Capítulo 24

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**EZEQUIEL**

La estoy descuidando. Voy a su casa, la saco para que se divierta y luego la dejo tirada. Estoy cansado de siempre tener que estar pendiente de los demás y no poder vivir mi vida. Me gusta. Pero a veces me incordia no poder vivirla con normalidad. Quizá debería haber seguido con la clínica de mi padre. Me licencié ne medicina, podría estar ejerciendo, de hecho, estoy a tiempo... Podría haber hecho alguna que otra campaña como modelo y ya está. Pero se me ha ido de las manos.
Ya no hago tantos Tik Toks, ni subo tantos storys, empiezo a cansarme un poco. Supongo que también será la edad. Me acerco a los treinta y dicen que pesan.
No encuentro a Lucia por ningún lado, Blanca me dice que ha ido al baño. La espero en la barra, y cuando aparece lleva el rostro desencajado. Las mejillas rojas, los labios hinchados, respira agitada. Si no fuese porque es Lucia y es imposible, diría que acaba de echar un polvo. Viene hasta mi.
— ¿Estás bien? — Está... guapa. Me recuerda a cuando estaba recién follada.
— Si... oye... ¿nos vamos?—
Es eso... la he descuidado. Soy un capullo. Ella está por encima de todo esto. Joder.
— Se acabo ¿vale? Ya no más fotos, ni más chicas ni nada... ahora ya solo tu y yo — No me presta mucha atención, parece que busca a alguien o algo. ¿Que le pasa? — ¿Que pasa Lucia?—
— Nada... — suelta de golpe. Mira hacia la barra y cuando ve que Blanca está cerca le pide otro chupito. ¿Otro? ¿Cuánto se ha tomado en mi ausencia?
— Tu no bebes — le digo.
— Ahora si — me dice. Suspiro. ¡Joder! La noche va a acabar mal.
Un rato después Lucia está bailando. ¡Bailando! Yo detrás de ella, porque temo que vaya a caerse. Después de ese chupito se ha tomado dos más y ahora lleva una copa en la mano. No sé que mosca le ha picado pero mientras no se pase, no voy a ser yo quien le corte el rollo. Además, aquí estoy, para vigilarla.
No tiene mucho ritmo. Todo hay que decirlo. Pero no lo hace del todo mal. Contonea sus caderas y yo tras ella se las sujeto. Restriega su culo en mi y tengo que aguantarme mucho para que mi polla no se ponga dura. Casi se me hace imposible.

***
(Lucia)
Nil me está mirando. Me seduce tan solo con eso. Estoy ardiendo. Mi cuerpo arde. Tengo a Eze detrás cogiéndome por las caderas, a Nil delante, a lo lejos, mirándome. No llevo bragas y empiezo a notar como me resbala mi excitación por la pierna. Me da igual. No me importa. Estoy deseosa de más y más. Bebo otro trago de la copa pero Eze me la quita de las manos y se la bebe de golpe, la deja sobre la mesa dejándome un segundo sola, vacía. Cuando vuelve gimo sin querer. Creo que se da cuenta porque empiezo a sentir como su miembro se activa. Yo me sigo restregando contra él. Nil me ha dicho que no haga nada con él, pero necesito follar. Quiero follar. Necesito correrme. Me giro para mirar a Eze. Voy borracha. Lo noto. Eze me mira. Nuestras bocaa están cerca. Noto, a la vez, los ojos de Nil clavándose en mi nuca.
— Eze... no te enfades. No me juzgues. No preguntes. Solo escúchame — casi no me salen las palabras — No llevo bragas — Veo que abre muchos los ojos y noto en mi barriga su bulto crecer aun más — y me gotea por las piernas mi humedad — le digo más tranquila de lo en realidad estoy.
Mete una de sus manos entre nuestros cuerpos y lo lleva a mi muslo, me toca, sin llegar al sexo y ve que tengo razón, luego se mira la mano y se restriega los dedos para reafirmarse.
— ¿Porque no llevas bragas?—
— Te he dicho que no preguntes. ¿Nos vamos? — Le digo.
Eze coge mi mano sin decir nada y tira de mi para salir de la discoteca. Eso aun me pone más. Me recuerda a cuando Nil lo hacía. Le busco, pero no le encuentro. Mejor. Dios, cada vez que camino me excito más con el roce de mi propio cuerpo.

***
(Ezequiel)
El corazón me va a mil y noto la polla tan dura que me duele. Estoy arrastrando a Lucia por todo Terry's para sacarla cuanto antes. Ha cambiado. Mi rubia ha cambiado. Pero no voy a quejarme. No ahora. Se que llevaba bragas. Al salir de casa las llevaba. Lo sé porque al subir las escaleras que nos llevan a la segunda pista, como iba delante de mi, lo he podido comprobar. Además eran blancas. Y jodido culo. ¿Se las ha quitado para mi? Perversa.
Salimos y el bochorno me golpea. La miro. Tiene las mejillas encendidas y los ojos inyectados en sangre. Va bebida. Espero que no sea eso lo que la mueve. Creo que debo preguntárselo. Lo haré en cuanto subamos al coche. No quiero tenerla aquí sin bragas. De pronto la llaman y ella me aprieta la mano. La miro. Miro donde mira y veo un chico, alto, algo más que yo, rubio, y que no le quita los ojos de encima.
— Vamos — Le digo. Pero no me mira.
— Nil... — Oigo que dice. No me suelta la mano. Me la tiene apretada. Yo tampoco voy a soltársela.
— ¡Vaya! Que pequeño es el mundo — Dice él. Lucia parece inquieta. Él se le acerca para darle dos besos y ella se deja hacer y entonces me suelta la mano. Me quedo a un lado y les miro. No voy a meterme. Ella ha estado aguantando cada una de las veces que las chicas han venido a pedirme fotos y besos esta noche. Tendré que esperar pacientemente.
— Si... — le dice ella — Mira... esto. Nil, él es Eze, Eze él es Nil — ¿Me lo presenta? No quiero que me lo presente. Que lo haga significa que quiere que forme parte de su vida. Nil extiende su mano y yo hago lo mismo. Aprieta con fuerza mientras me mira a los ojos. Casi parece que me desafíe.
— Ezequiel — Oigo que gritan dos chicas. NO. Joder. Ahora no. Lucia las mira. Miro a Nil. No quiero dejarla aquí con él, y sin bragas — Ezequiel — Gritan de nuevo. Lucia me mira.
— ¿No vas a ir?— me dice. ¿Hay tensión o me lo parece a mi? Pongo mi mejor sonrisa y me giro hacia esas chicas dejando a mi rubia con ese tal Nil. Pero no me alejo, quiero oír que dicen.
Las chicas me piden fotos, se las doy. Les doy lo que me piden. Pero mientras me centro en Lucia. Pongo toda mi atención en lo que dicen. Consigo entender algunas palabras. Cosas sueltas. Nil le pregunta si se va. Lucia creo que le dice que si... y él le dice que no. No lo entiendo bien. Intento acercarme un poco más disimuladamente con la excusa de coger bien el ángulo para un selfie. Y lo oigo. Alto y claro.
— Te he dejado claro que no te lo puedes follar — Los miro. No me puedo creer lo que acaba decir. ¿Quien coño es él para mandarle?
— Has sido tú quien me ha dejado cachonda... — Se acabó. Dejo a las chicas con la palabra en la boca. Lo siento. Voy a ser por primera vez un capullo. Me acerco a ellos y miro a Lucia.
— ¿Soy tu puto segundo plato? — Lucia me mira triste. No se esperaba que la escuchara.
— No... claro que no.—
— No me lo parece. ¿Él te calienta y luego me buscas a mi?— Veo a Nil de reojo reírse y yo me cago en todo. No pienso dejarla aquí con este maniaco. La cojo de la mano para llevármela pero él la coge también— ¿Que haces? — Le digo cuando lo veo.
— Lucia no se va a ninguna parte.—
La miro. Pero ella no dice nada. Él se mete la mano en el bolsillo y me enseña sus bragas, las de Lucia. Y el corazón se me rompe un poquito. Lucia está borracha pero la veo asustada con toda esta situación. Necesito sacarla de aquí, hablar con ella y ver que pasa. Que cojones está pasando con ella.
— Lucia suéltale la mano — Le digo. Ella lo intenta, pero entonces Nil se le acerca y le dice algo en la oreja. Lucia gime. Que puto gime, tío. No entiendo nada.
Cansado y harto de la situación suelto la mano de Lucia, le cojo la cara con mis dos manos y pego mi frente a la suya. Le digo que me mire.
— Lucia, se que no vas tan borracha como para no saber que estás haciendo... así que te lo voy a preguntar una sola vez. ¿Quieres que me vaya? — La oigo respirar jadeante. Juraría que está cachonda como nunca. No lo sé. No la conozco en esta faceta. Pero por lo que se de las mujeres diría que así es. Cierra los ojos, luego los abre y me mira.
— Vete Eze. Nil me llevará a casa — El corazón se me rompe en mil pedazos al oír su voz. ¿Pero que voy a decir?
Solo soy su amigo, aquel que se tira a mil tías porque no se tener la bragueta cerrada. Aquel por él que ella suspira desde que tiene uso de razón y a la que yo no he prestado ni una pizca de atención y ahora... ahora porque otro la tiene... solo porque otro la tiene no tengo ningún derecho a pedírmela. Le doy un beso en la frente y me voy. Me alejo de ella. No miro atrás. No miro a Nil. No voy a decir nada. No quiero ni verla. Se acabó. La llamaré mañana para saber que está bien y ya está. Espero que pase buena noche. Intentaré pasar una buena noche también.

Descubriendo a LuciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora