| CAPÍTULO 21 |

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- La amenaza solo ayuda con el acometido.


Llevamos menos de media hora de trayecto y me veo obligada a hablar con el presidente sobre Dante y su comentario respecto a él en el cuartel.

El general me mira extrañado en cuanto me levanto y ocupo un asiento libre que hay al lado de su padre pero inmediatamente vuelve a cerrar los ojos como había hecho hasta ahora.

- Ya se lo que vienes a preguntar - dice el presidente.

- Necesito saberlo, por favor, nunca me había hablado de la amistad que había entre ustedes. - respondo ante su comentario y le miro.

Suspira y me devuelve la mirada haciendo que mi corazón se acelere en tan solo segundos.

Que tienen los Müller que dejan respirando con dificultad a la gente con solo mirarla, con tan solo posar su iris sobre el de los demás.

- Los dos coincidimos en que sería lo mejor, tu empezabas a destacar entre los Skade de tu edad, con tan solo 6 años ya eras prometedora y en ese momento los dos supimos que en algún momento de tu vida llegarías a trasladarte aquí a Berlín donde se encuentran solo los mejores soldados. - empieza a hablar y yo quedo totalmente callada ante sus palabras - no queríamos que pensaras que si en un futuro llegabas hasta donde te encuentras fuera por la amistad entre Dante y yo y no por tus méritos y esfuerzos aparte de todas las misiones que tienes con éxito. - añade y yo asiento con la cabeza entendiendo porque no me dijeron nada.

- Dante siempre me dijo que llegaría hasta aquí - le digo y el me mira, tiene los mismos ojos que el general y solo puedo fijarme en ello.

Esos ojos de un color tan llamativo, atrayente... Como las serpientes. Pero no esas serpientes cualquiera, sino las que si te muerden en segundos estás muerto.

- Lo sé, el siempre te ha considerado su hija, te ha cuidado desde que tú padre murió cuando tan solo tenías 4 años y realmente es él quien siempre ha estado para ti. - una lágrima amenaza con salir pero la seco con el dorso de mi mano

- ¿Como se conocieron? - le pregunto y el ríe.

- Siempre lo recordaré, fue mi primera misión como capitán y quería darlo todo de mí para demostrar que valía para esto. -

Entiendo de qué habla así que no le paro y el continúa hablando.

- El acababa de ascender a comandante y nos reclutaron en una misión juntos a Francia donde también estaba tu padre biológico - Su voz se pausa en uno de esos instantes para coger aire y hablar de nuevo - en ese momento la mafia de esa nación controlaba gran parte del dinero negro por lo que nos enviaron a París, su capital, donde más trata de blancas había hasta que conseguimos liberar a más de dos cientas mujeres de la mafia Francesa y hicimos una gran amistad a partir de ese momento los tres - responde - Tu padre era muy buen hombre, eso nunca lo dudes, un soldado honorable - añade y sonrío.

Empieza a reír y yo también lo hago, es la primera vez que sonrío de verdad en no se cuánto tiempo porque siento que tengo a Dante justo al lado escuchando nuestra conversación.

- Estuvimos más de un año en esa misión y el a pesar de Dante ser diez años más joven que yo ya había ascendido a un rango más que el mío por lo que le juré que lograría el rango que me propusiera y así fue, el patán sigue de general y yo ya soy el presidente de la milicia Skade en Alemania. - dice riendo y no puedo evitar que me contagie las carcajadas.

Ambos reímos ante su insulto hacia Dante y sé que si el nombrado estuviese aquí junto a nosotros ya hubiese empezado una pelea para ver quién es el mejor de los dos.

ÁCRUX ✅ [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora