ÁCRUX ✅ [#1]

| CAPÍTULO 7 |

- Presentarse ante la gente que más
cambios va a provocar en tu vida.

Me despierto y lo primero que hago es sonreír al recordar donde me encuentro.

Bajo hacia la cocina y maldigo al recordar que todavía no he comprado una nueva cafetera.

Como es el día de presentaciones todavía no me han dado el nuevo uniforme por lo que empiezo a vestirme formal, un vestido negro de un tejido de jersey y unas botas negras altas con un tacón demasiado alto tal vez pero ancho.

Para que no noten desde el primer momento que su comandante es un Minion andante.

Cojo un abrigo del mismo color, la cartera que lleva inscrita la palabra Channel además de su logo y las llaves que dejé ayer en una pequeña mesa de madera blanca que está situada en la entradita del piso para no olvidarme de ellas.

Bajo a la cafetería que hace esquina en mi calle y pido un café con leche cargado.

- Muchísimas gracias - le digo a la señora en un perfecto alemán que entiende cuando me lo da y le pago cuando me dice el costo de este.

Salgo de la cafetería y espero al coche que tendría que venir a recogerme dentro de exactamente diez minutos, por lo que espero sentada en un banco mientras empiezo a beberme el café cuando veo un coche negro pasar la esquina y parar a unos metros de mi.

Del coche baja un hombre que se acerca y me pregunta:

- ¿Es usted la señorita Rizzo? - dice en un alemán que logro comprender perfectamente.

- Si soy yo - digo mientras le entrego un pequeño papel que es el certificado oficial, protocolo que se debe hacer ya que podrían hacerse pasar por nosotros para conseguir información.

Cuando este comprueba que los documentos son reales y que mi certificación está firmada abre la puerta trasera del Mercedes negro y me invita a entrar, cuando ya me he sentado y colocado el cinturón de seguridad él se sienta en el lugar de piloto del coche y empieza a conducir.

Estoy informada de que la central militar de Berlín está adentrándose en el bosque para que poca gente sepa de la existencia de esta, o al menos para que no sepan con exactitud lo que es. La mayoría de la gente cree que simplemente es una fábrica y mucha otra ni conocerá la existencia de esta, debido a lo adentro del bosque que se encuentra.

Cuando hemos llegado tras recorrer varios kilómetros y caminos estrechos el coche se para y el conductor me dice que puedo bajar.

Al salir me encuentro con una base militar al menos tres veces más grande y protegida que en la que estaba en Florencia.

Varios guardias de seguridad me dejan pasar solo cuando he entregado mi identificación y es entonces cuando llego a recepción.

- Disculpe, me están esperando pero no sé dónde llegar - le digo a la mujer que está justo al otro lado del mostrador. - mi nombre es Alessia Rizzo.

- No hará falta que le diga hacia donde tiene que ir Grace, ya me encargo yo de ella - dice detrás de mí una voz que me resulta familiar.

Cuando me giro me encuentro con el ministro Schnider, que se acerca hacia mí y me ofrece su mano para que la estreche, cosa que hago con gusto cuando recuerdo la cara que puso al escuchar mis palabras en alemán.

Estoy a punto de reírme cuando habla y lo agradezco.

- Estoy encantado de volver a verla señorita Rizzo, espero que le esté gustando Berlín -

- Igualmente señor Schnider, y he de informarle que me está encantando, es una ciudad preciosa.

- Por favor sígame, la llevaré donde ya está todo nuestro equipo reunido.