensión.

La persona que amo está allí. Una lágrima cayó por su piel blanca. 

La mirada rota del castaño hizo que se arrepintiera al instante, pero ella sostenía que era necesario darle un punto final.

Entonces...

—Se acabó —se alejó de él—. Esta es la despedida.

—¿Nerviosa? —preguntó, levantando la vista de su libro azulado.

La luz que se filtraba desde los enormes ventanales, adornaba su piel. La nieve descansaba sobre toda superficie que tuviera cerca, decorando cada espacio verde a su alrededor.

Draco bajó su libro antes de dirigirme la mirada. Estábamos recostados en un sofá alargado, frente a una mesa de cristal, donde descandaba mis piernas sobre las suyas. Dejé el cuero sobre la mesa, antes de observar su rostro afilado. Sus dedos acariciaron mis muslos, bajo la manta gruesa.

—Un poco, quizás —suspiré, dejando el libro celeste sobre la pequeña mesa cristalina.

—¿Qué conozcas a tu familia, su reacción o que el Señor Tenebroso quiera verte?

Dejó el libro en la mesa cuadrada de su izquierda.

—Buena pregunta, aunque mi día empieza con los padres de Thomas.

—Los Dorks tienen un carácter de mierda —tomó una manzana verde, sonriendo—, te deseo mucha suerte con ellos.

—No ayudas en nada —me incorporé, estirando los brazos para eliminar la tensión.

Conocerlos era una terrible idea, pero no pareció serlo cuando Thomas y yo hablamos. 

—¿No pensaste en hablar con mi madre?

Acarició mi tobillo nuevamente.

—No me dirá lo que busco. Mi padre debe de tener un enorme voto de silencio.

"Slytherin" 𝓐𝓷𝓲𝓵𝓵𝓸𝓼 𝔂 𝓟𝓸𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora