𝐗𝐗𝐗: 𝐃𝐞𝐬𝐚𝐬𝐭𝐫𝐞

3.6K 279 73
                                    

Este capítulo puede aportar contenido no apto para todo público

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Este capítulo puede aportar contenido no apto para todo público.


Sus manos viajaron a mi cintura, presionando su cuerpo contra el mío. La punta de mis dedos estaban en su cuello, rodeando su piel con mis palmas. Tomó mi muslo derecho y lo levantó, dándome a entender que enredara mis piernas en su cintura, y así lo hice.

Tomó asiento en mi cama, teniendo cuidado mientras me acomodaba sobre su regazo. Subiendo sus manos por mis muslos, generaba un pequeño vaivén entre mi pelvis y la suya. Sus dedos rozaban con la piel bajo mi falda, buscando llegar a mi cintura desde allí. Mis manos continuaban en su mandíbula, profundizando el beso junto al latido frenético de nuestros corazones.

Se detuvo sobre mi camisa, buscando deshacerse de la corbata verde que le estorbaba. Trazó círculos sobre la punta de mis pechos, alejándome de sus labios para ver su sonrisa mientras perdía sus manos en mi cuerpo. Deslizó su nariz por mi cuello, acelerándome el pulso por segundo. Fue desabotonando lentamente mi camisa, sonriéndome con ese brillo en sus ojos, dejando que expusiera mi piel.

Observó mis ojos, como yo hacia con los suyos, y se acercó a mi clavícula para dejar besos húmedos por donde la tela del sostén se lo permitiera.

Jadeé, sintiendo mi piel arder y erizarse bajo su boca.

—¿Así que realmente me deseas? —sonreí, alejándolo de mi pecho.

Rio, volviendo a dejar sus ojos sobre mi escote antes de volver a mis ojos.

—¿Vas a decirme que tú no? —preguntó, tomando mi cuello, para simplemente rozar sus labios.

—Demuéstrame que vale la pena quererlo —contesté, cerrando la distancia.

Fui abriendo su camisa, porque la corbata se había perdido en algún punto de la historia. Su abdomen manchado de pecas me hizo tragar saliva, simplemente gozando de la yema de mis dedos sobre él.

—Todavía no has llegado a ver nada —sonrió con la voz ronca.

Sus dedos trazaron caricias sobre el pliegue de mi ropa interior, buscando acercarse a mi centro. Respiré profundo mientras dejaba besos en su cuello.

—Prefecto de Slytherin, abran la puerta —interrumpió la voz de Draco.

—Voy a matarlo —gemí molesta.

—Aunque me encantaría continuar, esto será divertido.

Me puse de pie, sin ponerme ni la camisa que había quedado en mis sábanas. Caminé hacia la puerta y la abrí un tramo.

—¿Qué quieres? —pregunté con fastidio.

Draco tragó saliva y apretó su mandíbula.

—Vístete y dile a Riader que salga, no puede estar aquí —contestó, simulando ser rudo en cuanto alejó los ojos de mis pechos y cruzó ambos brazos.

"Slytherin" 𝓐𝓷𝓲𝓵𝓵𝓸𝓼 𝔂 𝓟𝓸𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora