| CAPÍTULO 16 |

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- No solo los castillos pueden ser fortalezas.
También lo pueden ser las personas.


- ¿ Por cuál quieres empezar? - le pregunto y él empieza a pensar.

- Explícalos por orden cronológico - me pide y asiento con la cabeza mientras me quito la camiseta para que pueda verlos todos con más detenimiento.

Empiezo a hablar cuando un suspiro sale de mi garganta.

- Todos están hechos por la misma fecha más o menos. - cojo valor para continuar hablando y avanzo - En la misión "Krutek" que hice en Albania, me encargaron salvar a mujeres que estaban siendo esclavizadas sexualmente, allí me atraparon y me tuvieron secuestrada durante casi 2 meses... sometiéndome a todo tipo de torturas hasta que engañando los pude salir y escapar con las mujeres que todavía no se habían llevado a otro sitio para venderlas, prostituirlas... o matado.

Pauso un momento y respiro. Para mi es difícil contar esto pero a veces es necesario soltar pesos.

- No me gustaba ver las cicatrices que dejaron las torturas por lo que decidí tatuar cada una de ellas en símbolo de fuerza y poder, de que yo había salido de ahí más fuerte de lo que había entrado y de que esos hijos de puta no habían podido acabar conmigo.

Él agacha la cabeza y habla por primera vez desde que empiezo a explicar el porqué de mis tatuajes:

- No es necesario que me lo cuentes sino quieres - dice pero yo niego con la cabeza.

- Hay sufrimientos que nos hacen fuertes - le respondo para que entienda que estoy totalmente segura de continuar hablando sobre ello.

El entonces me mira y hace una seña con la cabeza para que continúe hablando.

- El primero de todos fue este - señalo la fecha que llevo en la parte superior del codo izquierdo - justo después de salir de Albania. - le digo y el asiente haciéndome entender que me está escuchando con detalle - es la fecha de nacimiento de Dante, el hombre que ejerció de padre en mi vida cuando más falta me hacía.

Markus observa el número 12-4- 1973 y lo roza con la yema de sus dedos mientras yo continuo a hablar sobre los siguientes:

- Este - digo mientras mi dedo pulgar señala la parte posterior de mi cuerpo y yo me pongo de espaldas a él para continuar hablando - es el siguiente. Me lo hicieron cuando la etapa de dolor terminó y empezó la de la ira. Necesitaba hacer algo con todo el enfado acumulado conmigo misma, con los demás y con el mundo por todo lo sucedido así que me tatué el dragón.

Los dragones representan la fuerza, la valentía y la lucha, algo que yo necesitaba más que nunca, y no vi mejor forma de tenerlo que poniéndolo en mi piel para siempre.

Le sonrío y el me devuelve la sonrisa, aunque no es una sonrisa radiante sino una triste, una forzada.

No suelo contarle estas cosas a la gente porque se que es lo que sienten cuando lo hago, lástima, y eso no es lo que quiero provocar en los demás cuando me vean.

- Los siguientes dos vinieron de golpe - me rio al recordarlo - los hice porque además de querer tapar las cicatrices que hay debajo quería volver a sentir la sensación de tener el control sobre algo en lo que nunca lo has tenido - añado.

Esta vez señalo los tatuajes que tengo en la muñeca izquierda y el que tengo la parte interior del codo derecho.

- Una de las torturas que más se repetían era la de cortar mi piel dejando que cicatrizara para volver a cortar en el mismo sitio más tarde, como el mito de Ticio.

ÁCRUX ✅ [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora