| CAPÍTULO 28 |

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No sabes lo importante que es respirar,
hasta que no puedes hacerlo.

Han pasado dos horas desde que el avión militar despegó dejando atrás la central en Berlín para dirigirnos hacia la nueva misión en la otra punta del planeta y todavía quedan otras diez.

No espero poder descansar ya que los papeles que tengo delante me lo impiden, en ellos tengo la información sobre "quién soy" a partir de ahora hasta que esta misión en la que tengo que fingir finalice.

Y aunque si me gustaría dormir un rato dudo que pueda hacerlo a pesar del cansancio.

Esta persona la cual soy desde que empiece oficialmente la misión murió hace un año atrás por lo que ha sido fácil recopilar sus datos y hacerla "volver a la vida" aunque no como nadie esperaría.

Y sí, estoy falsificando y robando la identidad algo que ya es ilegal de por si... Más si está muerta.

No puedo evitar sentir un vacío en el pecho al pensarlo. Al menos es por un buen motivo... ¿No?

Dudo que le pueda importar y si lo hace no es ningún problema, ya está muerta.

En estos momentos recuerdo a mí abuela. Ella siempre me decía que realmemte a quien tenemos que tenerles miedo es a los vivos, no a los muertos.

Y como siempre... Cuanta razón tenía.

Los lentes de contacto que me colocaron todavía me escuecen por la sensibilidad de mis ojos pero ocultan mi iris azul a unos marrones casi negros incluso con la luz.

Markus se ha negado en rotundo a llevar los lentes y al presidente Müller no le ha gustado una mierda.

Supongo que tan solo se preocupa por su hijo...

Son realmente creíbles y ni siquiera alguien que tenga estudios o grandes conocimientos sobre este tema podría considerar que no es el color de mis ojos además de que son demasiado buenas y pueden durar puestos hasta casi una semana.

Soy Paola Nyugen, una mujer nativa de Nueva Zelanda como todas las demás chicas secuestradas, y sí, digo chicas ya que todas rondan entre los 20 y 30 años.

A pesar de que el país al que nos dirigimos se encuentra a más de 24 horas en un avión de tripulantes o comercial normal con nuestra tecnología avanzada vamos a tardar menos de la mitad.

Algo que debemos agradecer.

El general está a mi lado también con su ordenador, haciendo lo mismo que yo y completando informes sobre la hora de llegada, salida y lo máximo que podemos quedarnos.

No puede ser mucho ya que cuanto más rápido salgamos mejor pero... Tampoco podemos quedarnos poco debido a que necesitamos gran cantidad de ese líquido para saber a que tenemos que tenerles miedo.

Debemos salir en el momento exacto.

- Disculpe comandante - una mujer realmente bonita me saca de mi ensoñación cuando escucho lo que dice.

Es morena y es realmente guapa. A pesar de que pasará ya los treinta años dudo que tenga muchos más y sus ojos son brillantes.

- Soy la doctora Flor Manrique y necesito implantarle el chip.

Observo a la mujer latina que se encuentra justo a mi izquierda.
Detallo sus rasgos y supongo que debe ser chilena.

- Claro - respondo sonriente, es la enfermera que me va a ayudar y no quiero causarle ninguna molestia o inconveniente.

Ella mueve una de las agujas dando varios golpes de forma suave con sus dedos al frasquito para romper la burbuja que se forma por el aire y me mira de forma cautelosa aunque no entiendo el porqué de eso.

ÁCRUX ✅ [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora