- La lejanía puede evitar muchos daños, o provocarlos.Los días que restan hasta trasladarme hacia Alemania han decidido que no tendría que venir a la central, para que pudiese tener más tiempo, organizar el lugar en el que me quedaré y el equipaje.
A pesar de ello decido después de salir de la reunión con el ministro Schnider que lo mejor será pasarme por dónde se encuentran dos de las personas que más aprecio sin contar a Dante, porque él vendrá más tarde a buscarme.
Todo esto me ha pillado muy de sorpresa.
Lo primero que hago es dirigirme hacia la enfermería donde de seguro encuentro a la mujer a la que tanto deseo volver a ver pronto.
Toco dos veces en la puerta a pesar de que la veo de espaldas buscando algo en lo alto de uno de los armarios.
En cuanto se gira me observa de arriba a abajo y su pelo se mueve al compás de sus pasos hasta que llega donde me encuentro.
- Menos mal que has venido, quería verte. -
Ella me sonríe de forma deslumbrante dejándome sin palabras, pero esto es tan solo los primeros segundos ya que después no me queda otro remedio que dejarme abrazar por minutos cuando empieza a llorar.
- Cuando te veo ya no reconozco a esa niña que fuiste... - habla mientras debe hacer pausas para respirar - Ahora eres esa guerrera de la que tanto hablabas años atrás, esa mujer que querías ser.
Yo asiento con la cabeza mientras permito que me vuelva a rodear con sus brazos y me acurrucó en su pecho. Ese que tanto consuelo me ha dado.
- Te voy a echar de menos - habla.
- Yo también Lisa, yo también... - reitero mientras sus manos acarician mi cabello azabache.
Dejamos las lágrimas para cambiarlas por risas ya que quiero llevarme un recuerdo de esa risa tan bonita que tiene.
Le cuento cómo le he respondido al ministro y ella me golpea en el brazo de forma juguetona, a pesar de que sabe que tengo razón y que no debería haberme tratado con ese desprecio se crió en otra época en la que si se desobedecía o hablaba de malas formas a un superior los castigos eran severos.
- Debo ir a despedirme de otra persona. - indico y ella asiente comprendiendo al instante de a quien me refiero.
- Os vereis pronto, por eso no te preocupes.
Yo asiento y le doy las gracias de nuevo por todo lo que ha hecho por mí en todos estos años.
No quería irme de aquí sin abrazarla de nuevo y aspirar el perfume tan veraniego y dulce que siempre porta.
Después de esto decido no derrumbarme y caminar hasta el gimnasio, el lugar donde me han indicado que se encuentra el hombre al que busco.
Abro las puertas de este y con echar tan solo un vistazo le veo.
Está en la zona de boxeo, dándole a uno de los sacos una y otra vez.
Decido acercarme sin decir nada para no interrumpirlo.
Se gira hacia mí y sus dientes blancos sobresalen cuando se forma una sonrisa. Sus ojos castaños se encuentran con los míos y detiene los golpes en el saco de arena.
- Te estaba esperando - habla y yo asiento con la cabeza.
- Lo sé. - indico mientras me acerco a él y dejo que me rodee contra su pecho todavía con los guantes puestos.
Estamos así durante un tiempo, no se cuánto ya que pierdo la noción de este por completo pero no me muevo.
Me acurruco contra el permitiéndole abrazarme más fuerte.
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ÁCRUX ✅ [#1]
ActionAlessia Rizzo, la mujer más preparada para combatir en cualquiera de las guerras a la que se le asigne. Debido a su éxito capitaneando la misión Rush, donde logran capturar al sujeto y conseguir información sobre con quién trabaja es ascendida y tra...