Capítulo 54

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**LUCIA**

Está nervioso, incluso más que yo. Tengo miedo de lo que pueda hacer. Siento que si hago algo que no le guste, puedo hacerme daño. Dios mio... ¿Porque? ¿Porque me está pasando esto a mi? ¿Cómo he podido confiar en él?
Le cojo la mano, solo necesito que crea que estoy a su lado y pedirle que me lleve a casa. Una vez allí ya haré lo oportuno para que no se acerque más a mi. De pronto él cierra los pestillos del coche. Me asusto. ¿Que quiere hacer? Caigo en la cuenta que la única manera que nos entendemos es con el sexo y que si lo hago, lo tendré donde le quiero. Así que me armo de valor. Llevo mi mano a su entrepierna. Nil me mira. Me mira a los ojos y yo deseo con todas mis fuerzas que no sienta que tengo más miedo que placer.
— Estoy ansiosa— le digo. Él suelta la mano que teníamos entrelazada y me hace abrir las piernas. Como no llevo bragas enseguida alcanza mi sexo. Lo toca.
— No estás para mi Lucia. No estás preparada. Me tienes miedo— Le digo que no con la cabeza— Si me lo tienes.
— Nil es que quiero volver a casa—
— Si lo hago... te irás de mi lado.
— No lo haré—
— Mientes— Joder.
Coge mi mano y la lleva a su polla.
— Haz que me crea que no me tienes miedo y te llevaré a casa—
No lo dudo. Me recojo el pelo y me llevo su miembro a la boca. Pienso en Eze y así acabo humedeciendo. Le llevo su mano a mi sexo y cuando lo toca y ve que estoy húmeda me agarra de los hombros y me pide que me suba encima de él. Follamos. Ël me posee, me dice cuanto me necesita y yo me dejo llevar temiendo que si no lo hago, me hará daño. Acabamos, nos corremos ambos y me quedo encima de él, me acaricia la espalda.
— Te quiero Lucia— Me dice. No le miro.
— Y yo— le miento. Ahora mismo me da miedo.
— Te llevaré a casa— salgo de encima de él y se lo agradezco.
El camino a casa estamos callados. La música suena de fondo y él mira al frente. Aprovecho para mandarle un mensaje corto a Eze desde mi móvil. Creo que no se da cuenta. En el mensaje le pido ayuda y le digo que vaya a mi casa.
Llegamos a mi piso. Subimos y cuando voy a despedirme de él, entra conmigo.
— Nil... necesito estar sola para similar todo lo queme has dicho— Le digo.
— Tumbate en la cama— me dice.
Me asusto. Pero le hago caso. Lo hago y al verme ahí se acerca a mi, me abre las piernas y empieza a lamerme todo el sexo.
Luego coge unas bragas del cajón y con ellas me ata las manos a la cabecera de la cama. Aprieta el nudo. Me duelen las muñecas.
— Voy a follarte hasta que te acuerdes de que lo que sientes conmigo supera todo esto— sollozo y él me tapa la boca con su polla — Pónmela bien dura. Se que te gusta esto cielo.
La mete muy profunda. Siento que me ahogo. Siento que pierdo fuerzas y que me voy a desmayarme. No puedo más. Nil no para, le miro y está cegado mirando al frente, con una mano en el cabecero y la otra en sus riñones. No me mira, solo siente. De pronto oigo la puerta.
Nil cae al suelo y yo vuelvo a respirar. Eze se abalanza sobre él y se enzarzan en una pelea. Yo solo puedo mirar. No puedo hacer nada más. Lloro. Me caen lagrimas.
— Basta— les grito. Ambos estás sangrando.
La pelea dura lo que a mi me parecen horas, cuando acaba Eze yace inconsciente en el suelo. Nil me mira. Se acerca a mi y me desata. Quiero correr hacía Eze pero me lo impide.
— Joder Lucia— Me dice— Vístete, nos vamos.
No puedo acercarme a Eze. Pero le miro y veo que respira. Dios contigo mío. Nil me repite de nuevo que me vista pero ya cabreada, aunque también asustada le grito.
— No— Suspira. Se acerca a mi, me agarra de las muñecas y me aprieta.
— Lucia Lucia... me estás volviendo loco. Solo quiero que vengas conmigo. No te haré daño— Respiro hondo. No se que hacer.
— Déjame solo ver que está bien— le digo.
— ¿Cómo puedes quererle? Se ha follado a mil tías incluso estando contigo. Yo no... yo desde que te conocí solo he estado contigo.
— Solo quiero ver que está bien y me iré contigo donde tu quieras— Le digo. Me dice que si con la cabeza. Me acerco a Eze. Le giro y tras ver que simplemente está inconsciente y que su respiración y latidos son buenos, me levanto y miro a Nil— Quiero añadir una norma, nuestra...— le digo. Me mira.
— Dime...
— Sin bragas, sin sujetador, el beso a ella y a ti antes de irme. Esas son tus normas para mi... yo a ti quiero pedirte que...— Eze hace un ruido. Le miro corriendo. está abriendo los ojos. Nil va a hacía él para pegarle pero me pongo en su camino. Me da un golpe para apartarme y caigo al suelo, la boca me sabe a hierro. Me he dado un golpe con el filo de la cama. Cuando me giro para ver que pasa veo a Eze reduciendo a Nil y este agarrando del cuello a Eze. Vuelvo a abalanzarme sobre Nil desde atrás y le aprieto los ojos. Nil enseguida se deshace de mi y Eze aprovecha para tirarse de nuevo encima de él. Tengo miedo pero no puedo hacer otra cosa. Vuelven a encararse en una pelea y yo aprovecho para coger mi movil y llamar a Adrián.
— Adrián— Le grito— A mi piso por favor, se van a matar.
Nil se da cuenta y enseguida se vuelve a deshacer de Eze, corre hacía mi y tira mi móvil contra la pared. espero que Adrián haya logrado entenderlo. Eze corre de nuevo hacía Nil y este le da un codazo en toda la cara. Eze cae al suelo. Voy en su ayuda y Nil me agarra de la cintura. Me tira contra la cama y me escupe en la cara.
— Joder... —dice. Cierro los ojos y siento de pronto como empieza a besarme. Eze debe estar en el suelo porque no viene ayudarme. Nil gruñe— Abreme la boca Lucia.
Me niego a hacerlo pero finalmente claudico. Está encima de mi y no me deja respirar.
— Solo quería tener lo que a mi padre le arrebataron y así darle a él lo que nunca tuvo. Una familia. Lo que nunca tuvimos.
Tengo los ojos cerrados, sintiendo como me besa y como se restriega encima de mi. De pronto siento su peso alejarse. Abro los ojos. Adrián le está sujetando. Dani está en el suelo con Eze y mi padre se abalanza sobre mi para ayudarme. No puedo más y me hecho a llorar.
Dani se lleva a Eze a la clinica y yo me niego a que se lo lleven sin mi. Mi padre me quiere acompañar pero le digo que mejor ayude a Adrián con Nil. Me besa en la frente y ambos se quedan en casa con Nil. No se que harán, ni me importa. Yo me subo al coche con Eze y le sujeto la cabeza mientras su padre conduce hasta el Hospital.
— Eze mi amor... escucha mi voz— le digo entre sollozos— te quiero.

Descubriendo a LuciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora