**LUCIA**
En cuanto oigo el tono de llamada de Eze paro el beso de Nil y corro dentro a coger el teléfono. Pero cuando llego ya ha colgado. ¿Que estoy haciendo? Un par de lágrimas corren por mis mejillas. Nil llega a mi lado.
— No llores — Me dice.
— Necesito llamarle — Lo hago. Nil se queda justo a mi lado. Me mira pero no dice nada.
— Eze... — No me sale ni la voz.
— Amor... por favor. No hice nada con la morena. Era una puta sesión de fotos — ¿Una sesión de fotos? No se porque no había pensando en eso, miro a Nil y veo como se acerca a mi poco a poco, le digo que no con la cabeza pero no me hace caso, mete su mano entre mis piernas y me toca.
— La foto... — No puedo ni hablar. Nil me está excitando. Cuando aparta las braguitas y me toca estoy tan mojada que sus dedos resbalan dentro de mi casi solos. Se me escapa un pequeño gemido que intento disimular. Acerca su boca a mi cuello y empieza a besarme.
— Es la perspectiva, te enseñaré las fotos de la sesión y Lola te corroborará que era una sesión. Por favor. Créeme. Te quiero — Vuelvo a gemir en cuando me da un pequeño mordisco en el cuello a la vez que uno de sus dedos ahonda profundidad en mi vagina. No puedo más. Quiero más. Lo siento Eze.
— Luego hablamos — Cuelgo sin tiempo a más y en cuanto lo hago Nil me agarra con la otra mano del cuello para besarme la boca con fuerza. Joder si.
Lo que Nil y yo tenemos se llama atracción sexual. Pero una atracción brutal. Sus manos, el mero roce de sus dedos en mi piel. Su aliento. Su calor... todo me hace vibrar de una manera que ni yo entiendo. Eze también provoca eso pero de una manera distinta. Con Nil es todo más salvaje. Más animal. Más cavernícola.
Aunque me había pedido que le dejara hacer, al final acabo encima de él, con las manos en su pecho, cabalgando con mi cuerpo sobre el suyo. Gimiendo. Gritando. Pidiendo más y él ayudándome con sus manos y con empujones de su cadera. Ahora mismo no quiero otra cosa que correrme. No necesito otra cosa que sentir ese placer que me lleva a la perdición. Nada más. Solo eso. El sexo... me gusta. No solo me gusta. Lo necesito. Forma parte de mi. De mi vida. De mi forma de vivir. De sentir. De sobrellevar mis sentimientos. Necesito esto como otros el comer o el respirar. Nil me coge de la cintura y nos gira a ambos para quedar él sobre de mi y seguir follándome ahora él desde arriba. La cama se mueve con cada envestida. Araño su espalda. Gruñe. Somos bestias ahora mismo. Me besa. Le muerdo.
— Has mejorado mucho princesa — dice de pronto — que manera de follar joder—
Me gusta que me hable mientras lo hacemos. Su voz cambia. Se vuelve ronca y potente. Dominante. Fuerte. Violenta. Me pone. Me excita. Se lo digo.
— Me excita que me hables cuando lo hacemos —
— Y a mi lo hambriento que tienes el coño hoy... como me succionas la polla, no me cansaría nunca de ti — No quiero que esto acabe nunca.
Follamos durante horas. Porque Nil consigue que tras un orgasmo me llegue otro y cuando no puedo más me hace aguantar porque dice que el siguiente vendrá con más fuerza. Al final caigo rendida y le suplico que pare.
Por supuesto soy super consciente de lo que acabo de hacer. Eze no me había sido infiel, no había hecho nada más que su trabajo, trabajo que yo conozco y he aceptado. O al menos no me ha quedado otro remedio. Soy yo la que ha abusado de su confianza. La que ha mermado nuestro amor, nuestra relación. Pero ya no hay vuelta atrás y aunque se que el daño ya está hecho y que lo que he hecho está mal... joder, lo volvería a hacer. Nil... me da algo que Eze no me proporciona. Nil saca de mi cosas que con Eze no consigo sacar y que me gustan y no solo en el sexo. Nil me hace fuerte y valiente y por muy raro que parezca, lo consigue con su parte dominante. Me domina, si, pero para hacerme más fuerte, para hacerme más no menos.
Se queda a pasar el día conmigo. Me gusta estar con él.
— ¿Cuanto tiempo tenéis pensado quedaros tu padre y tu aquí?— hemos pedido unas pizzas, al final de tanto comer saldré rodando, aunque también tengo que reconocer que con tanto sexo, estoy haciendo más ejercicio del que nunca he hecho. ¿Por qué cuenta como ejercicio no?
— Mi padre no tiene intención de volver... —
— ¿y tú?—
— Me gusta mucho aquello. El surf, la vida de allí... ¿has estado alguna vez? — Le digo que no con la cabeza y prosigue — pues es el paraíso. No creo que sea capaz de estar lejos de ahí mucho tiempo — Me apena oír eso.
— Si algún día voy... ¿me harás de guía? — deja el trozo de pizza que tenía en las manos y se pega a mi abriendo sus piernas. Estamos sentados en el suelo del comedor, con algo de música de fondo.
— Cuando vayas te abro las puertas de mi casa princesa — me coge del culo y me sube sobre sus piernas, se me escapa una carcajada y me da una pequeña cachetada en una nalga.
— ¿Y si voy acompañada? — Le pico.
— Si es tú novio, lo dejas en un hotel, si es tú amiga... podemos apañarnos — me guiña un ojo y ahora le pego yo en el hombro. Se ríe — ¿No te pica la curiosidad? A todo el mundo le llama la atención lo de hacer un trío.—
— Pues no — Sus manos acarician mis pechos bajo la camiseta. Ya me estoy excitando.
— Imagina, en ese momento en el que estás tan cachonda con mi polla en tu boca, deseosa, ardiendo, moviendo tus caderas, anhelando más placer, imagina tener entonces alguien entre tus piernas lamiéndote... — al imaginarlo se me escapa un pequeño gemido y sin darme cuenta muevo las caderas encima de sus piernas. Él sonríe — Podría ser una chica o un chico... lo que quisieras.
— ¿Tú lo has hecho?— Una de sus manos se cuela entre mis piernas y me aparta un poco las bragas para tocarme. Estoy completamente mojada. Acaricia mi entrada y me humedece toda la vagina, luego masajea el clítoris.
— Varías veces... me gusta el placer Lucia —
— ¿Con otra chica o con otro chico?— Introduce un dedo y arqueo la espalda por el placer.
— He probado las dos cosas —
— ¿Y que te gusta más? — Me da un pequeño mordisco en el labio mientras sus dedo entra y sale con facilidad y lentitud.
— Depende más de la persona y del momento que de mi —
— Pero el chico y tu... ¿os tocáis? —
— No soy bisexual si eso es lo que preguntas, pero cuando estoy cegado por el placer he vivido ciertos momentos de... podríamos decir de libertad — me excito más al imaginarme ciertas cosas. Le bajo un poco el pantalón y como él entiende lo que pido me ayuda a introducirla dentro de mi. Cuando lo hago, la dejo unos segundos dentro y ambos gemimos.
— Cuéntame más Nil... me gusta escucharte, dame detalles —
— ¿Que quieres saber? —
— Oh joder — digo cuando empiezo a moverme — cuéntame que has hecho con algún otro chico—
— ¿Eso quieres saber? ¿Que libertades me he tomado en cuanto al sexo? —
— Si...
— Estaba tumbado con el coño de una tía en mi cara, ella encima de mi. El tío le estaba lamiendo las tetas o que se yo, pero ... empezó a chupármela— joder, lo dice y siento como se le pone más dura y gruñe — en un primer momento me asusté pero joder, como la chupaba Lucia —
— ¿te gustó?— Le pregunto gimiendo.
— Demasiado. Fue el momento. Tener el coño de esa tía en mi boca, mientras ese tío me la chupaba... Daría lo que fuera por compartirte princesa — dice de pronto y me excita tanto oírle decir eso que me corro al momento. Nil me sigue. Le muerdo en el cuello y él me aprieta con sus dedos en mis nalgas.
— dios... — Digo.
— ¿Aceptas? — Intento recuperar el aliento. Sigo con él dentro de mi. Le miro.
— Si...— joder si, estoy tan cachonda solo de pensarlo que solo puedo decir que si.
Nil se va pasadas las 8. Necesito una ducha, adecentar un poco el piso y descansar para mañana ir a trabajar. Pero antes de nada llamo a Jimena. Desde lo de su madre no hemos hablado y me temo que algo no vaya bien. Hablo con ella, por suerte no pasa nada. Se disculpa por no llamarme. Su día fue de culo. Tiene que cuidar de su madre y ahora con las vacaciones está haciendo más horas en el hotel. Está cansada y me sabe mal agobiarla con mis problemas pero insiste y me pregunta.
— Tengo dos horas, y estoy cenando. Pongo el manos libres y me cuentas. Venga suéltalo— suspiro.
— Me acabo de acostar con Nil— espero su reacción pero como no llega prosigo — ¿Jimena?
— Tía es que no sé que decir. Me dejas a cuadros. Osea... a ver, no te voy a juzgar, hace dos días yo me acosté con un tío mientras Marcos y yo nos dábamos un respiro y ni siquiera habíamos discutido en si, pero... no sé, eres tú — me dice. Resoplo.
— Ese es el problema, todos estáis acostumbrados a la Lucia de siempre y ahora a cualquier cambio pues os choca, pero no sé... tía. Estoy confusa. Quiero a Eze con todo mi corazón, pero me ha dolido en el alma lo que ha hecho, aunque empiezo a pensar que no ha hecho nada y luego está Nil que me vuelve loca... pero ni te imaginas hasta donde. Y no soy capaz de resistirme a él — suspiro — mira... empiezo a entender a mi madre — digo de golpe y Jimena se ríe.
— Yo la entiendo desde que me lo contaste, ¿quien no quiere dos tíos para ella?
— Mi problema es que Eze no piensa lo mismo...—
— Evidentemente Lucia —
En cuanto cuelgo, tengo un cacao mental que me da que me voy a pasar otra noche sin poder dormir. Encima cada vez que me pongo a pensar en todo lo que he estado haciendo con Nil me enciendo y tengo la necesidad de tocarme. Tengo que hablar con Eze. Le debo una explicación... pero no estoy lista aún.
Aunque... tengo que estarlo porque suena el timbre y cuando voy a mirar a través de la cámara veo que es él.
— Abre o usaré mi llave Lucia —Le dejo pasar mientras reviso que todo esté en su sitio y que no me haya dejado nada que delate lo que he estado haciendo en todo el día en estas cuatro paredes.
Cuando Eze sube se me cae el alma a los pies. Su cara es ... está destrozado, sin duda. Juraría que ha llorado. Eze llorando. Tiene marcas en los nudillos. ¿Se ha peleado? Me acerco a él y le cojo las manos.
— ¿Que has hecho? — le pregunto preocupada. Tiene los nudillos hinchados y pelados. Le sangran algunos.
— No me he pegado con nadie Lucia, si es eso lo que te preocupa — Cierro la puerta y le dejo ahí en el salón mientras voy al baño a buscar el botiquín que tengo para curarle. Cuando vuelvo lo encuentro sentado en el sofá con la cabeza hundida entre sus piernas. Cuando me oye, levanta la espalda y me mira.
— Eze... —
— Te quiero— Dice. Se me corta el aire.
— Déjame que te cure — Me mira mientras me da una de sus manos. Lo tiene fatal.
— ¿Ya no me quieres?—
— Claro que te quiero — le digo — te amo, pero... me ha vuelto loca ver esa foto — Suelta la mano que le tengo cogida, me agarra del culo y hace que me siente encima de él.
— Joder Lucia... te prometo que era trabajo y que no hice absolutamente nada. Mi cabeza estaba contigo. No paraba de pensar en ti — saca el móvil y busca en su galería unas fotos — mira, esto es lo máximo que hice — en las fotos sale él tocándole las tetas, se me revuelve el estómago al verlo. No puedo evitarlo. Soy muy celosa — y aun así cuando lo hacía no paraba de pensar en que las tuyas eran mucho mejores, blandas y suaves... — Me mira pero la rabia de ver esa foto no me deja pensar en nada — maldita sea Lucia, ¿que tengo que hacer para que me creas?
— Si te creo Eze... te creo. Se que no hiciste nada, pero aun así me duele. No puedo evitarlo. Me he pasado toda mi vida enamorada de ti. Viendo como te ibas una y otra vez con una chica distinta, como las besabas como presumías de tus logros, como las cogías, como... jugabas con ellas en la piscina — Sin darme cuenta empiezo a llorar — Siempre he pensado que yo quería todo eso que hacías con ellas, pero para mi... pero no, no quiero nada de eso. Porque todo eso que he visto otras veces ahora me duele, porque no puedo olvidarlo.
— No eres como ellas amor...—
— Nunca voy a poder sentirme especial... se mucho de ti, tengo demasiadas cosas grabadas en mi cabeza — voy a levantarme pero me sujeta fuerte y no deja que me vaya.
— No puedo cambiar lo que he hecho, pero se que te quiero y que quiero estar contigo —
— Yo también te quiero Eze, pero para poder ser feliz a tu lado necesito vivir mi propia vida primero — Me suelta. Y me levanto. Me pongo de pie enfrente de él. Su cara cambia. Creo que ha entendido a que me refiero.
— Necesitas follar más para estar conmigo... ¿es eso?—
— Pues puede ser... puede ser que para sentirme más a tu altura necesite experimentar un poco más, y así quizá todo lo que tu has hecho me deje de importar y de doler —
— ¿No puedes experimentar conmigo?— me pregunta indignado.
— Necesito más Eze... — se queda callado, mirándome y respirando fuerte. Ambos no decimos nada durante un rato hasta que finalmente se va dando un portazo. Mierda.
No se que acabo de hacer. La cabeza me da vueltas. Siento vértigo. Acabo de dejar escapar al amor de mi vida por ... ¿Por qué? ¿Por estar a su altura? ¿Por vivir más experiencias? ¿Por saciar mi sed? ¿Por dejar de sentirme tan cohibida a su lado? ¿Acaso eso ocurrirá?
Recojo las gasas empapadas el iodo del suelo y mientras lo hago pienso en que soy la chica mas estúpida del planeta. Pero ya está hecho. Eze y yo hemos terminado.
— Tú eres quien me ha sido infiel... y aun así me dejas — Veo rabia en sus ojos— Me abres tu corazón, haces que me enamore de ti y luego me dejas.
Me duele que me diga eso, nunca he querido hacerle daño.
— Si claro que se acabó Lucia— Me dice justo antes de irse.
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Descubriendo a Lucia
RomanceEl tiempo ha pasado y ahora los hijos son los protagonistas. Lucia vive enamorada de Ezequiel desde que tiene memoria. Pero Ezequiel solo la ve como una hermana. Aunque puede que todo cambie. ¿Será demasiado tarde cuando esto ocurra? Ardiente, romá...