**LUCIA**
Necesito salir de aquí. Esto es surrealista. Me ha llamado María. ¿De qué conoce a mi madre el padre de Nil? ¿Por qué Adrián no quiere que me junte con Nil? Demasiadas preguntas.
Nil viene detrás de mi y me agarra del brazo para pararme. Le miro. Seguro que lo sabía. Seguro que todo esto es un plan de ellos dos. Todo es una mentira.
— ¿Te has acercado a mi por mi madre? — Me suelta. Estoy nerviosa y tengo ganas de llorar.
— ¿Qué? No, claro que no. ¿Cómo voy a saber yo que tu madre es la María de mi padre?—
—Deja de llamarla así. No es la María de tu padre, mi madre está casada con mi padre — No puedo con esto. Empiezo a caminar calle abajo pero Nil me sigue.
— Espera Lucia. De verdad. Yo no sabía nada — Le miro. Analizo su rostro. Realmente no parece que mienta. Parece sincero. Quizá diga la verdad.
— Joder Nil... — resoplo y me tapo la cara con las manos, es que no se ni que decir. Se acerca a mi y me abraza. Nuestro primer abrazo. Y no es como me lo esperaba, aun así me gusta. Sus brazos me calman.
— No te vayas. Deja que me duche y salgamos a comer. Por favor — Me muerdo el labio. Esta bien. Si. Él no tiene la culpa de esta desconcertante casualidad.
— Vale pero... no quiero entrar en tu casa. Te espero aquí.—
Se va y me quedo sola en mitad de la calle. Me siento en la acera y le espero. No paro de darle vueltas al asunto. El padre de Nil y mi madre debieron estar juntos, ¿pero que pinta Adrián en todo esto? Necesito respuestas. Lo llamo.
— ¿Que pasa ojazos?—
— He conocido al padre de Nil — daría lo que fuera por verle la cara — y no entiendo nada tito.—
— ¿Te ha dicho algo? —
— ¿Por qué no me lo cuentas tú? — Necesito entender todo esto.
— Es que no me corresponde a mi Lucia — me enfado. Mucho. Me pongo de pie y me dan ganas de tirar el móvil al suelo. Dios.
— Me importa una mierda tito. Estoy metida en esto, así que o me lo cuentas o entro y le digo al padre de Nil que me lo cuente todo él.—
Conociéndolo, seguro que está apretando la mandíbula, intentando disimular su rabia. Lo oigo respirar, pero se queda callado unos segundos. Yo si respiro fuerte. Estoy enfadada y quiero que lo note.
— El padre de Nil, Nacho, era amigo de tu tío Sergio, así fue como conoció a tu madre. Con los años se enamoraron y mantuvieron una relación, pero no acabó bien la cosa y al final tu madre escogió a tu padre.—
— Pensé que escogió entre tú y él.—
— Es complicado Lucia. Nacho fue su primer amor. Como para ti Eze. Nunca ha podido olvidarlo.—
— ¿Y por qué no querías que viera a Nil? No veo nada de malo en lo que me cuentas.—
— Es complicado Lucia. Tu madre y Nacho han tenido una relación tóxica y fue mejor para ella no saber nada más de él. Si ahora volviera a verle... —
— ¿Qué? —
— No me lo perdonaría nunca — Suspiro. No lo comprendo. ¿Que habrá hecho Adrián para que mi madre no se lo perdone nunca? Sea como sea... por él, voy a guardar el secreto.
— Nil me gusta tito...—
— Lo entiendo ojazos. Ya me las apañaré. —
Saber que todo esto tiene que ver con mi madre me enfada. ¿Por qué tengo que estar metida yo en sus problemas? Yo solo quiero vivir mi vida. Solo quiero ser joven y tener mis experiencias y vivir el amor y el desamor si hace falta. No quiero dramas del pasado. Primero, mi madre liándose con Dani, luego aparece un ex suyo al que al parecer es mejor que no vuelva a ver. No entiendo nada.
Un rato después aparece Nil. Estoy algo más calmada y al verle me siento mejor. Lleva los dos cascos en la mano y me dice que si me apetece dar una vuelta para despejar la mente. Acepto, sin duda. La adrenalina me ha ayudado siempre.
Sentir el viento en mis muslos, notar como se me mueve el pelo, coger a Nil por la cintura, la velocidad, las curvas, la brisa marina, sin duda me está relajando bastante. Me gusta. Me gusta Nil y estar con él. Un rato después para la moto y se gira para mirarme, sigo sentada en la moto y se quita el casco. Hago lo mismo y nos miramos. ¡Joder! Es un dios vikingo. Me encanta. Me estoy poniendo nerviosa así que me bajo de la moto pero él me agarra del brazo y me dice que me vuelva a subir. Le hago caso, quizá quiere que nos vayamos. Voy a subirme pero me incita a subirme delante de él, me dejo llevar y acabo sentada delante de la moto mirando hacia él. No sé que va a pasar y me estoy poniendo nerviosa. Le miro y me mira y de pronto me besa. ¡Joder!
Que beso tan distinto al de Eze, aún así, me gusta. Me abre la boca y le sigo el juego. Busco su lengua, ya se como jugar. Dura poco, pronto se separa de mi. Abro los ojos y lo veo mirándome. Suspiro, flojito, no quiero que me oiga.
— Perdona princesa, me moría de ganas de besarte — me río.
— Puedes besarme cuando quieras — Sonríe y vuelve a pegar sus labios con los míos.
Después de besarnos un buen rato y sentir como me calentaba por momentos, me he vuelto a sentar detrás para ir a comer. En el restaurante charlamos, por suerte ninguno sacamos el tema de nuestros padres. Lo agradezco. Ya tengo bastante con que el padre de Eze y mi madre estén juntos, como para que ahora encima también haya un rollo raro con el padre de Nil.
Me gusta Nil y me sorprendo a mi misma olvidándome de Eze por momentos. Aunque no puedo evitar en algún momento hablarle de él. No se porque lo hago. Pero me sale cuando le cuento lo poco que hago además de estudiar. También le hablo de Jimena, a la que por cierto, tengo que llamar para ponerla al día de todo.
Después de comer me dice de coger la lancha, pues no me apetece, pero insiste. Que no es para bucear, que ni tendré que tocar el agua, quiere que vea un sitio y solo se puede acceder por el agua. Acepto aunque a regañadientes. Como la tiene en el puerto y pasamos cerca de Cupido aprovecho para ir a ver si está Adrián, pero no lo encuentro. Nil me dice que me eche crema, que soy muy blanca y vamos a estar al sol. La cojo junto con un par de botellas de agua y mi móvil y lo meto todo en una mochila.
En la lancha ya vuelvo a estar de los nervios. Me voy poniendo la crema para distraerme mientras Nil navega despacio, me mira de vez en cuando y yo me recreo con la crema en mis piernas. Creo que le estoy provocando.
Tardamos cerca de media hora en llegar, pero cuando lo hacemos me quedo sin palabras, que pasada, hemos entrado en una cueva, es inmensa, esta repleta de estalactitas y el agua tiene un color turquesa maravilloso. Asombroso. Nil me mira y yo no puedo dejar de mirarlo todo.
— ¿Te gusta?— yo lo miro todo, pero él me mira mi.
— Es increíble.—
— Normalmente está lleno de gente haciendo Kayak o Paddle surf pero hoy no. Un día al mes la cierran para venir a vigilar que todo esté bien y limpiarla si algún turista no ha sido cuidadoso. Y ya han venido, hace un rato que se han ido—
— Estoy impresionada Nil — se sienta junto a mi y me mira. Le miro yo también y nos besamos de nuevo. Es él quien se abalanza sobre mi, pero yo no me opongo.
El beso cada vez es más caliente y fuerte y sus manos me tocan y me incitan, yo me muevo y me siento sobre sus piernas. Le gusta, noto como sonríe bajo mi boca. Le cojo del pelo y le acaricio en la nuca, él me cubre con sus manos toda la espalda y las baja hasta el culo. Gimo. Se me escapa. No lo puedo evitar. No quiero que pare. Me siento mojada. Me siento preparada. Ya se como puede acabar esto y quiero que pase. Le muerdo el labio, como Eze me hace a mi. Le gusta. Sus manos me tocan por debajo del vestido, tocan mis pechos desnudos. Le beso. No quiero parar. Acaricia y pellizca mis pezones y la piel se me eriza. Deja de besarme. Le miro. Respiro fuerte. Él también. Me mira los pechos apartando un poco el vestido por el escote. Los estruja y se mete uno en la boca. Yo tiro la cabeza hacia atrás. ¡Oh si! Poco a poco me tumba en la lancha, hay un poco de agua, pero no me importa. Se quita la camiseta y se tumba encima de mi, apartando con sus rodillas mis piernas y encajando sus caderas entre ellas. Noto su bulto. Si. Lo siento sobre mi sexo. Baja una de sus manos hasta mi barriga y me levanta el vestido. Nos besamos. Todo el rato nos besamos. Su lengua me sabe a gloria y no quiero que pare esto nunca jamás. Mete la mano dentro de mis braguitas y me toca. Sus dedos se resbalan, estoy muy húmeda. Deja de besarme. Me mira. Le miro. Me retuerzo. ¡Que placer! Me introduce un dedo. Gimo. Me muerdo el labio. Cierro los ojos, pero noto como me mira. Me masturba con sus dedos y siento que voy a correrme en cualquier momento. Saca los dedos y me acaricia el clítoris. Respiro hondo. Joder, casi me corro. Abro los ojos. Está riéndose.
— Si te aguantas, luego te correrás con más ganas — no me lo puedo creer. Esta jugando conmigo. En el buen sentido claro. Resoplo. Me muerdo con fuerza el labio de abajo y le miro. Me quita el vestido y se mete un pecho en la boca. Lo lame, lo succiona, lo muerde. ¡Dios!
Me tiembla todo el cuerpo. Necesito correrme. Me incorporo y me abalanzo sobre él para besarle. Me siento sobre su regazo y meto mi mano entre nuestros cuerpos para acariciar su pene. Está duro, bien duro y es grueso. En un primer momento siento miedo. Con Eze me dolió y seguro que ahora también.
— Dame un segundo — Me dice apartándome de él. Rebusca en su cartera y saca un preservativo. Rezo para que no me pida que se lo ponga porque no sé. No lo hace. Se lo pone — Ven princesa — Me dice.
Vuelvo a subirme encima de él, tiene toda su polla erecta, es grande y gruesa y se muestra bien dura. Me sujeta del culo y yo me aparto un poco las bragas. Coloca la punta en mi obertura y empiezo a meterla. Duele. Mierda. Intento relajarme. Me cuesta. Respiro hondo. Cierro los ojos y vuelvo a coger aire.
— ¿Estás bien? — Me pregunta. No quiero contarle nada. No quería tener que decirle que hasta hace dos días era virgen, pero no me queda otra. No quiero que piense nada raro.
— Es que... hasta hace una semana era virgen y aun... aun me duele un poco.
Se queda totalmente quieto. Creo que está procesando la información. No se que debe de estar pensando pero con la tontería poco a poco va entrando y ya la tengo casi toda dentro. Para cuando Nil abre la boca su polla ya está totalmente dentro de mi y estoy algo más relajada.
— ¿Te sigue doliendo? — Le miro y le digo que no. Me coge con sus manos del culo y me mueve lentamente — Iré despacio.—
Follamos. Suave, pero follamos. Nil me ayuda con sus manos y yo me contoneo encima de su cuerpo. Me gusta. Lo disfruto. Gimo y el gime conmigo. Poco después nos corremos ambos a la vez. Me quedo un rato encima de él y después salgo para que él pueda sacarse el preservativo.
— ¿Tú novio sabe que estás aquí? — ¿Qué? Su cara está rara, no parece satisfecho tras haber tenido un orgasmo y me mosquea.
— Yo no tengo novio. ¿Si lo tuviera, crees que estaría aquí contigo? — He sonado brusca, lo sé, pero me ha molestado su pregunta. Al menos ha tenido la decencia de esperarse a que estuviera vestida para preguntármelo.
— Perdona... es que, al decirme que eras virgen hasta hace poco, no sé, una chica de tu edad, normalmente es porque esperáis al tío adecuado— Bueno, es buena su deducción, aunque me sigue molestando igual.
— Si que esperaba al tío adecuado, pero al parecer no lo es.—
— Lo siento — parece sincero cuando lo dice.
— Yo también — creo que se siente mal por lo que ha dicho, porque aunque estamos vestidos enseguida me coge de la mano y me trae hacia él y hace que me siente encima suyo. Lo hago. Nos miramos.
— Soy un capullo — Puede. Un poco. Pero no me quiero enfadar. Le miro los labios y creo que se lo toma como una invitación, porque me besa.
No quiero que este momento se arruine. Llámame ñoña, pero para mi ha sido especial. Supongo que lo seguirá siendo hasta que este acto en si pierda importancia, que entiendo que en algún momento debe de perderlo, si no, no entiendo como pueden haber gente que lo haga tanto y con tanta gente distinta. Como Eze. Para Eze la mayoría de veces debe ser solo sexo. Conmigo quizá también solo fue eso, aunque me gusta pensar que no, que fue algo más, que sintió un poco de amor, o quizá cariño, que una pequeña descarga le recorrió el cuerpo cuando me hacía suya. Nil tiene pinta de ser como Eze. Es guapo, debe tener mil tías detrás. Seré una más. La chica con la que se acostó en Menorca. La que trajo a las cuevas. Aunque seguro que aquí ha traído a muchas más.
— Me apetece un baño — Sigo sentada sobre él, apoyada en su pecho, mientras él me acaricia en los brazos y en la espalda. No sé, a mi esto me parece intimo y bonito.
— Espero que no me estés preguntando que te acompañe Nil — Suspiro. No quiero ni pensarlo.
— ¿Por qué no?— me aparto un poco de él y le miro. Quiero que vea mi cara, quizá así me entienda.
— Es que no es miedo Nil, es fobia. No lo controlo. Me controla a mi.—
— Pero fíjate, el agua está casi cristalina —Miro al agua y empiezo a temblar. No puedo evitarlo. Nil me aprieta entre sus brazos.
— Mírame, solo de pensarlo me acojono. No soy capaz ni de meter los pies en la orilla de la playa. Gracias a que he podido subirme en esta lancha, quizá porque mi mente sostiene que el tamaño es suficientemente grande como para pensar que es suelo firme y no una colchoneta, pero no me pidas que me meta en el agua.—
— Yo puedo ayudarte a superar tu miedo.—
— No quiero superar nada, estoy bien sin bañarme en el mar— ya me estoy poniendo nerviosa. ¿Acaso no entiende que no es no?
— Tuve un alumno como tú hace unos años y le ayudé, ahora hace surf — sus manos están ahora en mi culo, y lo aprietan. Creo que intenta distraer mi mente. Y no se... no se si puede conseguirlo.
— ¿Alumno de que? — Se ríe -- ¿De que eres profesor?— sus manos siguen tocándome, ahora suben por mis espalda, me acarician. Como si fuera ciego y tuvieran que conocer todo mi cuerpo. Mi cuerpo se estremece pero intento concentrarme en la conversación.
— Soy profesor, bueno era, ya no ejerzo, de matemáticas en Australia — Ahora me río yo, se me escapa una carcajada, una de sus manos me acaricia bajo el pecho y la piel se me eriza. Me muerdo el labio y me lo mira.
— Oye... ¿de que te ríes? — Me pregunta ajeno a lo que sus manos hacen y me provocan.
— Pues que no te pega nada — Con el dedo pulgar acaricia mi pezón y se me escapa un pequeño gemido. Nil sonríe.
— ¿Y que me pega?— Sigue como si nada y yo creo que estoy empezando a humedecerme.
— Pues eso, profesor de surf, de snorkel, pero no de matemáticas.—
— Pues ya ves — Su sonrisa. Que bonita es. Es toda una caja de sorpresas y de momento para bien. La otra mano ha vuelto a mi culo y con los dedos está hurgando bajo el bañador y se acerca estrepitosamente a mi sexo. Estoy ardiendo y sedienta de él,
— ¿Y cómo un profesor de matemáticas ayuda a un alumno a superar su miedo al agua? — La mano que acariciaba mi pezón ahora lo estruja y mi respiración se acelera.
Estoy caliente. Nil está provocando en mi algo que nunca nadie había provocado. Me está seduciendo y lo está haciendo mientras me habla como si nada. La mano que tocaba mi culo, se mueve hacia delante pero por fuera de la braguita y roza mi clitoris. Me estremezco. Nil no deja de mirarme y empiezo a sonrojarme. Creo que podría correrme solo así. Debo tener las bragas empapadas y me da vergüenza que lo note.
— Pues era alumno de intercambio de Reino Unido, allí, además del currículo que hay aquí, matemáticas, lengua, naturales, también se enseña surf en la escuela y le tenía miedo, yo le ayudé.... ¿Y bien, te vienes al agua?.—
Me lo pregunta en el mismo momento en que su dedo pulgar presiona mi clitoris y yo gimo sin poder remediarlo. Juega con él y hace pequeños círculos mientras me mira fijamente.
— Puedo seguir haciéndote esto en el agua — Me encantaría, no quiero que pare. Tiro la cabeza hacia atrás y Nil me besa en el cuello. Creo que voy a correrme y no puedo remediarlo. Pero de golpe para. Le miro y veo que me sonríe — ¿Vienes al agua?—
Me enciendo. Dios. Estaba a punto de correrme y ha parado. Necesito correrme. Por un momento pienso en la idea de meter yo mi mano y tocarme, se que con un simple roce podría correrme, estoy a punto, pero me avergüenzo solo de pensarlo.
— ¿Vienes? — Me pregunta de nuevo. Miro al agua. Está cristalina y a un lado se ve el fondo. Por una zona es muy profunda pero al otro lado se nota que hacemos pie. Joder. Estoy... estoy sedienta. Deseosa.
— Nil... ¿Porque me haces esto? — Consigo decir por fin. Me pongo de pie. Tengo que apartarme de él.
Necesito calmarme. Pero él hace lo mismo y se acerca a mi. La lancha se mueve un poco. Pero muy poco. Es bastante estable. Quiero alejarme de él pero aquí me es imposible. Viene junto a mi. Mete su mano de nuevo bajo mis braguitas y noto que me flaquean las piernas. Me mira y yo levanto la cabeza para mirarle a los ojos. Me toca, esta vez en mi hendidura. Estoy mojada. Lo nota. Se recrea tocándome y yo siento que voy a caerme en cualquier momento.
— Estás empapada Lucia — Me mete un dedo y yo vuelvo a gemir. Maldito cuerpo, que no puedo resistirme a él — Vamos... haré que te olvides de todo. Solo me sentirás a mi.—
Dios, que calor. Su dedo juega dentro de mi. Y sus labios rozan los míos aunque no llegan a besarme.
— No voy a dejar que te corras Lucia — Me dice con una sonrisa. Le odio. En estos momentos le odio. Saca el dedo dentro de mi. Y se mete en el agua saltando.
Durante un minutos no le veo. Desaparece. Me planteo tocarme. Ahora no me ve. Me basta un mínimo contacto, me puedo correr yo sola y ya me quedaré satisfecha. Pero no. Le necesito a él. De golpe aparece junto a la lanza y me abre sus brazos.
— Ven, yo te cojo, y te llevo hasta allí, fíjate, se ve perfectamente el suelo y todo — miro hacia donde me dice y el pulso se me acelera aun mas. No puedo. No puedo. Le miro a él y siento como el clítoris me palpita.
No se ni como lo hago, ni de donde saco la fuerza, pero me veo en sus brazos, metida en el agua. Con los ojos cerrados con toda mi fuerza. Nil me tiene cogida en su pecho y yo apretada contra él. Su boca en mi oreja me dice que me relaje, que solo le sienta a él y mientras una de sus manos ya está colándose en mi interior. Le deseo. Cuando llegamos donde él hace pie, ya le noto más estable y me coge con mas fuerza. Le rodeo la cintura con mis piernas y puedo sentir su polla clavándose en mi barriga. Estoy nerviosa, creo que me va a dar un ataque. Nil me dice que respire, que me relaje, que sienta su manos.
— Siente mi manos, siente mi polla, mira como me tienes — Que me hable así de esa manera, me pone mas caliente aun.
Sus dedos entran y salen de mi vagina sin pudor y yo gimo sin vergüenza, sus labios se acercan a los míos y nuestras lenguas juegan, sin darme cuenta empiezo a contonear mis caderas. Siento su miembro cada vez más y más duro. Saca los dedos dentro de mi y yo me siento tan vacía que resoplo. Noto como se ríe.
— Un segundo princesa. Me estorba la braguita — Me la quita. Pero yo no suelto mis manos de su nuca. No puedo. Sigo sintiendo miedo. No puedo soltarme de él. Estoy en el agua y soltarme sería igual a perder el control. Le necesito.
Estoy libre y ahora mi vagina está sobre su barriga. La restriego y él suelta un gruñido.
— Joder Lucia. Mira como me tienes — Noto como restriega su dura polla contra mi culo. La noto y me excita — Tú me estás provocando esto.—
Me armo de valor y llevo una de mis manos hasta su polla, la libero de debajo del bañador y la toco. Lo hago tal y como me enseñó Eze. Miro a Nil y él vuelve a gruñir.
— Voy a follarte hasta que me pidas que pare y aun así no voy a parar — le tomo la palabra, quiero que lo haga. Llevo la punta de su polla hasta mi entrada la dejo ahí. Nil aprieta un poco y como estoy tan húmeda entra sin tanta presión. Aun así, me duele un poco y mi gesto cambia.
Nil para. Pero yo no quiero que pare así que soy yo quien la hace entrar.
— No pares. Ayúdame a ensanchar mis paredes. Haz que el sexo no me duela Nil. Haz que esto sea fácil.—
Cuando por fin conseguimos que entre toda. Nil lleva sus manos a mi culo y yo a sus hombros y empiezo a moverme. Lo hago tal y como lo hice en el coche con Eze y es todo exquisito. Me olvido de donde estoy. Ya no me da miedo el mar, no al menos ahora. Solo quiero sentirle y solo quiero correrme. Empiezo a acelerar mis movimientos y siento que voy a correrme cuando Nil mete una de sus manos entre nosotros y con el dedo pulgar acaricia mi clítoris, entonces estallo. Cuando me corro la saca corriendo. No se porque lo hace hasta que lo veo correrse en el agua. Su cara cuando lo hace es todo placer. Separa ligeramente los labios cierra los ojos. Luego me mira.
— Por poco no llego. Joder, me pones a mil — ¿Yo a él? Se acerca a mi y me besa — ¿A que no es tan malo estar en el agua? — Miro a mi alrededor y aunque el miedo está... me sorprendo a mi misma sintiéndome mejor de lo que me esperaba. Aun así necesito su contacto y vuelvo a cogerme a su cintura con mis piernas. Me sonríe.
— Si no te importa, ¿volvemos a la barca ya?—
***
Por la noche me quedo en Cupido con Adrián, a pesar de que Nil me propone salir un rato, prefiero tomar distancia. Creo que no es justo que acapare todo mi tiempo, he venido para estar con Adrián, y para despejarme de Eze y dejar de lado a un tío guapo que me tenía las hormonas alteradas para irme con otro, no sería nada prudente, aunque este otro, creo que me tiene las hormonas mas alteradas aun.
— ¿Quieres hablar de algo? — me pregunta Adrián mientras tomamos un mojito que él mismo ha preparado. Seguro que lo sabe, Adrián parece saber leerme siempre la mente.
— Pues me gustaría, he intentado llamar a Jimena pero no me lo ha cogido, y estoy echa un lio tito — le doy un sorbo al mojito, está delicioso, es de fresa, Adrián los prepara de muerte, son los preferidos de mi madre.
— Cuéntame ojazos —cojo aire y me armo de valor, nunca he tenido vergüenza con Adrián ni el prejuicios conmigo.
— Esta tarde me he acostado con Nil - Evito contarle que han sido dos veces, y que una de ellas ha sido en el agua y sin protección, y que ha estado jugando conmigo hasta que ha conseguido meterme en el agua y que me corriera más de una vez. Adrián se mantiene impasible, pero creo notar como aprieta un poco los labios, creo que no le gusta mucho Nil. Me quedo un segundo callada, pero como veo que no dice nada, prosigo — lo que pasa es que yo sigo pensando en Eze tito, aunque se que lo nuestro es imposible y aunque se que Eze me hace mas bien que mal, además, tengo la sensación de que le estoy engañando.—
— Eze y tu sois amigos — Suspiro, pues será eso. Que somos amigos. Y que hemos follado y ya está. Lo hace todo el mundo. ¿No?
— Y creo que solo debemos ser eso. Eze tiene una vida de la que yo no soy capaz de formar parte. Me he dado cuenta de que soy celosa — Con él al menos lo soy. No puedo soportar verle con tantas chicas. Porque no confío en las intenciones de ellas ni en sus actos. Se que Eze es un caradura y no tiene voluntad, que ve unas tetas y le pueden y mucho mas un culo.
— Hay muchos tipos de celos ojazos, los que dejan libertad y los que no. Siempre que entiendas que la libertad del otro no es de tu incumbencia, todo irá bien— ¿Estaba hablando de mi madre? ¿De su relación a tres con ella del pasado? Seguro. Adrián siempre que habla lo hace con otras intenciones, para que me fije más allá, para que piense.
— Tito... Eze no quiere nada conmigo — Se tira hacía delante y coge con sus manos mi cara. Me mira.
— Lucia debes estar más atenta, eres lista ojazos, muy lista — Adrián siempre tan misterioso. Me da un beso en la frente y vuelve a acomodarse en el sofá en forma de L en el que estamos descansando. Le miro un rato, aunque él ha cogido el móvil que justo le ha sonado y se ha puesto a mirar unas cosas.
Un rato después empiezo a sentir los síntomas de la regla y me quiero morir. Voy al baño y efectivamente, mi enemiga numero uno está aquí. Me pongo un tampax y voy corriendo al botiquín a buscar un nolotil antes de que el dolor vaya a más. Mañana me pasaré el día en la cama. No hay nada que hacer. Cuando me viene la regla, no hay calmante que me ayude. El dolor es insoportable. Han habido veces que Dani ha tenido que venir a casa con calmantes y ponerme una vía para suministrármelos en vena. Insoportable. Solo puedo tumbarme, llorar, retorcerme y dejar que pasen las 48 horas siguientes, doy gracias si son 24, hasta sentirme mejor. Por suerte tengo reglas muy cortas de tan solo 72 horas.
Aunque estamos juntos, le escribo un mensaje a Adrián y enseguida aparece junto a mi y se sienta en la cama a mi lado.
— Lo siento ojazos, no pensé en esto cuando lo planee.—
A mi también se me pasó. Mira que siempre que organizo algún viaje pienso en mi regla. Y lo organizo todo fuera de ella, pero con todo el tema de Eze, se me olvidó por completo.
— ¿Te has tomado algo?—
— Un Nolotil, pero voy a necesitar algo más fuerte. Ojalá estuviera Dani — Me retuerzo. El dolor cada vez va a más y puedo ver como Adrián lo sufre conmigo. La endometriosis no es una tontería.—
Adrián se queda conmigo, me abraza y apoya su mano caliente sobre mi vientre hasta que consigo dormirme.
El día entero lo paso en la cama. Me llama mi madre y entre lágrimas le digo que la echo de menos. En estos momentos de vulnerabilidad la sigo necesitando tanto como cuando era niña. A pesar de nuestra distancia y de mi frialdad, es mi madre. Nil me escribe un par de mensajes donde me pregunta como estoy y me dice de quedar, pero no le respondo. Me sabe mal, pero hoy no me apetece nada. La verdad es que solo me apetece Eze. En estos momentos daría lo que fuera por estar con él, en su cama, en su sofá, o que él estuviera aquí conmigo, acurrucarme en su pecho y poderme retorcer de dolor con su calor. Él me conoce. Me ha visto en esta situación miles de veces y me ha cuidado otras tantas.
Me pienso unas cuantas veces si llamarle, pero si él no lo hace, yo tampoco. Es Viernes, seguro que se está preparando para pasar la noche en Terry's. Poco después entra Adrián con una bandeja. Me trae algo de comer y más pastillas. No tengo hambre pero necesito el estomago lleno para tomar más medicamentos, así que pruebo los espaguetis con almejas que me ha traído. Están ricos y se lo hago saber. Me sonríe aunque yo no se la devuelvo.
Nil me llama. Me pienso si cogérselo. Me sabe mal. Se lo cojo.
— ¿Que plan tiene para esta noche princesa? — Suspiro.
— Nil... lo siento. No voy a salir. Me encuentro fatal. Llevo en la cama todo el día y aquí voy a estar hasta por lo menos el domingo. Te llamo cuando me sienta mejor. ¿Vale?—
— ¿Pero estás bien? ¿Necesitas algo?.—
— Si, no es nada. Tranquilo. El domingo te llamo — Le cuelgo. No me apetece hablar.
Me despierto con el vaivén de las olas. Hay un poco de temporal y el barco se mueve un poco. Llueve y hace viento. Mejor. Más excusa para pasar el día en la cama. Sigue siendo de noche, pero puedo tomarme otra pastilla así que me levanto y voy al botiquín a por otra pastilla más. Me vuelvo a la cama con cuidado de no caerme e intento llamar a Eze, creo que he soñado con él. Necesito oír su voz. Ahora más que nunca. Pero no me lo coge. Seguro que sigue de fiesta. Pensé que quizá ya estaría volviendo a casa.
***
El Lunes por la mañana ya me siento mejor. Casi se me ha ido la regla por completo y el dolor es controlable con un paracetamol. Así que nada más despertarme me voy a la ducha y llamo a Nil.
— Hola princesa — oigo que dice nada más descolgar el teléfono. Me alegra ver que no está enfadado por mi ausencia — ¿te encuentras mejor?—
— Si, ya te dije que era cuestión de un par de días. Me pasa cada mes. Ya ves. Pero es así de jodido — Tenía pensado invitarle a salir, me apetece mucho verle pero ahora me he quedado cortada.
— Quiero que te pongas guapa Princesa, para mi. En media hora paso a recogerte — Parece más una orden que una petición, pero no le doy importancia. Me apetece verle así que hago lo que me pide.
Cuando salgo de mi camarote con el vestido blanco con lunares negros y el pelo recogido con una trenza de espiga, Adrián se queda sin habla. Lo veo. No me esperaba levantada.
— Estaba justo preparándote el desayuno, pero veo que ya te encuentras mucho mejor — Me acerco a él y le doy un beso en la mejilla.
— Mucho mejor, tito, voy a salir. Espero que no te importe. Nos vamos pasado mañana y quiero aprovechar.—
— ¿Has quedado con Nil? — Lo dice apretando los dientes, creo que nunca le va a caer bien, y me molesta.
— Si, por favor... tito, él no es su padre y yo no soy mamá — Me mira y luego resopla.
— Tienes razón ojazos. Pásalo bien. Por cierto, vi que activaste el localizador Gps de tu móvil. ¿Todo bien? — Me avergüenza admitirlo, pero tengo que ser sincera con él.
— La primera cita con Nil me asusté un poco de sus intenciones, y preferí prevenir.—
— Déjalo activado si no te importa.—
— No me importa — Se acerca a mi y me besa en la frente.
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Descubriendo a Lucia
RomanceEl tiempo ha pasado y ahora los hijos son los protagonistas. Lucia vive enamorada de Ezequiel desde que tiene memoria. Pero Ezequiel solo la ve como una hermana. Aunque puede que todo cambie. ¿Será demasiado tarde cuando esto ocurra? Ardiente, romá...