ÁCRUX ✅ [#1]

| CAPÍTULO 29 [I] |

Dos capítulos seguidos debido a que...

¡ÁCRUX HA LLEGADO A LAS 10K DE LECTURAAS!

OS AGRADEZCO MUCHÍSIMO ESTO, SOIS INCREÍBLES.

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Si querían ganar no debían haberme elegido como su oponente.

Agacho la cabeza hasta dejar mi mirada sobre el suelo metálico del vehículo en el que me encuentro junto a otras once mujeres.

No puedo concentrarme en un punto fijo sin que mis ojos intenten detallar la las chicas que están aquí conmigo.

Aunque sé que no debería hacerlo.

No parece haber un tipo en específico, en lo que único que se parecen es en sus rasgos nativos de Nueva Zelanda y que son jóvenes.

Puedo ver colores de piel, pelo y ojos de todo tipo haciendo que mis ojos oscuros pasen desapercibidos la igual que mi pelo.

Ya estás aquí. ¿Que vas a hacer? ¿Escapar?

Por mucho que lo niegue he contemplado esa idea más de las veces que me gustaría enumerar pero mi obligación es quedarme a pesar de todo lo que ocurra.

Debo coger fuerzas hasta de donde no las tengo para no salir corriendo de aquí.

Sería tan fácil...

No es la primera vez que escapo de uno de estos vehículos y es por ello que se perfectamente cómo se hace pero no puedo echar a perder todo esto.

Vuelvo a ojear a las jóvenes que miran el suelo y...

Todo esto es por ellas.

¿Quién se merece algo así?

Ojala alguien hubiese pensado lo mismo hace dos años atrás eh...

Los recuerdos impactan una y otra vez como destellos de luz, o mejor dicho, de oscuridad.

Recuerdo cómo me ahogaban en un cubo de agua.

Cómo pensaba que moriría de hipotermia cuando me dejaron a la intemperie resguardada por más de una veintena de guardias o cuando el agua de la manguera estaba casi tan helada para convertirse en hielo.

Mi respiración se corta cada tres segundos debido a los nervios y no puedo evitar contar el tiempo cada vez que pasa entre una y otra para intentar calmarme.

Aunque no funciona.

Ya nada funciona.

La cabeza me da vueltas causando que las náuseas tan conocidas me revuelvan el estómago mientras me siento en el suelo de la furgoneta que nos transporta hasta nuestro destino definitivo, el laboratorio que vamos a abordar varias decenas de soldados camuflados como trabajadores de este.

Al menos tengo la seguridad de quién conduce el vehículo en el que me encuentro es Markus, o así fue como lo ensayamos todo, además... Dudo que haya dejado a otro conducirlo sabiendo que estoy dentro de este.

No cree que nadie en esta misión está igual de capacitado que él para protegerme.

Y yo tampoco lo creo.

Pasa el tiempo, no me atrevería a decir cuánto ya que estamos en total oscuridad y ninguna mujer ha dicho nada desde mi llegada y dudo que lo hayan hecho entre ellas antes, tampoco les ha parecido extraña la parada que hemos tenido ni que obligaran a otra chica a subir y eso es algo que me preocupa.