ÁCRUX ✅ [#1]

| CAPÍTULO 29 [II] |

Si querían ganar no debían haberme elegido como su oponente.

Sus ropas están sucias, más rotas y desgarradas que las mías además de que su apariencia no debe de ser ni siquiera un poco parecida a la que tenían cuando entraron.

Cómo podría explicar las sensaciones que se arremolinan en mi cabeza.

Solo puedo pensar en cómo escapar de aquí ya que el miedo es ahora mi mayor debilidad.

A pesar de estar más limpio de lo que esperaba parece esa celda donde tanto tiempo me tuvieron...

Los recuerdos acuden a mi mente haciendo que mis pies retrocedan y choquen con la dura espalda del general, el cual en todo momento se ha encontrado detrás de mí.

Me gustaría suplicarle una y otra vez que se quedara, que no me dejara sola pero no puedo.

Las palabras no salen de mi boca cuando la mirada de una de las tres mujeres se alza hasta quedar conectada con la mía.

En sus ojos puedo ver el desconcierto, el miedo y sobre todo las grandes ojeras moradas que cargan por no haber dormido en no sé cuánto tiempo...

Mi corazón se hace trizas cuando vuelve a bajar la cabeza.

-          Entra de una jodida vez - escucho la voz de Markus hablar tras mi espalda de forma ruda.

Es solo en ese momento en el que me doy cuenta de que me ha soltado... Pero solamente para adentrarme en la celda.

El hombre que anteriormente estaba supervisando a las demás se acerca, pero esta vez no viene solo.

Una mujer rubia con el pelo corto y gafas se acerca junto a él.

Su corta melena queda por arriba de los hombros y unos ojos claros se ven a través de la gruesa montura de las gafas.

- ¿Le está dando problemas soldado..? - establece la voz del hombre y tan solo escucharlo hace que mi espalda se enderece por completo.

- Soldado Raegan señor - habla Markus.

Su cambio de nombre se debe a la identificación que cuelga de su cuello con un grueso hilo azul hasta la altura de su pecho.

- ¿A qué espera entonces? - habla esta vez la mujer.

Pero no se refiere al general, sino a mí.

Es por esto que antes de causar ningún otro problema me meto en la celda y en cuanto mis dos pies están dentro escucho las llaves girar en la cerradura.

Las dos personas que se encontraban junto a Markus han desaparecido igual de rápido que han venido por lo que aprovechando que nadie nos ve mueve sus labios.

- Te lo he prometido.

En cuanto termina se dirige hacia la salida y yo miro a mi alrededor.

Apoyo mi espalda en una de las paredes dejándome caer simplemente al suelo y sentándome en este.

Pasan las horas y tan solo puedo identificar que esta anocheciendo por una de las pequeñas ventanas que también están cubiertas por anchos barrotes metálicos aunque parecen haber sido construidos o colocados más tarde.

Alguien intentó escapar por una de ellas...

Sino hubiese visto la desesperación en los ojos de algunas de las chicas no lo hubiese creído.

Son significativamente pequeñas y tan solo alguien que hubiese perdido la mitad de su peso aquí dentro cabría por una de ellas.

Decido mantenerme alerta toda la noche, algo que no es muy difícil.