| CAPÍTULO 23 [I] |

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- Los juramentos deben cumplirse,
aún así terminen con tu vida.



Si la 'Ndrangheta estaba aquí solo podía significar varias cosas y ninguna de ellas era buena para nosotros.

Tres bandos distintos en el mismo lugar es peligroso y más cuando tantas cosas se tienen en común.

La más importante de todas ellas, el querer el sabor de la dulce victoria entre los labios. Algo que solo se puede permitir uno de todos nosotros y eso es lo que más me preocupa.

El fuego que no tiene el camino marcado y puede prender todo lo que desee es destrucción asegurada.

Una bomba a la que tan solo le quedan unos segundos para salir despedida en una gran explosión que se llevará todo lo que encuentre y este en un radio cercano por los aires.

No importa quién seas.

- Correr, la ventana de la habitación por la que hemos entrado continúa estando abierta, bajaremos por allí.- grita el general alemán refiriéndose a la sala por la que hemos accedido y yo ayudo a Dante, al cual han torturado de formas totalmente inhumanas para conseguir sus propósitos.

Y esto es tan solo una mínima parte de lo que puede hacer la mafia albana en un intento de conseguir información.

Las quemaduras que rodean sus brazos y piernas son notables, deben de ser de segundo grado mínimo, tal vez en algunos puntos en concreto lleguen hasta la última capa de la piel por la rojez.

Su piel está al rojo vivo, abierta por completo con grandes bambollas que se han formado para curarse por si solas e intento no tocarlas mientras hago que se apoye en mí.

Cuando llegamos a la otra habitación solamente se oyen disparos abajo y decidimos saltar desde donde nos encontramos aunque no podamos saber si hay alguien esperándonos.

Solo es un piso, por lo que el general decide saltar primero y permiten que yo sea la siguiente, cayendo en brazos de este, el cual me ayuda a estabilizarme poniendo sus manos sobre mi cintura hasta dejarme completamente apoyada en el suelo.

Dante es el próximo y debe ayudarle el soldado con el que estamos y el último baja cuando el hombre de ojos grises puede ponerse a duras penas en pie a mí mismo nivel después de que Markus lo sujete con fuerza.

- Corred, no tenemos tiempo - grita Markus mientras debe cargar el peso que el propio Dante no es capaz de soportar.

Empezamos a correr más rápido avanzando entre las calles oscuras.

El sol empieza a asomarse por la gran rendija que forma el horizonte creando las primeras sombras de la mañana mientras yo intento ayudar a cargar el peso del cuerpo del general italiano y Markus lo sujeta por otro de los brazos.

Salimos por la parte trasera, por lo que no hay nadie vigilando esta y podemos correr para avanzar unas calles antes de ponernos a cubierto.

- Estamos fuera, a unos 100 metros del depósito. - paro de hablar ya que debo coger aire y respirar, algo que en este momento parece que se me olvidó hacer.

Cuando consigo respirar con la suficiente normalidad decido continuar enviando nuestras coordenadas al piloto italiano de una de las avionetas de guerra que nos esperan.

Nos encontramos dirigiéndonos hacia el este - grito y me escuchan por los auriculares que hacen de intermediario para contactar con los Skade alemanes que se encuentran luchando y los italianos que están en la avioneta preparados para rescatarnos o atacar cuando sea necesario.

ÁCRUX ✅ [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora