Epilogo EXTRA (abril 2022)

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**EZE**


Cierro tarde. Desde que mi padre me dejó a cargo de la clínica, la he renovado por completo. Hice reformas, añadí más quirófanos y ahora también hago operaciones. Preparé todo antes de que Lucia me dejara y le tenía preparada toda una ala para ella, de cirugía plástica para cuando acabara los estudios. Cuando se lo conté, semanas después pues tuve que esperar a que se me pasara la rabia de haberla perdido, le hizo mucha ilusión, aunque lo rechazó por completo. Dijo que no era buena idea que trabajásemos juntos, además ya tenía trabajo en otra clínica.

Son las 11 de la noche cuando apago la luz de mi despacho y me dispongo a salir. Estoy cansado. Hoy ha sido un largo día y estoy bastante decaído por lo de mañana. Cuando me giro veo a Lucia en el hall.

— Lucia...¿que haces aquí?— lleva un bonito vestido amarillo de flores blancas. Le queda algo ceñido y puedo ver su barriga abultada.

— Necesitaba verte— me dice. La conozco. Está agobiada. Algo le pasa. Me acerco a ella y la abrazo. Llevaba mas de una semana sin verla y cuando lo hice fue de paso en la calle. La hecho de menos. Me costó varios días superar nuestra ruptura, pero después retomamos nuestra amistad. He estado a su lado aunque ha sido un poco desde la distancia por el trabajo me tiene absorbido.

— ¿Que te pasa rubia? — le pregunto mientras la hago pasar a mi despacho. Vuelvo a encender la luz y ella entra. Se sienta sobre mi mesa y yo no puedo evitar recordar la de veces que la he tenido entre mis brazos aquí dentro.

— No se que estoy haciendo..— La veo con ganas de llorar así que me acerco y le agarro de la barbilla. Justo veo una lágrima caer y se la seco con el dedo.

— Serás una madre maravillosa Lucia. Que no te quepa duda.— Se acaricia la barriga y me mira.

— No es eso...— Se por donde van las cosas pero no se si tengo fuerzas para lanzarla hacía ese camino.

— Lucia...— le digo.

— Siempre me he imaginado casándome contigo Eze— Me dice. Suspiro. Joder. Aun me duele.

— Te casas mañana Lucia. Y con Nil— Me encantaría decirle que no se casara pero no puedo hacerlo, porque la quiero no voy a hacerlo— ¿le quieres verdad? ¿Eh? — Le pregunto.— dime que le quieres.

— Claro que le quiero Eze. Le amo muchísimo. Pero... —

— Pero nada rubia— la interrumpo porque no quiero oírle decir nada más.

— Eze...—me dice entre susurros.

— Lucia escúchame. Yo... te quiero y.. te conozco, y ahora estás feliz. Vas a ser madre y Nil es un buen tío que te cuida, te quiere y te comprende. Estáis bien. Se que siempre imaginaste un futuro conmigo y créeme cielo que yo voy a estar en tu futuro y en el de tu hijo, aunque no sea como siempre imaginaste, no me voy a ningún lado— empieza a llorar y vuelvo a limpiarle las lágrimas.

— Prométeme que no te irás nunca de mi lado... no podría soportarlo, no después de perder a Adrián—

— Jamás— Le digo y como me muero por besarla pero no debo, pego mis labios en su frente y la abrazo fuerte.— Mañana te casas y yo voy a estar ahí.—

Lucia se va y yo me siento hundido. Ojalá todo hubiera sido diferente. Ojalá Nil nunca hubiera aparecido. Pero las cosas han ido así y... tengo que vivir con ello. Al menos, Lucia sigue a mi lado.

Llego a mi piso pasadas las 12. Me meto directamente en el baño y me doy una ducha. Necesito quitarme el olor de Lucia de mi o voy a morirme de pena. Cuando me meto en la cama Lisa se gira y me abraza.

— Llegas muy tarde cariño— La acurruco en mi pecho y la beso en la cabeza.

— Lo se tesoro. He tenido mucho trabajo— Pronto siento que vuelve a dormirse.

Me cuesta dormir. Pienso en Lucia, en nosotros, en su boda y en mi vida. Tengo en el segundo cajón de la mesa de mi despacho una caja de terciopelo rojo desde hace dos meses y no me siento capaz aun de dar el paso. Tenía la esperanza de que Lucia al final fuera mía. Debo de aceptarlo. Debo de dar el paso y pedirle a Lisa que se case conmigo. Al fin y al cabo... la quiero. Quizá no como a Lucia, no creo que eso sea posible, pero si más de lo que nunca he llegado a querer a cualquier otra chica.

La conocí en mi peor momento. Cuando Lucia me dejó y sentí que me hundía y a pesar de haber visto una faceta de mi que ni yo soporto, sigue a mi lado. Lisa es para mi y yo soy para ella y debo de hacerme a la idea de que es así, porque Lucia ya no es mía. Y quizá nunca fue mía.

Descubriendo a LuciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora