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Presente

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Presente.
Alessia.



Las conclusiones equivocadas
se toman muy deprisa.


Seguimos al doctor Smith por los largos pasillos que nos conducen hasta la sala asignada donde el consejo médico ha estudiado y evaluado mi nivel de veneno en sangre.

Llevo más de 48 horas en este centro y lo único que deseo es marcharme a pesar de saber que lo peor está todavía por llegar.

Los verdaderos síntomas a este todavía no han aparecido y solamente puedo dar gracias.

No convulsioné ni tuve espasmos debido a la diferencia entre la inyección y el veneno en sangre.

Al parecer por ahora actúan diferente y eso era algo que todavía no sabíamos.

- ¿Te ayudo? - pregunta el hombre de ojos verdes que me acompaña y no respondo.

Tan solo rodeo mi brazo alrededor del suyo haciendo así que pueda mantener el equilibrio cuando siento que voy a caer.

Camino con dificultad debido a que los temblores han aumentado en las últimas horas, sobretodo en las extremidades inferiores.

Me han recomendado usar una silla de ruedas por el momento ya que los temblores irán cada día a más pero me he negado, mientras pueda caminar no voy a usarla.

- Ya queda poco, no se preocupe comandante - aclara el doctor y un pequeño suspiro sale de mi garganta.

Mis pies tiemblan y hacen que me sea imposible avanzar sin la ayuda de Markus el cual es quien me está guiando y sujetando para que no caiga.

-Discúlpenme - habla el castaño y nos detenemos en ese mismo instante.

Plancha su ropa con las manos de forma tranquila antes de golpear dos veces en la puerta.

Esta se abre unos instantes después y puedo ver que ya todos están sentados en la mesa, solo con los rangos más importantes, es decir, el teniente, el general, ministro y el señor presidente, acompañados de los numerosos médicos y químicos alrededor de la sala.

En ese mismo momento suelto el brazo de Markus como si me quemará alejándome de él. Por suerte no tengo ninguna complicación en adentrarme y puedo hacerlo sin tropezar ninguna vez.

- Siéntense - dice un hombre que se encuentra sentado en la parte opuesta de la mesa.

Es un hombre mayor, no debe tener menos de sesenta. Tiene el pelo completamente blanco al igual que la barba poblada y patillas.

Markus me acompaña desde detrás hasta una de las sillas libres y él se sienta en la que hay justo al lado.

- Hemos de hablar con usted seriamente. - explica el mismo hombre y veo con el rabillo de los ojos a los demás.

ÁCRUX ✅ [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora