- Las señales de vida son solo eso,
señales.- General, mire esto - le digo alterada y tratándole de usted intentando además de no hacerme ilusiones en cuanto ubico el punto rojo en el mapa en un intento de alejarme de él.
Markus se acerca hasta donde estoy y pone sus manos en mis hombros para ver la pantalla del ordenador.
El tacto de sus dedos en la piel de mis hombros me hace estremecer y él lo nota. Por supuesto que lo nota.
- ¿Dónde se ubica el punto? - pregunta mi general hundiendo sus dedos en la piel rozando de esta forma mi clavícula y me toma unos segundos responder.
Lo está haciendo a propósito ya que sus manos se mueven ligeramente, imperceptible para todo aquel que no sienta el contacto de sus yemas.
Por desgracia o suerte, como prefiramos llamarlo yo si siento como recorren la piel desnuda de mi cuello, tan despacio, torturador y gratificante al mismo tiempo dejándome con ganas de más.
Amplio la señal hasta que el punto se torna más grande y me deja descifrar con facilidad la coordenada exacta en la que se encuentra el rastreador.
- En Italia, justo al norte de Palermo - ambos nos miramos y sus ojos desprenden sensaciones que no podría nombrar.
Hacen llamar a mi equipo, el cual se acerca a ver el punto y ordenan traer a uno de los informáticos para que se compruebe que la prueba que he conseguido es cierta.
Mi cuerpo tiembla debido a los nervios y es Lucía quién me abraza por detrás apoyando su barbilla en mi hombro expectantes, mientras el general me observa desde unos metros y no puedo quitar el cosquilleo que me envuelve.
Unos hombres vestidos de verde militar entran a la sala con varios aparatos que se usan para conseguir ampliar la señal del radar, que consiste en que las señales permitan detectar el punto exacto del objetivo en busca.
- La señal es clara señor presidente - afirma uno de los soldados - El objetivo está ubicado en la parte norte de Palermo, cerca de donde se encuentran ubicados los barcos en el puerto.
Las palabras del soldados solo hacen que mi corazón se acelere como nunca antes lo había hecho haciendo que me levante de la silla por los nervios que corroen mi pecho.
- La Comandante está en lo cierto, la señal es certera por lo que deberíamos salir en este momento, antes de que decidan moverse y podamos perder su pista - habla y todos estamos en concordancia con él.
Esta información es suficiente para que se emita una orden de rescate ya mismo debido a que las pruebas son exactas y no hay variación de error en ellas.
- ¿Está todo preparado para poder salir a por él? - pregunto y el presidente me observa.
- Debemos tener cuidado, la mafia albana no es cualquiera. Es la más peligrosa de todas y la estamos subestimando por completo soldados - habla el ministro italiano y todos lo observamos.
Su apariencia siempre me había echado hacia atrás, un hombre demasiado corpulento de metro noventa que tal vez pese alrededor de los 130 kilos, todo su peso debe de ser músculo.
El típico hombre que piensas que tan solo dándote un golpe aterrizas allí donde quieres ir.
A pesar de que en el fondo se que está siendo razonable y aportando pruebas de lo que todos sabemos no puedo quedarme aquí esperando a elaborar una estrategia.
Es Dante de quién estamos hablando y cada uno de los segundos que estamos tardando en llegar cuenta.
- Lo que hay que hacer es ir allí sin que lo esperen, abordar por todos lados el lugar donde se encuentren y matar a cada uno de ellos, porque si alguno de ellos sale vivo de allí su próximo objetivo será la comandante, tal y como indicaban en el papel que se encontró -
ESTÁS LEYENDO
ÁCRUX ✅ [#1]
ActionAlessia Rizzo, la mujer más preparada para combatir en cualquiera de las guerras a la que se le asigne. Debido a su éxito capitaneando la misión Rush, donde logran capturar al sujeto y conseguir información sobre con quién trabaja es ascendida y tra...