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Presente:

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Presente:

Alessia.

Nunca creas que todo está bien
hasta que puedas asegurarte de ello.

Despierto pero los ojos me pesan demasiado por lo que no puedo abrirlos y no puedo moverme.

Mis demás sentidos están alarma, siento como alguien acaricia mi pelo, haciendo movimientos desde las raíz hasta donde termina este y antes de volver a dormirme puedo oler ese perfume que tanto me gusta.

Es él

Susurra mi mente pero no sé si estoy dispuesta a creerlo y aceptarlo mientras mi consciencia se pierde en ese pozo del que tan difícil es salir.

Despierto perdida en la noción del tiempo.

No tengo la más mínima idea de cuantas horas han pasado y lo primero que noto es que solamente llevo un vestido blanco suelto.
Su tacto acaricia mi piel de forma suave y cae por mi cuerpo al estar tumbada.

Al abrir los ojos no me sorprendo al ver dónde estoy.

Un golpe de realidad surca el lado derecho de mi cabeza cuando esta empieza a dolerme.

-          Alessia – susurra alguien en cuanto se da cuenta de que he abierto los ojos.

No siento nada aparte del dolor en la cabeza por lo que intento levantarme de la cama en la que estoy.

-          Cuidado – me advierte – estás conectada a un gotero – añade y yo abro los ojos más de lo necesario por la sorpresa.

No siento nada y es por ello que no había notado la aguja que tengo clavada en la piel insertándome en el organismo un líquido transparente.

- Iré a avisar a uno de los médicos - susurra tan cerca de mi en ese mismo instante que tan solo me queda asentir con la cabeza aunque a penas soy consciente de lo que hago.

Un par de minutos después Markus no entra solo.

Viene acompañado con un hombre no mucho más mayor que él, cataño y con ojos oscuros el cual me mira fijamente.

Su mandíbula se aprieta al detallar las condiciones en las que me encuentro y a pesar de que sé que no son las mejores no estoy tan mal.

¿No?

Markus le mira de reojo y parece que va a hacerle desaparecer cuando el castaño habla.

-          Es usted la comandante Rizzo, ¿O me equivoco? – pregunta y yo asiento solamente con la cabeza.

- No se equivoca - intento sonreír pero no me sale.

– Me han hablado muy bien de usted – yo le sonrío mientras mira la pantalla de los aparatos a los que estoy conectada y comprueba los signos vitales.

ÁCRUX ✅ [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora